Soy de los que piensan que las cosas deben evolucionar. No pueden quedarse siendo lo mismo toda la vida. Barry es un caso de ello.
Una de las mejores series de HBO de los últimos años, es sobre un asesino a sueldo que encuentra su pasión de vida en la actuación de teatro. Es una comedia negra con tintes de suspenso en donde Bill Hader (protagonista, creador de la serie, director y guionista de algunos capítulos y productor) juega entre el surrealismo al tener a un personaje de ese calibre tomando clases de actuación.
El chiste no podía mantenerse mucho tiempo y en la segunda temporada, al menos en su último capítulo se empezó a notar. Es por eso que para la tercera temporada han hecho algunos cambios. Nada de que preocuparse, porque ese humor negro y ese surrealismo se mantienen, pero tambien dan paso al drama serio y lo envuelven en tragicomedia.
Sally (interpretado por Sarah Goldberg) pasa a tener más protagonismo y su personaje se convierte en una crítica al tóxico y machista ambiente de Hollywood, aunque por momentos queda algo ambiguo cual es el propósito de dicha crítica. No se entiende bien si lo que busca es tener una posición seria ante ella o tomarla en broma. Por otro lado Cussanoe (un Henry Winkler que tiene la mejor escena en el capítulo final), Fuches (Stephen Root) y Hank (Anthony Carrigan), pasan a tener menos tiempo en pantalla y menos tiempo de desarrollo y con este último personaje, no se sabe bien lo que se busca.
Barry sigue siendo una muy buena serie, que en esta tercera temporada ha evolucionado por buen camino, pero eso no quita que no se entienda bien el camino que quiera tomar y que esté bien desarrollado. Barry sigue siendo un personaje con muchas capas y potencial para desarrollarlo, y espero así sea.