Marvel ha conseguido casi la gran mayoría de sus licencias y, al ver el increíble público que tenía la serie Daredevil, no dudó en explotarla de igual manera con Daredevil: Born Again.
Todo en la serie es una declaración de intenciones. Es Marvel diciéndonos (y diciéndole a Netflix) “yo lo haré, pero mejor que tú”, pero claramente no ha sido así. Ojo, que la serie no es mala y, de hecho, en los siete capítulos a los que tuvimos acceso, la historia y todo lo que la rodea es bastante entretenido e incluso arriesgado por parte de Marvel tomar un rumbo un tanto oscuro.
Sin desvelar mucho de la trama, la cual Marvel se ha encargado de ocultar lo más que ha podido, Daredevil: Born Again sigue, una vez más, a Matt Murdock, un abogado que también es superhéroe por las noches. Se verá cazado cuando su identidad secreta empiece a salir a flote.
Primero, lo bueno: es de agradecer que Disney no haya querido hacer un reinicio, sino que absorbió todo el buen trabajo que ha hecho Netflix, y básicamente tenemos una especie de “cuarta temporada” que también funciona como un reinicio, algo que le sienta bien y fresco. Primero, porque ya nos es familiar este mundo; pero, segundo, porque vemos cómo hay cosas nuevas y mejores.
Por alguna razón, Netflix le temía a la máscara y traje del llamado “Hombre sin Miedo” y nos dio un traje-armadura un tanto extraño pero al cual ya estábamos acostumbrados, por lo que ver cualquier detalle nuevo y/o diferente es de agradecer.
Segundo, está el hecho de la historia y los actores, además de los personajes. Con la historia sucede que está bien estructurada, convence e incluso es creíble. Entramos fácilmente en este mundo, y con los personajes sucede igual. Vemos algunos nuevos, otros de otras series (hay un guiño genial para Ms. Marvel) y nuevas interacciones que cumplen lo suficiente.
Además, los desarrollos funcionan (¡por fin, Marvel!), y vemos cómo un acto del inicio (aquí sí no estoy de acuerdo y culpo a los guionistas) hace que todo el tablero se mueva y nos invite a ver varias facetas de los personajes, e incluso del mismo protagonista. Hay evolución, algo que a Netflix parece no importarle ya. Solo recuerdo cómo en la segunda temporada Matt Murdock era el mismo personaje por casi cuatro capítulos seguidos a pesar de varios sucesos que le estaban ocurriendo.
Ahora, ¿qué es lo malo?
El exceso de pantalla verde es algo que le juega en contra constantemente. Es horrible ver cómo deben acudir a un efecto tan miserable como una luz parpadeante de un edificio para poder tapar los malos efectos especiales. Simplemente penoso.
Pero lo que es aún más penoso es ver cómo una serie que tenía unas excelentes escenas de acción bastante modernas, ahora acude a realizar hasta cinco cortes de cámara para una pelea en una habitación con solo dos personajes. No hay una forma adecuada de aceptarlo.
Esto es una serie de acción de un personaje de cómics, así que simplemente graben buena acción.
La fotografía también falla, y es culpa de la exagerada pantalla verde, que hace que no se aprecie lo suficiente, algo descabellado cuando vemos que los directores de fotografía son Hillary Spera y Pedro Gómez Millán.
La música está a cargo de The Newton Brothers, quienes remasterizaron el clásico intro de X-Men ’97 y que aquí, básicamente, hacen la misma función. No destacan, ya que toman gran parte de las canciones y les dan un toque distintivo, pero mantienen la misma esencia.
Al final, Daredevil: Born Again es una buena serie que cumple su propósito y que, de hecho, está mejor que muchas otras de la casa Marvel, como She-Hulk o Echo.