«Too many people in this room and each one wants me to be something different»
En los últimos años se ha hecho costumbre entre los estudios el producir un biopic sobre alguna figura musical para ganar premios.
Tales han sido los casos de Bohemian Rhapsody con Freddy Mercury (2018), Rocketman con Elton John (2019), Elvis (2022) y Maestro con Leonard Bernstein (2023), convirtiéndose en un género que prácticamente garantiza un espacio entre las nominaciones. Todos han apuntado a llevar a su protagonista a alcanzar el premio en la categoría de actor principal, aunque la única en lograrlo ha sido la controversial actuación de Rami Malek en Bohemian Rhapsody. Este año, le ha tocado a Timotheé Chalamet protagonizar A Complete Unknown, la historia sobre el ascenso a la fama del ícono del Folk, el Rock n’ Roll, y Nobel de Literatura, Bob Dylan.
Desde su llegada a la ciudad de Nueva York hasta su vindicación como la voz de su generación, las canciones de Dylan se convierten en himnos al cambio y la paz en una década caracterizada por el exceso, convulsión política e incertidumbre ante los conflictos bélicos de la época.
Y es precisamente la falta de excesos que hace en parte poco creíble la historia. Los sesenta fueron de justicia social y cambio, pero también de consumo de todo tipo de drogas indiscriminadamente, antes y durante cada presentación. Y Dylan está muy lejos de haber sido la excepción. La película se cuida de mostrarlo, mostrando una narrativa sanitizada.
Somos introducidos por medio de Woody Guthrie (Scott McNairy) y Pete Seeger (Edward Norton) al joven Bobby, 19 años y recién llegado a Nueva York, quien con su guitarra y canciones que impresionan a los músicos por su frescura y originalidad. En cuestión de pocos años, las mismas le catapultarán a la fama en la escena musical del Greenwich Village en Nueva York (capital del folk), además de distintos festivales. Así mismo, conocemos a dos de las mujeres más importantes en la vida de Dylan: Sylvie Russo (Elle Fanning), basada en su novia y musa de la época, Suze Rotolo, y la también cantautora Joan Báez (Monica Barbaro), con quien mantuvo una tumultosa relación. Ambas ofrecen interpretaciones creíbles qué complementan la presencia en pantalla de Chalamet sin robarle protagonismo en ningún momento.
Más que un biopic, A Complete Unknown (el título, además de referenciar los comienzos de Dylan, viene de un verso de su canción Like a Rolling Stone) se centra en lo que se conoce como «la controversia de Bob Dylan» cuando éste decidió utilizar instrumentos eléctricos en el festival de Newport de 1965, evento que hasta ese entonces se había caracterizado por mantener la «pureza» del género: un cantante con una guitarra, o en su defecto una banda acústica. Dylan, siendo el artista despreocupado por las normas que siempre ha sido, decidió romper las reglas, pagándolo caro: su actuación fue recibida por un público enfurecido que prácticamente lo expulsó del género. Había nacido el Bob Dylan rockero.
Aunque el filme hace un recorrido por la vibrante escena musical de principios de los 60 con apariciones de figuras como Johnny Cash y Lead Belly, Timothée Chalamet se convierte en el ancla en una historia predecible y que juega a lo seguro en muchas ocasiones, siendo salvada por los momentos musicales en los que se nota la dedicación del actor en hacerle justicia a los temas de Dylan con una voz y gesticulación fieles al artista.
Podemos decir que A Complete Unknown sí puede tener una oportunidad en darle alguna estatuilla a Chalamet, quien, al igual que su personaje, ha logrado moverse en distintos géneros y salir victorioso en cada ocasión.