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Ganadora del Grand Prix del Festival de Cannes e incluida en la lista de las mejores películas del 2024 de Barack Obama, All We Imagine as Light, al igual que sus protagonistas, se ha abierto paso a su lugar en el mundo pese a las adversidades. Tomar, por ejemplo, que no ha figurado en el segmento internacional de los premios Oscar ni de los Golden Globes, donde en su lugar, sus países productores – Francia e India – enviaron a la controversial Emilia Pérez y Laapataa Ladies, respectivamente. Pero eso no ha impedido que el filme de Payal Kapadia haya ganado un terreno importante en el gusto del público.

Esta obra, de corte independiente, nos permite adentrarnos y conocer el Mumbai moderno, donde la tradición se mezcla con la contemporaneidad. Con una puesta en escena fuerte y distinguible, sin glamurizar la realidad de su ambiente, sirve de marco para las historias de Prabha, Anu y Parvaty. A estas tres mujeres les une su trabajo en el hospital y las complejas cartas que les ha tocado jugar. Podemos decir que representan a la mujer india en tres momentos distintos de su vida.

Prabha es una reservada enfermera en el hospital donde también trabajan Anu, aún estudiante, y Parvaty, quien es cocinera. El esposo de Prabha, a quien apenas conoce, vive en Alemania y no tiene contacto con ella desde hace más de un año. Anu, de personalidad alegre y despreocupada, vive con Prabha y tiene un novio musulmán en secreto mientras sus padres le buscan esposo. Y Parvaty, quien recientemente enviudó, está siendo desalojada del que ha sido su hogar por 22 años.

La película se mueve entre situaciones sutiles y cotidianas que nos permiten conocer a los personajes y sus intenciones, mientras nos adentramos en su realidad: una de precariedades y limitaciones, pero también de amistad, alegría y color en los pequeños detalles. Muchas escenas de transición nos mueven de un lugar a otro junto a los personajes, que se trasladan a sus respectivos destinos en transporte público. La dirección de arte, que muestra un ambiente colorido pero empobrecido, es enmarcada por un uso irregular de la luz, dando lugar a un cuadro modesto, como las vidas de tantos habitantes de la ciudad de Mumbai, la otra protagonista de All We Imagine as Light. 

Destacable también el uso de la música, con arpegios y temas vibrantes, producto de un ensamble internacional de compositores y arreglistas que enriquecen la banda sonora a través del uso de instrumentos locales con sonidos mezclados de la ciudad. Esto ayuda a proveer el tono adecuado a cada escena y situación.

El motor de la historia es definitivamente su personaje principal, Prabha, cuyo corazón noble podemos apreciar a través de sus acciones y vocación. Tiene un sistema de valores fuerte que se hace evidente en sus intenciones de ayudar a las personas a su alrededor y los avances que impide. Toda la película se siente como ella: cálida, calmada, y sin muchas más pretensiones que ser ella misma.

No obstante, la calma de su ritmo puede jugarle en contra en ocasiones, no porque falle a su estilo independiente, sino que simplemente no resulte del agrado de muchos. Después de todo, estamos ante una historia relativamente sencilla, que aunque cercano para muchas personas que viven en las realidades que plantea, no necesariamente sea lo que buscan a la hora de entretenerse.

Podemos concluir que All We Imagine as Light se mantiene fiel a su género y estilo, y seguirá encontrando la aceptación del público que busca consumir historias auténticas y que digan mucho más con sus silencios que con sus diálogos. Pese a ser una película de contrastes, su belleza, no tanto visual, sino en el alma de lo que se cuenta, es innegable.

Veredicto

All We imagine as Light es una historia que, pese a no necesariamente encontrar una apreciación masiva en el público, provee al espectador que las ande buscando, sutilezas, simplicidad y esperanza que crean un hermoso impacto emocional.

7 / 10

Iniciaremos con decir que quedamos encantados con el plano secuencia (tiene trampas, lo sabemos) que tiene al finalizar el primer acto de este filme.  Y es que creemos que a estas alturas no es necesario dejar claro que estamos ante una excelente producción de acción de Netflix que, como película de acción cumple, si no le buscamos lógica.

Por si ustedes son de grabar nombres, pues la película viene respaldada por Joe Russo, uno de los hombres del momento de Hollywood, encargado junto a su hermano Anthony de haber llevado las riendas de “Avengers: Infinity War” y “Avengers: EndGame”.  Y le dan la dirección a Sam Hargrave, quien inicia como director y cumple su función.

La propuesta es sencilla: Tyler Rake (interpretado por un carismático Chris Hemsworth) trabaja en una agencia paramilitar a la cual le han encargado recuperar al hijo de un narcotraficante, el cual fue secuestrado.  Nos encontramos ante 105 minutos de intensos tiroteos (al mejor estilo de John Wick), persecuciones y un sin números de situaciones que pondrán la misión patas arriba.

El guión falla por momentos, dando escenas con unos diálogos innecesarios y momentos desaprovechados y absurdos (todo lo referentes a la “casa segura” sobra).  Pero tampoco los personajes terminan de conseguir empatía con el espectador, a pesar del discurso parental que quieran llevar.  Por otro lado Hemsworth es quien lleva la película en todo momento y quien la guia, y naturalmente es el ÚNICO personaje que trata de tener un desarrollo (el malo es malo y le temen pero nunca sabemos porque).  Pero como no todo es malo, las escenas de acción son realmente interesantes y muy entretenidas, logrando sorprender en unos cuantos momentos.

Veredicto

En conclusión, la propuesta de Netflix es interesante y cumple su cometido de entretener, y más en estos días en que estamos en casa sin poder salir, pues es el entretenimiento perfecto.  Tiene fallos, y no lo negamos, pero no eliminan la interesante experiencia de entretenimiento.

5 / 10