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Tampoco sorprende. Desde más o menos Fast & Furious 4, Vin Diesel ha llevado su papel de patriarca delante y detrás de las cámaras, convirtiéndose en productor principal de la franquicia en paralelo a su interpretación de Dominic Toretto. Esto, si bien le da a esta saga de Universal una pátina de autenticidad, ya ha llevado a algún que otro problema como las proporciones que alcanzó su pique con Dwayne Johnson (provocando su salida de la línea principal tras Fast & Furious 8), y de ahí que muchos pensarámos que Diesel había tenido algo que ver con la reciente salida de Justin Lin como director de Fast & Furious 10.

Lin es un nombre asiduo de la saga rápida y furiosa. Ha puesto en pie nada menos que cinco películas, y cuando regresó para dirigir Fast & Furious 9 fue recibido como si fuera el hijo pródigo. Era del todo lógico que Lin volviera para poner en pie tanto la décima entrega como la futura Fast & Furious 11 (que llevaría la historia a su final definitivo), pero al poco de que empezara el rodaje el pasado 20 de abril Lin apareció en un inquietante vídeo de Instagram junto a Diesel donde aparentaba desear estar en cualquier otro sitio que no fuera ese. Luego anunció haber tomado “la difícil decisión de retirarse”, y ahora van surgiendo los primeros rumores de a qué se ha debido esto.

¿Ha sido culpa en efecto de Vin Diesel, oprimiendo a Lin en su faceta de productor? Pues no exactamente. Al menos, no según NY Daily News, que se hace eco según una fuente del rodaje de que Lin ha resuelto marcharse tras aguantar un comportamiento muy poco profesional por parte de Diesel en el set. Habría estado teniendo una actitud “muy difícil”. “Diesel llega tarde al plató. No se sabe sus líneas. Y no está en buena forma”, cuenta la misma fuente de forma tajante. La dificultad para tratar con Diesel habría provocado el hastío de Lin, apartándose de la dirección para limitarse a producir. “Nunca he visto nada igual. Lin está renunciando a 10 o 20 millones de dólares como director”, comenta un productor.