La primera parte de la adaptación cinematográfica de ‘Wicked‘ dura más o menos lo mismo que dura el musical original, unas dos horas y media (sin contar créditos o descanso). Esto termina por ser un evidente problema dado que, en efecto, ‘Wicked: Parte uno’ se hace larga y pesada; especialmente para lo poco que cuenta… y sobre todo por la manera tan simple en la que lo cuenta.

La magia que, sin duda, a cuenta gotas aportan Cynthia Erivo y Ariana Grande, en especial cuando cantan. La magia de la música, y de un musical de un éxito incuestionable cuyo despliegue sobre el escenario es, a buen seguro, mucho más comedido y práctico que el expuesto en su adaptación a la gran pantalla. Una adaptación que además, promete (o amenaza) durar incluso el doble.

Quizá esté sonando demasiado duro… pero es que son dos largas y pesadas horas y media. Y aún queda una segunda parte ¿de también dos horas y media de duración?

Maldigo el día en que a Hollywood se le ocurrió la grandiosa idea de dividir en dos partes las películas y series.

Dicha mi queja, “Wicked” es sin duda la patada en la cara de Universal hacia Disney, con una Ariana Grande que cumple y una Cynthia Erivo que conecta perfectamente con el personaje dándole mucho más matices de sufrimiento, marginalidad y soledad.  Cynthia Erivo brilla como Elphaba, aportando una sensibilidad y profundidad emocional que hace que su transformación en la Malvada Bruja del Oeste sea tanto creíble como desgarradora. Su interpretación vocal es extraordinaria, que no solo impresiona, sino que toca fibras emocionales profundas.  Con Ariana Grande hay un sólida interpretación que es ayudada más que nada por la química con Erivo, ya que a pesar de ser parte del trayecto y desarrollo, la carga completa de la película la lleva el personaje de Elphaba.  A pesar de esto, la falta de profundización en los personajes y en su tipo de relación hace que uno entienda a un personaje más que otro, y se nota que parte de esta decisión fue para poder hacerlo en una segunda parte que ya se está trabajando.

Wicked

Poco hablaré de los demás actores porque todo el peso de la trama lo llevan las protagonistas.

Jon M. Chu, conocido por su habilidad para plasmar historias musicales en la pantalla grande, demuestra aquí un enfoque visionario. Su dirección equilibra momentos de intimidad emocional con grandiosas secuencias de fantasía. Las escenas en la Universidad Shiz son un claro ejemplo de cómo Chu logra capturar tanto el drama adolescente como el esplendor visual de un mundo mágico.  Sin embargo el proceso de estudio en la escuela está desdibujado, ni es un lugar con gran personalidad, haciendo que por momentos uno vea el reloj a ver cuando avanzamos.

Desde un punto de vista técnico, es impresionante. La dirección de arte y el diseño de producción crean un Oz que es a la vez fantástico y creíble. Los detalles en los vestuarios y escenarios reflejan la evolución de los personajes y el tono de la historia, con un equilibrio entre lo exuberante y lo oscuro.

La música, basada en las composiciones originales de Stephen Schwartz, se presenta con nuevos arreglos que mantienen la esencia del musical, pero aprovechan las posibilidades del cine para añadir un impacto mayor. Sin embargo, algunas transiciones musicales se sienten algo forzadas, rompiendo ligeramente la inmersión.

Por último, la cinematografía explota la paleta de colores de Oz, haciendo un contraste visual entre el brillo de la popularidad de Glinda y la oscuridad simbólica de la trayectoria de Elphaba, es majestuosa ya que utilizan a la perfección estos detalles mientras la historia avanza.

En resumen, “Wicked” es una ambiciosa adaptación que logra capturar la magia y el espíritu del musical original, aunque no sin algunos tropiezos en su ejecución. La dirección de Jon M. Chu y las potentes actuaciones de Cynthia Erivo y Ariana Grande aseguran que la película mantenga a los fans comprometidos, mientras que los aspectos visuales y sonoros elevan la experiencia cinematográfica.