Estrenada el pasado 7 de enero en la plataforma de Netflix  The Breakthrough” es una miniserie sueca de 4 capítulos que se adentra en el oscuro mundo del crimen, explorando las complejidades de un brutal doble asesinato y el avance tecnológico que, en teoría, debería haber facilitado la resolución del caso. Sin embargo, a pesar de sus intenciones ambiciosas, la serie presenta una serie de desafíos que hacen que su narrativa no logre captar completamente la atención del espectador. La dirección estuvo a cargo de Lisa Siwe, conocida directora y guionista sueca.

Aún siendo basada una historia real, desde el inicio, la premisa de “The Breakthrough” promete con demasiado apuro un crimen impactante. La serie comienza con la presentación del doble asesinato, un evento que conmociona a la comunidad y sienta las bases para lo que podría haber sido un thriller apasionante. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se hace evidente que el desarrollo de los personajes, unas actuaciones congeladas y la construcción del argumento no están a la altura de lo esperado.

Una de las críticas más relevantes hacia la serie es su ritmo. A pesar de contar con solo cuatro episodios, muchos espectadores podrían encontrar que estos se sienten eternos. La narrativa se estira en momentos donde podría haber sido más concisa, lo que lleva a una sensación de pesadez y falta de dinamismo. Esta lentitud no solo afecta el interés general por la historia, sino que también diluye la tensión inherente a un drama criminal.

Los diálogos son otro aspecto que deja mucho que desear. En ocasiones, los intercambios entre personajes parecen forzados y poco naturales. En lugar de fluir orgánicamente, las conversaciones a menudo se sienten como un intento forzado de transmitir información o desarrollar la trama. Esto no solo afecta la credibilidad de los personajes, sino que también disminuye el impacto emocional de las interacciones clave. A medida que los espectadores intentan conectarse con los protagonistas y sus dilemas, los diálogos artificiales dificultan esa conexión.

En términos de actuaciones, aunque algunos actores muestran destellos de talento, en general las interpretaciones pueden parecer inverosímiles o exageradas. Esto es especialmente notable en momentos críticos donde debería haber una carga emocional palpable; en cambio, los personajes parecen caer en estereotipos o clichés del género. Esta falta de autenticidad puede desconcertar al espectador y restar fuerza a los momentos dramáticos.

A pesar de sus fallas narrativas y artísticas, intenta abordar temas relevantes sobre la justicia y el papel de la tecnología en la resolución de crímenes. La serie plantea preguntas interesantes sobre hasta qué punto los avances tecnológicos pueden ser confiables y cómo estos pueden influir en las investigaciones policiales. Sin embargo, estas cuestiones no se desarrollan con suficiente profundidad para hacer justicia al potencial del argumento.

El uso de tecnología como herramienta para resolver el crimen es un tema fascinante y actual; sin embargo, en la miniserie, parece ser más un recurso narrativo que un elemento verdaderamente explorado. La serie podría haberse beneficiado enormemente al profundizar más en cómo estas innovaciones impactan no solo las investigaciones criminales, sino también las vidas personales de quienes están involucrados.

En comparación con otros dramas criminales europeos, este no logra alcanzar el nivel de inmersión o sofisticación que caracteriza a producciones similares. Las series nórdicas han ganado reconocimiento por su capacidad para tejer tramas complejas con personajes tridimensionales; sin embargo, esta miniserie parece carecer de carácter, de esa misma esencia cautivadora. Aunque hay elementos visuales atractivos y una atmósfera oscura característica del género, estos no son suficientes para compensar las debilidades en el guion y la dirección.

En conclusión, “The Breakthrough” es una miniserie que plantea una premisa interesante pero no logra aprovechar su potencial. Con diálogos forzados, actuaciones inverosímiles y un ritmo lento que hace que sus cuatro episodios se sientan excesivamente prolongados, puede dejar a los espectadores con una sensación de insatisfacción. Aunque aborda temas relevantes sobre el crimen y la tecnología, su ejecución deja mucho que desear. En definitiva, si bien puede ser un intento válido dentro del panorama del drama criminal sueco, queda claro que aún hay un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel de excelencia demostrado por otros dramas europeos en este género.

Veredicto

La miniserie podría haber tenido un mejor impacto, si hubiera sido un filme de 90 minutos en lugar de alargar una trama que no necesitaba tanta decoración.

5 / 10

Siempre he elogiado la audacia y la innovación de las narrativas, y en “Severance” se cumple con creces. Porque cuando pensábamos que el argumento no podía extenderse más, le dan la vuelta y continúan expandiendo. Tal vez el único fallo que tiene la producción, es que Apple TV no la publicita como es debido. Es casi inaudito que tengan en sus manos esto y no sean capaces de hacer una campaña tan grande como hace, por ejemplo, Netflix, HBO Max o Disney. ¡De por Dios, pero si no hace mucho HBO presumía con The Idol y Netflix no hace poco consideraba a Uglies para premiaciones!

Claro, no hay perfección como un reloj suizo, con “Severance” y al igual que otras grandes producciones con audacia e innovación como “Dark” o “Mr. Robot”, tienen uno que otro tropiezo, pero son tan ligeros, tan mínimos, que apenas se notan. Y es que, la narrativa de los cuatro empleados de Lumon Industries, que separan sus recuerdos donde la vida privada y la vida laboral no congenian (creando incluso dos personalidades) da giros inesperados e incluso toma riesgos tan difíciles, que muy pocas producciones lo hacen porque pueden hasta perder espectadores, pero como mencioné, al igual que “Dark”, es lo que hace que podamos mantenernos enganchados en ella.

Severance

El entorno laboral, más o menos amigable, más o menos hostil, nos obliga de forma irremediable a contener nuestro auténtico yo. En un ambiente con sus jerarquías, con sus desequilibrios, resulta imposible ser uno mismo. Es probable que nuestro entorno más cercano se sorprendiera con nuestra versión laboral, como nuestros compañeros de trabajo se sorprenderían viendo nuestro “yo” real. Y este planteamiento lo llevan al extremo en un escrito magistral y estrictamente bien estructurado.

Mi mayor asombro ha sido que, a pesar de que el planteamiento que nos presenta es tan complejo que puede hacer aguas por todas partes, se ha construido un escrito sin fisuras, tan compacto como el hermético entorno laboral en el que se desarrolla la historia. Otro gran mérito es que, trabajando con elementos de escrito casi infantiles (las recompensas por el empleo bien hecho) y con tecnologías tan contradictorias con el avance estratosférico en el que se basa la narrativa (música en vinilo, grabaciones en cintas de casete) que podrían dar hasta risa, se haya evitado un resultado final casi catastrófico.

Y resulta que, todo lo contrario: la fuerza del escrito y la calidad de las actuaciones es tal que incluso estos elementos potencian el buen resultado. Porque en esta temporada se suman nuevos rostros como es Gwendoline Christie en una figura soberbia, Bob Balaban, o Alia Shawkat que también logran conectarnos completamente a este mundo.

Ambientación minimalista, tan blanca como asfixiante y figuras muy, muy simples, acorde con el empleo que desarrollan, dan forma a una historia, como menciono, muy; muy compleja. Y Ben Stiller sabe salir, no solo airoso, sino triunfante gracias a todos estos componentes y a un buen trabajo de dirección. Claro, detrás de esta genialidad está Dan Erickson, creador de la producción y quien en el 2016 le entregó el borrador de escrito a Ben Stiller quien quedó tan atrapado por la historia que sin titubeos decidió producirla (y nos alegra que haya sucedido porque no me quisiera imaginar que el escrito de “Severance” esté guardado en un cajón).

La producción tiene enigmas, tiene misterio, sí, pero por suerte no llega a niveles absurdos, y dentro de su lógica, planteada magistralmente al inicio de la primera temporada, funciona y se mueve. Aquí tenemos una puesta en escena por momentos surrealistas, por momentos claustrofóbica o incluso turbia, pero también hay momentos reconfortantes. Y las figuras son muy buenas, todos ellos con una personalidad bien definida y absolutamente todos tienen un desarrollo a lo largo de la producción, que no se olvida de nadie incluyendo a los nuevos y cerrando arcos de los antiguos.

Así como mencioné en la reseña de “Shogun” hace un año, donde vaticinaba que sería la producción 2024 a nivel de premios y críticas, lo mismo sucederá con “Severance”, porque esto es, por lo que empezamos a ver producciones: originalidad, desarrollo y sobre todo, entretenimiento.

Veredicto

¿Debo dar mas razones para que vayan a verla?

9 / 10

«The Pitt” es una serie de televisión que dentro de toda la gama médica cinefila que tenemos logra destacar, con una primera temporada de 15 episodios, esta serie se adentra en la vida cotidiana de los profesionales de la salud en un hospital de Pittsburgh, ofreciendo una mirada profunda y conmovedora a los desafíos que enfrentan tanto dentro como fuera del quirófano.

Desde el primer episodio, “The Pitt” establece un tono realista y emocional. La serie se centra en un variado elenco de personajes, cada uno con su propia historia y carga emocional. A través de ellos, los espectadores son testigos de cómo los médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud lidian con las crisis personales mientras intentan ofrecer el mejor cuidado posible a sus pacientes en un entorno hospitalario que nunca descansa.

Uno de los aspectos más destacados de la serie es su capacidad para equilibrar el drama médico con las luchas personales de sus personajes. Cada episodio presenta casos clínicos que van desde situaciones rutinarias hasta emergencias críticas, lo que permite a los guionistas explorar no solo las habilidades médicas necesarias para salvar vidas, sino también las emociones complejas que surgen en momentos de alta tensión. La serie no se detiene en lo superficial; profundiza en la carga emocional que conlleva trabajar en un entorno donde cada decisión puede tener consecuencias vitales.

Algunos de sus personajes, estuvieron fuera de escena haciendo que esta se perdiera por momentos, pero esto no le restó mérito a las actuaciones de sus actores principales como Noah Wyle, interpretando al doctor Robinavitch, o Fiona Dourif (The Stand), entre otros.

La serie también aborda temas relevantes como la política en el lugar de trabajo, una realidad ineludible en el ámbito médico. Las tensiones entre los distintos departamentos del hospital, así como las decisiones administrativas que afectan directamente la atención al paciente, son retratadas con gran realismo. Esto añade una capa adicional de complejidad al relato y permite a los espectadores comprender mejor las dinámicas internas que pueden influir en el cuidado que reciben los pacientes.

Un elemento visual importante es cómo utiliza su escenario: el hospital mismo se convierte casi en un personaje más. Las tomas del bullicioso vestíbulo, las salas de espera llenas de familias ansiosas y los quirófanos iluminados crean una atmósfera inmersiva. La cinematografía es ágil y dinámica, reflejando la intensidad y el ritmo frenético del entorno médico. La música también juega un papel crucial; las partituras emotivas acompañan momentos clave, intensificando la conexión emocional entre los personajes y el público.

A medida que avanza la temporada, “The Pitt” no teme explorar cuestiones éticas complejas relacionadas con la atención médica. Los dilemas morales que enfrentan los personajes añaden profundidad a la narrativa y fomentan reflexiones sobre temas como el consentimiento informado, la justicia social en el acceso a la atención médica y las decisiones difíciles sobre el final de la vida. Estos elementos hacen que la serie no solo sea entretenida, sino también provocativa e informativa.

The Pitt

En términos de ritmo narrativo, “The Pitt” logra mantener al espectador enganchado a lo largo de todos sus episodios. Cada capítulo suele culminar en un clímax emocional o un giro inesperado que deja al público ansioso por ver qué sucederá a continuación. Las tramas se entrelazan hábilmente; los eventos del episodio anterior impactan las decisiones y relaciones en episodios posteriores, creando una sensación coherente y continua.

A pesar del enfoque serio y dramático, también incluye momentos de humor sutil que alivian la tensión sin restarle importancia a las situaciones serias. Estos momentos ofrecen respiros necesarios tanto para los personajes como para el público, recordando que incluso en medio del caos hay espacio para la humanidad y la conexión.

En conclusión, “The Pitt” es más que una simple serie médica; es un estudio profundo sobre lo que significa ser humano en un entorno donde la vida y la muerte están constantemente al borde. Con su narrativa rica y multidimensional, personajes entrañables y cuestiones sociales relevantes, esta serie promete resonar tanto con quienes trabajan en el campo de la salud como con cualquier persona interesada en historias auténticas sobre resiliencia, amor y sacrificio. Sin duda, se establece como una nueva favorita dentro del género médico dramático televisivo.

Veredicto

Existe un amplio catálogo sobre este género médico, The Pitt con gran diferencia resalta con su realismo palpable en cada capítulo.

6 / 10

A Different Man” narra como Edward, un hombre profundamente condicionado por su aspecto, ya que tiene una malformación en el rostro.  Resultado de esto hace que Edward no se sienta seguro, pero un día encuentra un doctor que le dice que están experimentando con un nuevo fármaco que le puede ayudar a mejorar su rostro.  Después de este procedimiento, Edward ve cómo su vida puede cambiar y sin embargo, no cambia.

Ser y parecer, la óptica que tenemos interior y exteriormente hacia nosotros mismos, A Different Man funciona como una especie de espejo en la que se mira y nos invita a nosotros a mirarla y a observarnos también, lo que nos damos hacia nosotros y para con los demás, parece despojada de cualquier tipo de escudo sobre el qué dirán de ella, ya que se permite criticar y criticarse, un buen ejercicio en el que plantea ser parte del problema y también pieza clave para el cambio de las estigmatización en las que hace foco, su estilo y sus pasajes la convierten en un trayecto natural del cual no guarda demasiado efecto ficcionario al encontrarse en su propio juego que le sirve como hilo de conducción para poder entrelazar sus metas.

A Different Man

La película se mueve con facilidad y segura, con movimientos de cámara lentos y planos puntualizando en los rostros de los personajes para así impregnar las escenas de las sensaciones que les van sugiriendo, destacando el uso de los crash zoom en buena cantidad de oportunidades, siendo un elemento que se suele ver fundamentalmente en el cine de Quentin Tarantino, aquí hace su utilización y tiene buen tacto para poder emplearlos en el momento adecuado siendo que iremos logrando reflexionar la película sobre las percepciones que tienen los personajes sobre sus experiencias.

Su director Aaron Schimberg propone desenvolver su conflicto sobre una base de metacine y teatralización, sectores fundamentales en los que decide ejercer ya que le brindan mayor naturaleza y que la muestran sin tanto ropaje de ficción, un acierto enorme ya que mediante ello puede reunir eficientemente la vida de sus figuras.

Sus actuaciones son un factor fundamental para que como espectadores podamos captar y empatizar con los sucesos, un trio actoral que se desenvuelve muy bien tanto individualmente como en equipo, empezando por destacar a un Sebastian Stan que continúa en estado de gracia y en su buen andar, eligiendo proyectos que lo colocan en desafíos y le permiten crecer, alejándose de aquellos papeles que lo encasillan y no dejan que se pueda medir su verdadera gama interpretativa, puede además que el propio estilo del largometraje al coquetear con el metacine y lo teatral lo hayan ayudado a poder sentirse más cómodo y más estable, a Adam Pearson también se lo nota con comodidad en el toque que se le da a su figura, hecho que quizás le pudo haber facilitado el trabajo es que habrá vivenciado en su cotidianeidad los conflictos que obedecen a su personaje, sin embargo es con Renate Reinsve (Presumed Innocent), es con quien, a pesar de su excelente actuación, se me ha hecho más difícil conectar.

A destacar el excelente soundtrack con melodías de jazz por Umberto Smerilli.

“A Different Man” muestra el problema y se hace a ella misma parte del problema, para criticar como es la sociedad actual.  Me hubiese gustado que vaya mas por ese humor negro y cinico que estaba llevando al inicio del filme con momentos, que sin quitarle seriedad a la situacion, le daba un plus.

Veredicto

A Different Man es una fábula moral sobre la importancia del aspecto físico, pero sobre todo del éxito conseguido según la forma de gestionar los problemas.  Aunque hay algunas ideas interesantes, la música es llamativa y las actuaciones son correctas, lamentablemente, la segunda mitad de la película tira por la borda todo lo que se había construido en un principio.

6 / 10

The Last Showgirl cuenta la historia de Shelley, una bailarina de Las Vegas que ha sido parte del espectáculo Le Razzle Dazzle desde su inicio en los años 80. Cuando Eddie, el productor del espectáculo interpretado por Dave Bautista (Guardians of the Galaxy, Vol. 3), le anuncia que el show va a cerrar, Shelley cuestiona su futuro, sus decisiones pasadas, y lucha por volver a conectar con Hannah, su hija de 22 años.

Esta película presenta lo que parece ser una propuesta sobre el ageism, el arte y la vida en los escenarios de Las Vegas, pero no termina siendo así. Con un guion débil, a través de los diálogos nos vamos enterando de la historia de Shelley, conocemos personajes que nunca vemos en pantalla, pero que responden las preguntas que tenemos y develan su pasado. Sin embargo, como la mayoría de los elementos del filme, estos terminan siendo ambiguos, sin llevarnos a ningún lado. Intenta tener una fotografía de cine independiente, con movimientos bruscos y temblor. Aunque es una decisión artística que puede interpretarse como una forma de hacer más humana la historia, o mostrar la inestabilidad repentina en la vida de Shelly, la verdad es que lo único que hace es impedir disfrutar el hermoso diseño de producción y marear.

Lo mejor de The Last Showgirl es, sin duda, la actuación de Pamela Anderson. Nos convence como una mujer apasionada, que realmente ve su trabajo como un arte del que está orgullosa. En varios momentos hace alusión a cómo el espectáculo tiene sus raíces en Francia, siendo el único que permanece de su clase; un dato que a nadie a su alrededor parece importarle. En general, su mejor amiga, Annette, su hija, y sus (mucho más jóvenes) compañeras de trabajo, lo consideran una vulgaridad desfasada. La interpretación de Anderson le da personalidad y complejidad a un personaje que, con un guion que tenía poco más que ofrecerle, hubiera pasado por uno más del montón. Su voz dulce, su gesticulación desesperada, sus pasos de baile anticuados, limitados por el peso de la edad… todo es presentado con excelencia de su parte.

Es además respaldada por los personajes de Eddie y Mary-Anne (Brenda Song), pero es su mejor amiga, Annette, interpretada por Jamie Lee Curtis (Everything Everywhere All At Once), que nos muestra lo que podría ser el futuro de Shelley: retirada unos años antes de Le Razzle Dazzle, Annette representa el final de una mujer que ya no tiene belleza para ofrecer en una industria donde el físico es lo único que importa, perdida entre las apuestas y el alcohol.

Su hija Hannah (Billie Lourd), por otro lado, representa su pasado y su resentimiento por su abandono muestra todo lo que Shelley que sacrificó para dedicarse al espectáculo. Lourd tiene 32 años, interpretando a una estudiante universitaria de 22 años, y se nota. Con Hannah es que podemos profundizar en las motivaciones de Shelley, y cómo ella ve la vida de una forma en la que, si estás haciendo lo que te apasiona, todo vale la pena.

Y por eso, pese a todos sus defectos, The Last Showgirl logra emocionarnos: estamos ante una mujer que ama lo que hace, cuya pasión es su vida y su identidad, y de repente, lo pierde todo. Es algo que vemos día a día con adultos que no pueden seguir el ritmo del cambio, con personas que tienen que renunciar a aquello que más les apasiona. Esta película pudo haber sido una exploración de estos temas. Un guion más contundente, que hubiera dado resolución a al menos uno de los conflictos presentados, hubiera hecho esta historia mucho más redonda. Pero, lamentablemente, estamos ante una obra que, pese a conmovernos con su protagonista, se quedó corta en todo lo demás.

Veredicto

Una magnífica Pamela Anderson es empañada por un guion ambiguo y decisiones cinematográficas cuestionables.

6 / 10

Jesse Eisenberg es conocido por su amplio trabajo actoral, en el que destacan sus actuaciones para The Social Network, Batman v. Superman: Dawn of Justice y Río. En su segundo trabajo como director, también escribe y protagoniza junto a Kieran Culkin (Succession) A Real Pain, su primer largometraje en lograr distribución comercial y aclamación de la crítica.

A Real Pain nos introduce a la historia de dos primos: Benji (Culkin) y David (Eisenberg). Ambos, de origen judío, son completos opuestos: Benji es un espíritu libre, siempre parece estar relajado, es un imán de personas y no tiene interés en lograr estatus profesional o económico. Paul, por otro lado, es una persona ansiosa, con una carrera y una joven familia. Es descrito por su primo como alguien que parece siempre estar en un apuro. A pesar de todo esto y de apenas verse, los une el amor por su abuela, Dory, quien antes de fallecer les deja dinero para que juntos hagan un tour sobre el Holocausto judío en Polonia, su país de origen.

Hasta ese momento, parece que estamos ante una historia tipo «road trip», en la que obviamente las tensiones y las personalidades de ambos protagonistas chocarán. Pero, A Real Pain logra darle un giro a la fórmula que, aunque no la reinventa, la refresca al presentarla en un escenario tan particular y emocional cómo lo es un tour por campos de concentración y otros lugares históricos donde se llevó a cabo el Holocausto. Y aunque Culkin y Eisenberg demuestran tener una excelente química, eso no se logra solo, ya que el elenco de apoyo, compuesto por Will Sharpe, Jennifer Grey (Dirty Dancing), Kurt Egyiawan, Liza Sadovy y Daniel Oreskes, enriquecen la historia. Cada interacción entre estos y los protagonistas nos adentra más en la psiquis y trasfondo de ambos.

La fotografía, de la mano del polaco Michał Dymek, facilita acercarnos a la historia y sus personajes en momentos de vulnerabilidad, y le saca partido a la riqueza y color de los escenarios de Polonia. Este país no solo está presente en la historia y la fotografía: los nocturnos de piano de Chopin, quizá su músico más famoso (el aeropuerto lleva su nombre), transmiten la melancolía y el dinamismo de la historia a través de un instrumento que une a los protagonistas.

El título de A Real Pain no se trata de lo molesto que puede ser Benji para David o viceversa, sino que cuestiona la trascendencia del dolor humano en el día a día. Esa pregunta filosófica es planteada de manera emocional y sin dejar de ser cómica, un atributo que ha caracterizado las actuaciones de Kieran Culkin en sus últimos personajes, mostrando un dominio actoral que le hace robarse casi todas las escenas. Podemos concluir con que estamos ante una película mucho más profunda de lo que parece, real, de su tiempo sin dejar de plantear situaciones universales, y con actuaciones muy destacables. Jesse Eisenberg se consolida como un director que conoce su oficio, capaz de contar historias personales con altura, gusto, e ideas frescas.

Veredicto

A Real Pain conecta con nuestras experiencias y emociones combinando humor, vulnerabilidad y profundidad, sin dejar de ser entretenida.

8 / 10

El cine es de los pocos artes que puedes ver una misma historia, desde distintos puntos de vista.  “September 5” cumple los requisitos suficientes para ello.

Por ejemplo, con la música, puedes tener una canción a la cual se le hacen distintos covers.  Al final el cover es una segunda o tercera versión de una canción original pero es simplemente “otra forma de hacerlo”.  El cine tiene la particularidad de que puedes ver una historia como “The Last Duel”, donde tienes distintos puntos de vista.  El filme que nos ocupa, narra la historia de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, la cual se ha visto con la película de Steven Spielberg llamada “Munich”, desde el punto de vista de unos agentes de la Mossad, sin embargo ahora estamos viendo desde el punto de vista de unos reporteros, precisamente la única cadena que transmitió el conflicto en vivo: la ABC.

September 5

La historia está desarrollada solo por siete horas antes de que suceda el conflicto, y las horas que duraron el conflicto, teniendo un total de 24 horas o un poco más, en donde el único escenario es una cabina de televisión (y pueda que tres o cuatros escenarios más, en cuestiones de segundos).

El trabajo del director Tim Fehlbaum es impresionante y debe ser tomado en cuenta, por como mantiene al espectador con una constante tensión sólo con los diálogos y aunque uno sepa cómo vaya a terminar todo.  Magistral el uso de las pausas, de la música y hasta de ciertos tecnicismos para que estemos tan adentro del filme como los mismos personajes.  A todo esto también el director participa como guionista en conjunto con Mortiz Binder y Alex David, logrando crear personajes que nos importan y que se desarrollan en el transcurso de la trama.  Interesante como, por ejemplo, como conocemos a Marianne, con solo 3 preguntas esenciales que les hace otro personaje, o cómo podemos entender la necesidad de mantener la historia de Roone con algunos momentos claves.

Pero el trabajo no queda aquí, porque “September 5” tiene una de las mejores actuaciones del año.  John Magaro toma el rol protagónico junto a veteranos como Peter Sarsgaard y Ben Chaplin, destacando por mucho en un personaje lleno de capas.  Su evolución es interesante desde el inicio en que se presenta como al final cuando sale de la cabina.  Hablar de Peter y Ben es decir lo obvio: solvencia actoral.  Es incluso interesante como Peter Sarsgaard, manteniendo un peinado y ropas similares en “Presumed Innocent”, sea tan distinto.  A todo ello se le suma Leonie Benesch, en actuación con uno de los mejores personajes del filme.  Luego los demás son tan secundarios, aunque funcionan, como es el caso de Zinedine Soualem o Corey Johnson.

En lo técnico la fotografía de Markus Forderer es como si estuviésemos viendo un documental de los 70, con el granizado y todo.  Una maravilla.  Y ni hablar del diseño de producción de Julian Wagner, que logra sentirse totalmente en los 70, y gracias a la fotografía, en ningún momento nos desentona algo.

Para concluir, la música de Lorenz Dangel, puede pasar un poco desapercibida e incluso hubiese hecho falta un poco más de canciones tensas para ciertos momentos, pero tampoco dañará la experiencia.

“September 5” es una de las mejores películas del año sin lugar a dudas.  Una obra que debe ser vista por todos, porque no decepciona.

Veredicto

Un filme con tintes docudrama absolutamente fascinante.

8 / 10

The Apprentice” es un drama biográfico que narra cómo fue el ascenso de Donald Trump y cómo conoció a Roy Cohn, un poderoso e influyente abogado, del cual se dice que fue quien Trump se forjó para ser lo que es hoy.

El filme dirigido por Ali Abbasi, quien dirigió con mucha maestría “Holy Spider” y uno que otro capítulo de “The Last of Us”, trata de ser un poco imparcial en cuestion de ideologias, algo de agradecer porque buscamos ver un biopic y no masterclass política.  Este retrato de un Trump ambicioso y dispuesto a todo para alcanzar el éxito nos ofrece una mirada a los orígenes de su ideología y comportamiento, con actuaciones poderosas que impulsan la historia.

La película logra recrear de manera vívida la atmósfera de una Nueva York en plena transformación, donde el auge inmobiliario y las tensiones sociales se entrelazan en un paisaje complejo. La dirección de Ali Abbasi destaca por su capacidad para transportar al espectador a este período, mostrándonos un Trump joven, lleno de ambición y buscando desesperadamente dejar su marca en el mundo de los negocios. Las luces de la ciudad, los rascacielos en construcción y las intrigas empresariales forman el telón de fondo perfecto para la trama, subrayando el contraste entre el lujo y el caos que caracterizan la vida de los protagonistas.

The Apprentice

Uno de los mayores logros de «The Apprentice» es la interpretación de Sebastian Stan como un joven Donald Trump y Jeremy Strong en el papel de Roy Cohn, el abogado sin moral que sirve de mentor a Trump. Stan ofrece una actuación sorprendentemente contenida, evitando caer en la caricatura fácil de un Trump estridente, para mostrar en cambio una versión más juvenil, impulsada por la inseguridad y la ambición desmedida. Vemos cómo su personaje se va moldeando bajo la influencia de Cohn, y Stan es capaz de transmitir la evolución de Trump de un joven empresario ansioso a un hombre cada vez más calculador y despiadado.  Este actor ha demostrado ser algo más que un personaje de Marvel al cual acudir de vez en cuando.  

Jeremy Strong brilla como Roy Cohn, quien juega un papel fundamental en la formación del Trump que eventualmente dominará el mundo de los negocios y la política. Su Cohn es manipulador, astuto y peligroso, y Strong lo interpreta con una intensidad que mantiene al espectador en tensión. La química entre Stan y Strong es palpable, y sus escenas conjuntas son el núcleo emocional de la película. A través de su relación mentor-discípulo, la película explora temas como el poder, la ética (o la falta de ella) y la ambición sin límites.  Aunque si bien es cierto, que por momentos, el papel de Strong me recordaba a su Kendall Roy de “Succession” (algo que también le sucede a Kiera Culkin con “A Real Pain”).  Con menos luces pero igual en excelente actuación, está Maria Bakalova, quien se roba todas las luces a pesar del muy ligero desarrollo que le dieron.

El ritmo pausado del director ayuda bastante al guión de Gabriel Sherman, quien había mostrado interés en otros proyectos políticos como la miniserie “The Loudest Voice”.  Aquí el guionista, a pesar de que, al igual que el director, no caer en una línea ideológica, se hace eco de ciertos rumores para alimentar el guión, que ayudan mucho al personaje pero se sienten incluso como fuera de sí, ya que son momentos que ocurren de forma aleatoria.

Para concluir, la excelente fotografía de Kasper Tuxen, que parece sacado de un viejo vhs y con unos bonitos planos de la ciudad de Nueva York y sus atardeceres.

Sin embargo, a pesar de estos puntos, “The Apprentice” no es tampoco una excelente película ya que es bastante irregular en cuestión de mantener al espectador con toda la atención, porque cuando debe orientarse en el personaje de Trump, se enfoca en Cohn, y cuando debe hacerlo con Cohn lo hace con Trump.

La ambientación, la textura, diseño de época y diseño de personajes, más actuación de Stan y Strong, son impecables y le dan un buen toque al filme, pero “The Apprentice” carece de ciertas cosas que la hacen entretenida y no más.

Veredicto

Interesante biopic que destaca por las actuaciones pero que carece de la fuerza suficiente para mantener al espectador pegado a la pantalla.

6 / 10

  • Carry-On

    Every holiday season, millions travel safely by air. This Christmas will be different.

Efectivo thriller que cumple su función de entretener.  “Carry-On” se convierte en una propuesta divertida para ver en estas fechas navideñas, en donde la tensión está servida.

No esperaba nada.  De hecho, para lo entretenida que es, hasta poca publicidad le han dado.  El filme dirigido por Jaume-Collet Serra, quien se encargó de dirigir “Black Adam” en su momento, vuelve a sus orígenes: un thriller contrarreloj, en el que sus protagonistas están en situaciones límites y deben actuar lo más pronto e inteligente posible para evitar catástrofes.

En la actuación principal está Taron Egerton (Black Bird), demostrando una vez más que no importa el papel que tome, lo hará con solvencia.  Lo mismo con Jason Bateman (Ozark), que es otro actor que cumple con creces y debería tener más fama y papeles como estos.  Los demás son tan secundarios que pueden pasar desapercibidos.  Theo Rossi (The Penguin) tiene varias escenas pero el director no pretende darle protagonismo, mientras que Logan Marshall-Green, totalmente irreconocible y Dean Norris, apenas se pasean por pantalla.  La que menos sale mejor parada es Sofia Carson, quien parece que el director pensó que solo bastaba con que su rostro aparezca en pantalla y tenga unos diálogos totalmente aburridos.

Sobra decir que Collet-Serra ofrece un trabajo de nuevo efectivo, cogiendo un guión bastante sencillo, pero sacando petróleo del mismo, ya que los momentos tensos funcionan, y los de acción dan la talla, en un cóctel de géneros con ecos a la saga Die Hard (navidad, terroristas y alguien haciendo cumplir la ley), pero saliendo airoso de las comparaciones al tener su propia identidad.  Con un director menos experimentado esto hubiese sido un desastre.

Carry-On

Sí, esta historia ya la hemos visto tropecientas veces, y hay tantas películas anteriores que se asemejan, que no acabaríamos nunca, pero aun así te interesa la historia, y la claves son bien sencilla: los personajes te importan, y no te llaman estúpido a la cara. Sí, te exigen en un par de ocasiones la ya mítica suspensión de tu incredulidad, porque son las reglas del juego, pero jamás al nivel de bobadas como “The Trap” de M.Night Shyamalan, quien después de los primeros 30 minutos se rien en tu cara.

El guión tiene los suficientes elementos para valerse por sí misma y de paso, para aportar más al desarrollo de los personajes.

“Carry-On” no es que necesite mucho, pero en lo técnico también cumple.  La banda sonora está compuesta por Lorne Balfe, compositor de varias bandas sonoras de acción, principalmente algunas de la saga de “Misión Imposible”, y de la cual toma algunas influencias para trabajar con Gabe Hilfer, en la creación de estas canciones.  La fotografía de Lyle Vincent (Bad Education) también cumple.

Al final “Carry-On” es una película que cumple todos los checks para pasar un excelente rato y la cual se agradece el entretenimiento.  ¿Que te vas a olvidar de ella en algunos meses? Probablemente, pero eso no quita el buen entretenimiento que tendrás en este mes de navidad gracias a ella.

Veredicto

Proporciona disfrute. La simplicidad no perjudica la salud. No todo van a ser comidas de tarro. Es navidad, seamos felices. El cine también está para esto. Sin complejos.

5 / 10

Estrenada el pasado 7 de noviembre, nos llega esta explosiva serie de acción, drama, suspenso, crimen y todo lo que usted le quiera agregar. Al segundo esta serie que se vuelve adictiva casi de inmediato, ¿trama de asesinos? ¿Amor por los francotiradores? No lo sé, lo que sabemos es que supo engancharnos desde el inicio de la misma hasta su final.

Es la tercera adaptación cinematográfica de la novela de Frederick Forsyth de 1971, concebida por el renombrado escritor y guionista Ronan Bennett como showrunner, Brian Kirk a cargo de algunos episodios, todo en manos de irlandeses que saben llevar a cabo una serie de eventos en The Day Of The Jackal. El mismo, tuvo su participación en la exitosa serie Game Of Thrones. una banda sonora que nos sumergió al igual que su especial intro y ya debemos ir reconociendo como Sky se sigue superando al intentar atraer más y más espectadores.

Regularmente las tramas de asesinos a sueldos, la caza del gato y el ratón, volviendo el escenario más mítico y misterioso posible, esto encanta al espectador. Aunque algunas partes se prolongan para llegar a 10 episodios, hay mucha acción y drama para mantenerte entretenido a lo largo de la serie. El personaje principal The Jackal (Eddie Redmayne) haciendo uso de sus magistrales dones actorales, la narrativa principal se centra en este despiadado y apasionado hombre, es como un villano frívolo y a le vez un ser humano que puede sentir y vivir llevando a cabo esta clase de vida entre psicopatia y normalidad, lo que le da este toque magistral a esta serie, The Day Of The Jackal, por su parte los actores secundarios de la mano Lashana Lynch como Bianca, es la encargada de armar la cacería por todo el mundo de este asesino despiadado. Lashana, hizo lo que fue hacer, su actuación destaca más no es recordada, ya que su papel en ocasiones llega a ser irritante con notoriedad.

Hablemos de algunas cosas que no podemos dejar pasar, la intensa e innecesaria (sin ofensas) parte de la vida sentimental, incluida Ursula Corbero de estuvo un poco fuera de lugar, le dan ese bajón a toda la gama cinematográfica extendida por toda la serie. Unos personajes insufribles.

Es visto como la muerte, un sicario sin escrúpulos capaz de encender todas las alarmas del miedo. Un verdugo que solo tacha su lista, los cuales son inscritos por manos un tanto conocidas. The Day Of the Jackal ofreció mucha opulencia, diferentes tomas, registrando lo mejor de las zonas de Europa, entre ellos Croacia, España, Hungría y demás,  dando en cada toma, casi un estilo cargado de James Bond.

Aún así, esto es cine y aunque Redmayne ofrece una actuación segura como el asesino, todavía Lynch no termina de convencerme del todo. Por ejemplo, también tenemos escenas con Bianca con su familia, pero aunque entiendo que tienen que establecer esa situación, porque su trabajo a menudo la aleja de ellos, realmente no me importa su historia de fondo, como lo expliqué anteriormente con la vida personal de un asesino a sueldo.

De los finales más fríos y más aterrizados posibles dejan abierta la posibilidad de una segunda temporada a la vuelta de la esquina.

Veredicto

Es cine, estupenda, buenas actuaciones con una trama que hemos miles de veces, pero en más de buenos actores y bien dirigida The Day Of The Jackal no se olvidará con facilidad.

7 / 10