Sé que he tardado en escribir esto pero es que para Oppenheimer he querido ser lo más objetivo posible, tanto por el impacto cultural que hay sobre ella por compartir cartelera con “Barbie” como por ser la primera película de Christopher Nolan fuera de Warner.

Y es que hay directores que adaptan su estilo a las películas que dirigen, así como hay directores que adaptan las películas que dirigen a su estilo.  En el primer caso, Quentin Tarantino adapta su estilo a las películas, en el segundo, Nolan adapta a las películas que dirige su estilo.  Y es que cuesta no reconocer uno de sus filmes a los pocos minutos de iniciar: edición acelerada, diálogos psicológicos que buscan ser profundos, los personajes.  Es todo, porque Nolan no sale de su zona de confort sino que ahora mete en ella a varios actores.


Oppenheimer es una película de Nolan, donde se emplean todos los recursos habituales del director, y es increíble como esto es lo que realmente le juega en contra cuando su estilo particular es lo que ayuda en sus películas anteriores.  El director no deja que los actores respiren, ni que la trama misma lo haga, ya que con su estilo particular, no concede espacio a que ni el espectador asimile lo que está viendo.  Por lo tanto, este biopic está enmarcado y preparado para llevarlo a los premios (sigo sin entender porque no estrenar esto en la temporada de premios).

Y con esto no desprecio su talento como director y guionista, que son buenísimos, y que cuando se trata de jugar con el espectador, pocos logran lo que él sí ha logrado (The Prestige es un excelente ejemplo), pero en tres horas de metraje, mete tantas cosas, subtramas, desarrollos, personajes, puntos de vistas, cambios temporales, cortes de planos de apenas 4 segundos.  Y lo que lo hace más cuesta arriba es que todo lo que envuelve a este personaje es complejo y profundo.

Sin embargo no todo es malo porque Cillian Murphy se roba la pantalla junto a una Emily Blunt que vuelve a demostrar su poderío frente a las cámaras, y con un Robert Downey Jr, Josh Hartnett y Casey Affleck impresionante.  Otros actores pasan tan rápido que ni se sienten como es el caso de Matthew Modine, Gary Oldman o Rami Malek.


En la fotografia, Nolan vuelve a confiar en Hoyte van Hoytema, quien logra la ya particular fotografia que al director le gusta destacando los colores opacos y dandole importancia al negro, como tambien ha vuelvo a apostar por Ludwig Goransson en la musica que consiigue partituras muy interesantes dandole un descanso a Hans Zimmer.

Se destaca por su aspecto técnico impecable. La partitura musical, la cinematografía y el diseño de producción se combinan para crear una atmósfera tensa y emocional que refuerza la trama y los conflictos internos de los personajes. Cada escena está cuidadosamente construida visualmente, transportando al espectador a la época y al contexto de la historia.

Pero el director incluso se da la tarea de que su guión explore la moralidad de la ciencia y la tecnología, pero como había escrito, todo tan compacto y acelerado que se pasa desapercibida.

Los personajes van y vienen, las cosas pasan porque así está escrito y la película está rodada en IMAX como podría estarlo en VHS, y Nolan seguirá siendo Nolan, mientra que Oppenheimer, si bien es una muy buena pelicula, pudo ser explorada de una manera mas dramática y no pensando que es un thriller.