La directora y guionista Marie Kreutzer decide volver con un drama inventado como biografico ambientado en el siglo XIX y rozando el humor absurdo y un poco del humor negro, llamado Corsage.
En la navidad de 1877, Isabel de Austria, mujer del emperador Francisco Jose I, no tiene derecho a expresarse y debe mantenerse por todos los medios posibles, hermosa siempre, la cual está sometida a un estricto régimen de ayuno, ejercicios, maquillaje y demás, lo cual poco a poco van cansando a la emperatriz logrando llevarla a rebelarse. Este es otro intento de mostrar los sufrimientos y traumas de mujeres ante un pensamiento machista, tal como lo hizo hace poco Netflix con su “Blonde”.
Lo primero es que hay que reconocer que la película es impecable a nivel técnico y musical, con un gran trabajo en la recreación de escenarios o en el diseño de vestuario. Corsage luce mucho a nivel estético, el filme es maravilloso. La fotografía de Judith Kaufmann con esos degradados hace que luzca como si de un video viejo estuviesemos viendo mientras que el vestuario y la puesta en escena mantiene la idea al espectador de estar realmente en la época viendo con todo su esplendor los escenarios y vestuarios.
Una película que no es sencilla, por su ritmo pausado, y por mostrar una Sissy emperatriz diferente a la que nos habían mostrado anteriormente. Creo que puede gustar a los aficionados al cine de época, aunque avisando que no es una película biográfica al uso, sino que la directora ha cogido a ese personaje para crear su propia historia. Y tal vez aquí está el punto flaco de la película. Que a pesar de que se vea con agrado y se consiga conectar con ella, es difícil no caer en la monotonía que esta presenta por un guión que prefiere dar vueltas en las mismas situaciones para marcar o dejar claro su parábola, que en desarrollar a los personajes y sus historias.
La directora Marie Kreutzer para acentuar el feminismo adelantado a su tiempo se permite el lujo de utilizar continuamente anacronismos de nuestro tiempo muy lejanos a aquella época, evitando totalmente la sensiblería y la maravillosa historia de amor que encandiló las películas de Romy Schneider en la Sissi que todos recordamos ver de niños en los cines, la película desmonta completamente ese mito, incluso cambia muchas cosas de la historia incluida su propia muerte, para dejar en claro una parábola sobre la crisis existencial de los 40.
El otro aspecto destacado es la gran actuación de Vicky Krieps, que realiza una de las mejores interpretaciones femeninas del año, y su simple presencia justifica su visionado por ser un personaje que le va como anillo al dedo a la actriz luxemburguesa, y que vuelve a demostrar el talento de esta intérprete europea. Una interpretación que no es sencilla, llena de matices, en donde consigue meterse en la piel de esa emperatriz de una gran popularidad, con unos cambios de actitud radicales, pasando de la alegría a la tristeza, de una situación cómica a otra oscura, y que Krieps saca adelante con una gran naturalidad y credibilidad.
Al final Corsage es un filme bastante entretenido y que se puede ver. Pudo ser mejor y más contundente y es una lastima que no lo haya sido.