La temporada tres de Ozark no dejo indiferente a nadie, y más con ese excelentísimo final que dejo boquiabiertos a todos, incluyendo a sus protagonistas.  Ahora ha llegado la 4ta temporada (primera parte) e inicia exactamente en el mismo lugar donde quedo la anterior.

Las actuaciones vuelven a estar en buena escala, esta vez incluyendo a Alfonso Herrera como Javi Navarro, el sobrino prepotente de Omar Navarro y que destaca muchísimo como villano.  También Laura Linney y Julia Garner consiguen brillar como protagonistas y Lisa Emery, como siempre brutal como Darlene Snell.  A falta de una Janet McTeer la serie reparte entre Skylar Gaertner (Jonah Bryde) quien demuestra que puede estar a la altura y no podemos olvidar a Jason Bateman que esta simplemente espectacular.

Tampoco vamos a hablar de tecnicismos porque ya lo habíamos hecho anteriormente.  La fotografía es buena, la música es buena, le edición e incluso la dirección (destacando los capítulos finales donde detrás de cámara tenemos a Robin Wright, quien sabe darle mucho peso a los momentos dramáticos).

Ahora bien, lo que si vamos a mencionar es el guion, el cual cada vez es mas inteligente y que en esta temporada decide ser mas critico en cuanto a su propuesta y sus mensajes.  No es una ni dos las veces que la serie critica abiertamente a Estados Unidos.  Tenemos una escena donde los Bryde están cenando y en la conversación Linney dice que en EUA no importa de donde salgan los millonarios sino cuanto dinero tengan.  Pero así mismo critica a las instituciones gubernamentales como el FBI.

Otro punto a favor de Ozark es el desarrollo de los personajes.  NINGUNO de estos personajes son los que hemos estado viendo en la primera temporada.  Hay evolución en sus arcos, e incluso algunos toman decisiones en base a esa evolución (como es el caso de Ruth Langmore).

En conclusión, la cuarta temporada de Ozark es una un coctel explosivo en el que convergen todas las tramas.  Los últimos capítulos están bien rodados y con pulso, y su guion esta bien preparado.  Esto no es Breaking Bad o Midnhunter, ni busca parecerse.  Tiene su propio estilo, su propia identidad, y estamos contento con ello.