Son pocas las series de televisión que rozan la perfección.  Dark es una de ellas, también Ozark y casi lo lograba Westworld.  Better Call Saul al igual que Breaking Bad, lo logran.  Logran ser perfectas en todo el sentido de la palabra.

La premisa, de antemano, es sencilla. Se trata de contemplar las vivencias y motivaciones que llevaron a Jimmy McGill a convertirse en Saul Goodman. Y aunque, a priori, puede parecer menos interesante que Breaking Bad, nada más lejos de la realidad.  Better Call Saul muestra unos personajes sólidos y un guión totalmente fuerte que soporta todos sus capítulos e incluso pueden funcionar como un universo alterno, es decir que no necesitas ver una para entender la otra.

Esta temporada, ya en su recta final, se encargará de fomentar las bases para conectar una serie con la otra y también explicar los flashforward que vimos en los inicios de las temporadas pasadas.  Y como siempre, para eso hay que prestar mucha atención a los detalles que se presentan en diálogos que enriquecen la profundidad de los personajes y un lenguaje audiovisual que ya quisieran muchas películas.

Porque Better Call Saul se trata de una serie que busca los detalles.  Su épica no está en la pirotecnia para conseguir el impacto y la emoción inmediata y rápida, sino en la construcción de sus personajes, sus inteligentes diálogos, en una banda sonora acertada y una fotografía y uso del color fantásticos, en unas actuaciones llenas de matices en la que el humor no está reñido con el drama, en unos encuadres y movimientos de cámara que siempre acentúan situaciones para querer transmitir algo, en la riqueza y madurez de un guión al alcance de muy pocos y en una puesta en escena de envidia.  La serie quiere que tu sorpresa sea definitiva y contundente y ya los creadores demostraban eso con Breaking Bad con escenas tan épicas como la del mellizo asesino arrastrándose en el hospital.

Esta sexta temporada sigue subiendo la intensidad en cuanto a calidad y cuidado del detalle, aportando crecimientos de personajes como Kim Wexler (interpretada con soltura por una impresionante Rhea Seehorn), Lalo Salamanca (quien se roba la pantalla con la interpretación de Tony Dalton) y Nacho Varga (Michael Mando) y Howard Hamlin (Patrick Fabian), estos dos últimos que son los que no dejan indiferente a nadie en esta temporada.

Sin duda y sin miedo a equivocarme, Better Call Saul es la mejor serie estrenada en lo que va de año.