James Mangold ha demostrado tener pulso en la dirección que ha ido desarrollando a mejor. El director de ´Logan´, ´Walk the Line´ o ´Identity´ se enfoca esta vez en una batalla automovilística entre Ford y Ferrari.
Basado en hechos reales, Mangold nos presenta una película disfrazada superación personal con carreras, cuando en realidad es una crónica critica a la burocracia. El guion escrito por Jez y John Butterworth y Jason Keller, especialistas en guiones de películas de acción, por lo que esto nos intuye por donde irán los tiros.
El libreto nos mete de lleno en el factor humano de estos personajes, dando un equilibrio entre las carreras y los problemas que conllevaron a la creación del famoso Ford GT40, como los enfrentamientos y obstáculos que tuvieron que hacer frente Ken Miles (Christian Bale) y Carroll Shelby (Matt Damon). Porque los dos actores desprenden un carisma increíble, logrando momentos emocionales muy interesantes (ojo al final con Matt Damon en la escena de la carrera final). Pero una de las sorpresas de la película en cuestiones de actuación es John Bernthal, quien lastimosamente pasa a ser un secundario después de demostrar unos increíbles dotes de actuación.
En muchos momentos, la película de Mangold recuerda a ´Rush´ película de Ron Howard del 2013 con Chris Hemsworth y Daniel Bruhl, principalmente en la tensión narrativa de las carreras las cuales están bien logradas gracias al montaje de Andrew Buckland y Michael McCusker quienes también logran que la duración no se sienta tan pesada pese a sus 152 minutos de duración.
Mangold no es la primera vez que se enfoca en el lado personal y oscuro de algún(os) personaje(s). En ´Logan´ retrataba la caída de un (anti) héroe y su redención, pues aquí se enfoca en los conflictos de dos personajes (y más) para lograr un sueño y demostrar que pueden lograrlo.
Pero no queremos terminar esta crítica, sin antes hablar del fenomenal trabajo de fotografía de Phedon Papamichael, el responsable de la fotografía de ´Nebraska´. Papamichael exprime y les saca un provecho increíble a los amaneceres, los atardeceres y a los momentos donde se divide el ocaso con la noche. Algo bellamente logrado y bien trabajado.