“Antidisturbios” es una miniserie del 2020 creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña (los dos que crearon “As Bestas”), y en la cual también hacen de directores y guionistas.
La serie narra como un equipo de antidisturbios de la policía es enviado a realizar un desahucio en el centro de Madrid. A la llegada al lugar, este equipo se dará cuenta que no la tienen fácil, provocando que el desalojo se complique provocando una tragedia. Esto hará que un equipo de Asuntos Internos de la Policía se encargue de investigar lo sucedido, destapando así una caja de Pandora.
Primero hay que aplaudir la dirección por parte de Sorogoyen, quien detrás de cámara no defrauda absolutamente nada y con destreza y unos virtuosos planos secuencia, logra mantener la acción y el suspenso. Es increíble como logra escenas en donde uno se quede al borde del asiento, mientras vemos al director incluir elementos en momentos en donde cualquier cosita puede hacer que los protagonistas estén en peligro, haciendo que tanto el espectador como el personaje están en constante estrés. Además de que su forma de grabar es como una simulación de found footage pero sin serlo, para que nosotros detrás de pantalla nos podamos sentir como parte del equipo. Una apuesta en escena milimétrica desde la planificación hasta el momento de dar la acción en el set con un trabajo de cámara impecable. Alabanzas debería recibir la escena cuando el equipo es enviado a las afueras de un estadio de fútbol.
Lo segundo a destacar en “Antidisturbios” son las increíbles actuaciones. Raúl Arévalo (La Isla Mínima), Roberto Álamo (esa escena cuando tiene el ataque de ansiedad es increíble) y Raúl Prieto, se roban la pantalla con cada una de sus escenas, siendo estos dos últimos los personajes con peor desarrollo de guión, demostrando que a veces una cosa no va de la mano de otra. En menor medida queda Patrick Criado, que apenas dura unos cuantos capítulos o Hovik Keuchkerian, que a pesar de tener un gran protagonismo, nuevamente el guión no les hace justicia y no ayuda. Ni hablemos de Vicky Luengo, a quien se le maltrata en momentos claves.
Porque el problema de la serie son en el guión y la parte de los diálogos donde la serie no alcanza la excelencia que para mí sí tiene la dirección. El formato serie viene muy bien para poder indagar algo más en los personajes principales, pero el desarrollo es tremendamente caótico, haciendo que en un capítulo veamos a un personaje ser de una forma pero en otro verlo totalmente distinto. Lo peor es que la serie trata de hacer unos cuantos giros de guión, que tal vez en la idea eran interesantes pero cuando son llevado a cabo, con este guión y sus defectos, hace que uno esté totalmente perdido de que acaba de ver o peor aun, no entender el porqué el personaje lo hace porque no va con lo que nos han planteado desde el inicio.
En cada mirada y en cada silencio hay un mensaje, siendo una serie que cumple técnicamente, pero que también ofrece un trasfondo que va más allá y no se conforma con el típico blanco o negro, apostando por el gris, en una decisión tan valiente como acertada.
En el apartado técnico, tenemos al frances Olivier Arson, ya colaborador del director y en las cinematografía a Alex de Pablo, otro colaborador del director y que es quien ayuda en tomar esos excelentes planos que parecen parte del found footage.
“Antidisturbios” es una excelente serie y muy disfrutable, que hace que sea una verdadera pena que conjugando estos elementos, el guión tenga unos fallos muy marcados que hacen que pierda valor (pero no fuerza).