Entradas

28 Years Later” no va a reinventar el género como hizo “28 Days Later” del mismo Danny Boyle y “Dawn of the Dead” de Zack Snyder, por allá a inicios de los 2000.

Pero ojo, que los “zombies” de esta saga no son “zombies” como tal. De hecho, son infectados por un virus proveniente del mono y que, por alguna razón, siguen vivos. Alex Garland (“Civil War”) vuelve a ser el guionista, como lo fue con la primera parte, y aquí tratan de explicar cosas que la segunda (“28 Weeks Later”) no hizo (donde solo figuraban como productores los dos creadores), teniendo en cuenta que han pasado 28 años según la película. En esta ocasión seguimos a una familia en un mundo hostil con estos infectados.

Desde los primeros minutos, este filme es una declaración de intenciones: los planos nerviosos, el montaje rabioso, los movimientos de cámara que desafían la comodidad visual. Danny Boyle y su director de fotografía, Anthony Dod Mantle —con quien ya había trabajado en la primera película de la saga— optan por una estética que parece diseñada para incomodar, para recordarnos que en este mundo no hay tiempo para contemplaciones. El estilo visual, heredero directo del caos sucio y angustiante de la primera entrega, se extrema aún más, convirtiendo cada persecución en una experiencia sensorial.

Mientras que su secuela optaba por una imitación de este estilo característico de la primera, pero sin lograrlo del todo (es terrible cómo en la parte dos, con la escena del metro, solo podemos apreciar una mano y una pared), en “28 Years Later” quieren decirnos abiertamente: estamos todos en peligro y ya los humanos son igual o peor que los infectados. No podemos confiar en nadie.

Garland opta por un guion más pulido e incluso más sobrio que sus propios trabajos, pero con los errores característicos de propuestas como “Civil War”. Por momentos es críptico y austero, dejando que el silencio y la crudeza de las imágenes hablen por sí solas. Pero en otros tramos —sobre todo cuando toca explicar ciertos detalles geográficos o lógicos (como el tema de las mareas o la aislación insular del nuevo escenario)— cae en una sobreexplicación innecesaria, subrayando lo que el montaje o la puesta en escena ya habían transmitido con eficacia. No necesitamos que nos expliquen lo que ya estamos viendo.

En cuanto a las actuaciones, Alfie Williams, el niño protagonista, cumple con creces, mostrando lo necesario para mantenernos y hacernos creer que se sienten en peligro constante. Aaron Taylor-Johnson y Ralph Fiennes actúan con una solvencia impecable; sin embargo, quien lleva el filme a niveles extremos es una de mis actrices contemporáneas favoritas: Jodie Comer (“The Last Duel”). Inaudito lo que logra, superando todo lo que ha hecho durante su carrera y, sin temor a equivocarme, la mejor actuación femenina del año (al menos de lo que ha salido hasta el día de hoy).

El diseño de sonido es uno de los elementos que mejor sostienen la tensión constante. Hay un uso inteligente del audio ambiente que contribuye a esa sensación de que el peligro está siempre a medio metro, aunque no lo veas. Si algo heredó bien esta tercera entrega es el legado sensorial del primer film, ese que no te dejaba respirar tranquilo ni cuando no pasaba nada en pantalla.

Lo que sí puede discutirse —y probablemente divida aguas— es el nivel de accesibilidad que tiene la película para los nuevos espectadores. Es cierto que narra una historia con personajes nuevos y un contexto actualizado, pero está tan empapada del espíritu y el lenguaje de las entregas anteriores que cuesta imaginar a alguien totalmente ajeno al universo conectando con ella de manera profunda. Es decir, aunque no hayas visto las anteriores (una que otra referencia aparece en la actual), su universo, su mundo, su esencia, está en toda la película y es algo totalmente diferente al cine zombi de Hollywood. Hay que saber a lo que vas.

Al final del día, “28 Years Later” reúne a Boyle y Garland, dándole lo necesario a la franquicia para mejorarla y actualizarla lo más posible. Es, sin duda, uno de los mejores blockbusters de este año y que tanto he disfrutado.

Veredicto

Una película destacable que puede tener un gran futuro si no cae en la facilonería de otras largas sagas como Underworld o similares.

6 / 10