James Cameron es un director experto en blockbusters. Mucho antes de cualquier película de Marvel como Avengers, ya este señor estaba dando cátedra de cómo romper la taquilla y llenar salas completas durante meses. Avatar se estrenó en el 2009 y marcó un antes y un después en la industria del cine, más que nada por sus efectos especiales.
Mucho antes de ese estreno, los filmes 3D no existían abiertamente y lo que había era un tanteado juego de escenas con unos lentes rojos y azules. Luego llegó Cameron con su motion-capture, su CGI y su 3D bien estabilizado sin mencionar que abrió las puertas a que los píxeles sean más vistos y más claros. Pero ya, no hay nada más.
Recuerdo la primera vez que vi No Country for Old Men, donde hay una escena en particular que se va bastante desfigurada, no porque este mal dirigida, sino que los efectos se ven algo desfasado, sin embargo la pelicula no merece menos de un 9 porque el guion es una joya, la direccion es una bestialidad y las actuaciones van por encima. Sin embargo, el espectáculo de James Cameron carece de esencia. Es como una casa bien bonita y pintada por fuera, pero por dentro está vacía y donde tiene algo, está desorganizada.
Aunque hay que admitir que la creación de su mundo (flora, fauna, lenguaje, cultura, etc) ha sido un trabajo titánico del cual Cameron ha estado bastante motivado (tanto asi que duró años trabajando en la secuela y ha prometido todo una saga), al final del día el guión es de lo más convencional y estereotipado posible. No hay riesgo.
Hace años que la vi y volver a ver a estos muñecos azules ha sido una experiencia un tanto extraña, porque a pesar de recordar gran parte de la película había otras como los diálogos que me han parecido una verdadera barbaridad ya que son tan insulsos y acartonados que sorprende que hayan estado nominados en varias premiaciones. Sin contar la falta de desarrollo de los personajes y aunque se entiende que parte del objetivo del director es hacer una crítica al medio ambiente, no les conviene a los personajes, porque por ejemplo, tenemos al villano que su propósito es más que risible y absurdo.
Avatar no es que tampoco sea una experiencia terrible, porque seamos honestos, es entretenida y verla en cines es una experiencia que al menos funciona en su más de hora y media, pero nadie puede esperar estar ante la octava maravilla del cine, porque no lo es.