Entradas

A Different Man” narra como Edward, un hombre profundamente condicionado por su aspecto, ya que tiene una malformación en el rostro.  Resultado de esto hace que Edward no se sienta seguro, pero un día encuentra un doctor que le dice que están experimentando con un nuevo fármaco que le puede ayudar a mejorar su rostro.  Después de este procedimiento, Edward ve cómo su vida puede cambiar y sin embargo, no cambia.

Ser y parecer, la óptica que tenemos interior y exteriormente hacia nosotros mismos, A Different Man funciona como una especie de espejo en la que se mira y nos invita a nosotros a mirarla y a observarnos también, lo que nos damos hacia nosotros y para con los demás, parece despojada de cualquier tipo de escudo sobre el qué dirán de ella, ya que se permite criticar y criticarse, un buen ejercicio en el que plantea ser parte del problema y también pieza clave para el cambio de las estigmatización en las que hace foco, su estilo y sus pasajes la convierten en un trayecto natural del cual no guarda demasiado efecto ficcionario al encontrarse en su propio juego que le sirve como hilo de conducción para poder entrelazar sus metas.

A Different Man

La película se mueve con facilidad y segura, con movimientos de cámara lentos y planos puntualizando en los rostros de los personajes para así impregnar las escenas de las sensaciones que les van sugiriendo, destacando el uso de los crash zoom en buena cantidad de oportunidades, siendo un elemento que se suele ver fundamentalmente en el cine de Quentin Tarantino, aquí hace su utilización y tiene buen tacto para poder emplearlos en el momento adecuado siendo que iremos logrando reflexionar la película sobre las percepciones que tienen los personajes sobre sus experiencias.

Su director Aaron Schimberg propone desenvolver su conflicto sobre una base de metacine y teatralización, sectores fundamentales en los que decide ejercer ya que le brindan mayor naturaleza y que la muestran sin tanto ropaje de ficción, un acierto enorme ya que mediante ello puede reunir eficientemente la vida de sus figuras.

Sus actuaciones son un factor fundamental para que como espectadores podamos captar y empatizar con los sucesos, un trio actoral que se desenvuelve muy bien tanto individualmente como en equipo, empezando por destacar a un Sebastian Stan que continúa en estado de gracia y en su buen andar, eligiendo proyectos que lo colocan en desafíos y le permiten crecer, alejándose de aquellos papeles que lo encasillan y no dejan que se pueda medir su verdadera gama interpretativa, puede además que el propio estilo del largometraje al coquetear con el metacine y lo teatral lo hayan ayudado a poder sentirse más cómodo y más estable, a Adam Pearson también se lo nota con comodidad en el toque que se le da a su figura, hecho que quizás le pudo haber facilitado el trabajo es que habrá vivenciado en su cotidianeidad los conflictos que obedecen a su personaje, sin embargo es con Renate Reinsve (Presumed Innocent), es con quien, a pesar de su excelente actuación, se me ha hecho más difícil conectar.

A destacar el excelente soundtrack con melodías de jazz por Umberto Smerilli.

“A Different Man” muestra el problema y se hace a ella misma parte del problema, para criticar como es la sociedad actual.  Me hubiese gustado que vaya mas por ese humor negro y cinico que estaba llevando al inicio del filme con momentos, que sin quitarle seriedad a la situacion, le daba un plus.

Veredicto

A Different Man es una fábula moral sobre la importancia del aspecto físico, pero sobre todo del éxito conseguido según la forma de gestionar los problemas.  Aunque hay algunas ideas interesantes, la música es llamativa y las actuaciones son correctas, lamentablemente, la segunda mitad de la película tira por la borda todo lo que se había construido en un principio.

6 / 10