Tuvieron que pasar más de 20 años para poder ver a lo que se refería Rufus (el personaje interpretado por George Carlin. Que en paz descanse) de que los jóvenes Bill y Ted salvarán al mundo con su música. Y es que la película tiene una estética de televisión algo incómoda, por momentos se siente que Keanu Reeves no recuerda cómo era su personaje, pero vamos, que son Bill y Ted.
A pesar de que las películas de estos dos personajes carecían de cierta calidad cinematográfica, el divertido guión y los increíbles personajes eran suficientes para tener garantizados buenos momentos. Ahora mismo, una tercera parte es un poco extraña porque hablamos de que las anteriores eran dos chicos menores de 25 años que estaban muy despistados y viven unas aventuras temporales. La gracia de Reeves en ese entonces era demasiado contagiosa, y aunque ahora también lo es, se consigue mientras avanza la película y no desde que vemos a los personajes como las dos primeras entregas.
Y creo que esta razón es por la cual el guión de Chris Matheson es coherente, porque no opta por tirar a la nostalgia con dos personajes ya muy mayores e inocentes. Va por un camino, que incluso es algo profundo (el hecho de que los enemigos sean los mismos Bill y Ted como alusión a que somos nuestros peores enemigos cuando nos culpamos de algo).
La música es bastante genial, como siempre, y agradecidos estamos de que el soundtrack incluye a bandas como Mastodon o Lamb of God. Por otro lado los personajes femeninos que hacen de las hijas de Bill y Ted, al inicio pensamos que serían un intento de copia barata pero que equivocados estamos y han sido necesarios y bastante divertidos (la transición de las chicas y sus padres está hecha con mucho cuidado y detalle) llevando estos personajes con mucha soltura con una Samara Weaving genial y que aún Hollywood no ha visto el potencial de esta chica y Bridgette Lundy que se roba cada escena.
“Bill y Ted: Face the Music” no es perfecta, pero tampoco lo intenta. Está creada con mucho cariño y busca darle conclusión a la historia de estos jóvenes y a tirar un poco de comedia inocente en estos tiempos, lo cual se agradece mucho. Y qué más da, si tenemos un tour por el tiempo con los mejores intérpretes de cada historia y a la muerte tocando el bajo. ¿Podemos pedir más?