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Fede Alvarez lo vuelve a hacer.  Toma una franquicia de culto del terror, y la actualiza a punto que funciona igual (o mejor) que la original.  Alien Romulus es el caso en cuestión.

Ya de por sí el propio padre de Alien, un Ridley Scott que parece desganado (el mismo de “House of Gucci”, “Napoleon” o “The Last Duel”) intentó sin éxito revivir la saga con dos precuelas que además de dejar más dudas que respuestas, no convence al público convencional dividiendo el fandom.  Alvarez toma todo lo que tuvo “Alien” (1979) y la mezclo con el videojuego Alien: Isolation, logrando una mezcla interesante entre el terror cósmico, slasher, suspenso y ciencia ficción, respetando todo el canon de la saga y haciendo una dicotomía entre el terror psicológico y la acción.

La historia de Alien Romulus, nos narra los intentos de unos jóvenes colonos de la estación Jackson, propiedad de Weyland Yutani.  En esto llegaran a una base espacial abandonada, lo que es una oportunidad perfecta para buscar dentro y ver si se encuentran con energía suficiente para poder emprender su viaje a un lugar mejor, sin saber que esta base espacial fue abandonada de forma abrupta.  El guión cumple a lo justo su propósito, y le ayuda el no rellenar con personajes innecesarios, algo que al inicio hace un poco de ruido pero mientras avanza la trama te das cuenta que fue una decisión inteligente.  Salvo por dos o tres momentos que el guion forza para seguir estirando la trama, todo lo referente a la historia está bastante bien, a pesar de que también se niega a desarrollar a sus personajes.

A pesar de la juventud del reparto, las actuaciones y la química entre ellos son sólidas y vibrantes, destacando especialmente el dúo formado por la protagonista Cailee (Rain Carradine) y Andy (David Johnson). Esto contrasta con «Alien: Covenant» y «Prometheus», donde el reparto secundario carecía de impacto, relevancia e interés alguno para el espectador: no nos importaba si morían o sobrevivían, eran meros secundarios sin identidad.

La dirección de producción es notable, con un estilo visual acorde con el de Scott y Giger en la sección del laboratorio Romulus, y con Cameron en la sección de la colonia y el tramo final de la película. El uso de efectos prácticos con animatronics y marionetas, aunque el CGI sigue presente, añade una mayor plasticidad y realismo.

Alien Romulus

La trama principal sigue el esquema clásico de la saga: intrusos en un lugar prohibido enfrentándose a una amenaza desconocida. Sin embargo, Álvarez se atreve a explorar con más profundidad el ciclo reproductivo de los aliens, la ingeniería inversa, el ácido más presente que nunca, la I.A., y por supuesto: facehuggers, los verdaderos protagonistas de toda la cinta, una verdadera marabunta aún más desagradable que en otras entregas.

En definitiva, «Alien: Romulus» es una secuela digna que rinde tributo a las dos películas originales y trata de revitalizar una saga que estaba prácticamente en muerte cerebral tras los desastres de «Prometheus» y «Covenant». La dirección artística y el uso de efectos prácticos destacan, aunque la película está limitada por tajos incomprensibles en el guión y la influencia del productor Ridley Scott, quien parece estar empeñado en mantener un esquema narrativo ya sobreexplotado.

De hecho, cuando Romulus se vuelve verdaderamente interesante es cuando huye de las cintas originales y marca su propio camino narrativo ahondando en esos elementos que los fanáticos llevan décadas pidiendo y, sin embargo, cuando se vuelve reiterativa o hace copy/paste de escenas calcadas a las películas de Cameron y Scott, es cuando Romulus se ve, de alguna manera, menor, como una versión más compacta de las obras originales.

Veredicto

«Alien Romulus» es una secuela digna, hecha artesanalmente por un fan declarado de la saga, honesta, polémica e inteligente en ciertos aspectos y muy interesante en su exploración de elementos previamente vistos en la franquicia.

7 / 10

Cuando en 1973, George Lucas empezó a escribir un guión inspirado en “La Fortaleza Escondida” de Akira Kurosawa, nadie pensó que en 1977 sería un éxito tan grande que haría que los estudios se pongan a buscar (y aprobar) cualquier guión de ciencia ficción.

Hasta entonces, la mayor parte de productoras habían desdeñado la ciencia-ficción como un subproducto para públicos minoritarios y de gusto poco refinado.  De ahí que Fox le haya dado el visto bueno al guión firmado de un tal Dan O´Bannon y que se titulaba “Star Beast”.  Sin embargo, a pesar de tener ese libreto listo, ningún director se motivaba a llevarlo a la gran pantalla.  Se le ofreció a Peter Yates, pero este declinó con amabilidad, luego se llamó a Walter Hill pero este acababa de terminar con “The Warriors” y se negó, pero sí se mostró interesado en producir.  Y así fueron ofreciéndo la idea a otros pero ninguno aceptó.

Así que casi como última opción cuando se le ofreció a Riddley Scott, este se mostró poco interesado (y más sabiendo que el famoso director Jack Clayton, quien había hecho “El Gran Gatsby” había dicho que era “otra estupida pelicula de monstruos”), sin embargo la juventud de Scott, su osadía y ambición, le dio la visión necesaria para darse cuenta que estaba ante algo que podía explotarse igual que pasó con Star Wars.

“¡Me impresionó tanto! Era novedosa, sensual, valiente… La vi tres veces seguidas y seguía encontrándome. Es una obra cumbre del cine, una de las 10 mejores películas que he visto jamás […]. Esa combinación de 2001, un hito que mostraba la ciencia-ficción como yo pensaba que debía ser, y la guerra… me convenció de que había un gran futuro en el género” dijo en una entrevista cuando se hablaba de Alien.

Cuando el productor Sandy Lieberson le hizo llegar el guión a Ridley Scott, la preproducción se encontraba bastante avanzada. También el presupuesto.  De 4,2 millones de dólares pasó a tener 8,5, gracias a los increíbles storyboards que dibujó el director y a la promesa de estar ante otro éxito como el ya antes mencionado.  Sin embargo esto no fue garantía de nada y Scott tuvo que recurrir a métodos caseros.

“Al usar niños el decorado parecía dos veces más grande de lo que realmente es”, fue su justificación para enviar a sus niños a bordo de la Nostromos con una cámara detrás.  ¿El huevo primigenio el cual escupe al bicho? Sus manos están embutidas en guantes de látex.

Pero, ¿dónde dejamos una de las cosas más importantes de este filme, como es su tripulación?  Iban de lo semidesconocido (Sigourney Weaver), a clásicos como John Hurt o Harry Dean Staton.  A Bolaji Badejo lo contrataron en un bar por su altura para que se metiera dentro de un traje e interpretará al ya famoso xenomorfo.

Pero todo cambia con la ESCENA.  En una película llena de momentos inolvidables, sin duda la más recordada es la simpática y espontánea aparición del quebrantapechos surgiendo del interior del desaparecido John Hurt. En un especial que realizó la revista Empire por el 30 aniversario del filme de Alien, Sigourney Weaver recordaba que la secuencia fue deliberadamente eliminada del guión: “Todo lo que se leía era: ‘Esa cosa emerge”. Para Scott, era fundamental que se mantuviera el misterio: “Las reacciones iban a ser lo más difícil de obtener. Si un actor sabe que debe expresar miedo no puedes obtener su auténtica y cruda mirada de terror”.

¿La solución? Rodaron con cuatro cámaras, en un espacio mal iluminado, de tal manera que los actores no vieran que John Hurt se encontraba bajo la mesa, ni que dos miembros del equipo empuñaban bombas compresoras para salpicarles con sangre y vísceras reales. Weaver recordaba: “Todo el mundo llevaba chubasqueros. Debimos imaginarnos algo. Y, dios, el olor. Era muy desagradable”.

Se entiende así mejor que, con ese presente, su futuro distara mucho de ser tan luminosamente aséptico como el de 2001. “Para mí, los personajes debían ser como camioneros del espacio. Su trabajo era para ellos algo rutinario. Al final de los viajes, las naves especiales debían estar destrozadas, llenas de grafitis y ser incómodas. No diseñamos el Nostromo como si fuera un hotel, la verdad”.  Y para Scott esto era fundamental, porque aquí hacía una crítica social y política (claro, porque el guión se lo permite).

Y luego está, por supuesto, ella. Ha habido otras películas legendarias protagonizadas por mujeres poderosas, desde El demonio de las armas a Johnny Guitar, pero nunca ninguna tan icónica como la teniente Ripley, con una Sigourney Weaver capaz de sobrevivir tanto a “un perfecto organismo” como a la imbecilidad de sus compañeros masculinos. Tal vez sea porque su presencia coincide con el apogeo del movimiento feminista moderno, tal vez porque ningún otro personaje ha sido tan glosado por los estudios de género, de Barbara Creed a Elizabeth Hills. El caso es que Scott reconocía no saber lo que hacía cuando desde Fox le sugirieron que la protagonista fuese una mujer. “Pensé que era una buena idea, pero no me di cuenta de lo importante que era hasta que rodé Thelma y Louise”.

Yaphet Kotto, el mecánico de la nave, intentó ser el séptimo y último en morir hasta el último día de rodaje. Porque, sí, en la idea original de Scott, allí no quedaba vivo ni el gato. Así se lo contaba a Entertainment Weekly: “El alien entraba, Ripley le clavaba un arpón y no pasaba nada. El alien le arrancaba la cabeza de un manotazo e imitaba la voz de Tom Skerritt, el capitán Dallas, enviando un mensaje de socorro”.  Todo esto hasta que un directivo de Fox amenazó con despedirlo si grababa ese final, por lo que tenemos el que ya conocemos (y dando oportunidad a otros directores a mostrar su amor por la saga).

La recepción del filme fue fantástica, y aunque buena parte de la crítica la consideró demasiado violenta y vacua, el público acudió en masa bajo el reclamo de ese póster icónico de Gips Balkind. Recaudó más de 200 millones de dólares y cambió para siempre el género, aproximando terror gótico y ci-fi y, sobre todo, construyó una de las mayores heroínas de la historia de la ficción: esa fue Ripley, “última superviviente del Nostromo. Fin de la transmisión”.

Tras la decepción de las últimas entregas de la saga ‘Alien’, ha habido varios intentos de continuar la franquicia de ciencia ficción de Ridley Scott, incluida la secuela cancelada que Neill Blomkamp (‘District 9’) tuvo en desarrollo durante años. Con la compra de Fox por parte de Disney, el estudio rebautizado 20th Century Studios expresó su intención de continuar expandiendo el universo ‘Alien’ en cine y parece que ya han encontrado la manera de hacerlo.

El presidente de la compañía filial de Disney, Steve Asbell, desveló recientemente sus planes para los próximos años, en los que la producción de largometrajes exclusivamente para streaming aumentará con respecto a los proyectos para salas, que se reducirán a dos o tres al año. Entre esas películas para streaming se encuentra la nueva entrega de la saga ‘Alien’, en la que Fede Álvarez (Evil Dead’, ‘No respires’) tomará las riendas como director y guionista.

Según desvela The Hollywood Reporter en exclusiva, la nueva película de ‘Alien’ surge de una idea que el propio Álvarez, que es un fan apasionado de la saga, presentó al estudio hace años. La propuesta quedó grabada a fuego en la mente de Scott, que llamó a Álvarez el año pasado para preguntarle si aún seguía interesado. Scott participará en el proyecto como productor ejecutivo.

En cuanto a la historia o su ubicación en la cronología de ‘Alien’/’Prometheus’, la nueva entrega estaría desconectada de las películas anteriores y protagonizada por «un montón de personajes que no hemos visto antes», según declaraciones de Asbell. Eso sí, el proyecto no pasará por cines, sino que será una de las películas que 20th Century planea estrenar directamente en Hulu en Estados Unidos lo cual restará la presión habitual del estudio en sus estrenos en cines , permitiéndole «ser más auténticamente ella, es decir, acercarse más a las raíces de su género», en palabras de Asbell.