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The Apprentice” es un drama biográfico que narra cómo fue el ascenso de Donald Trump y cómo conoció a Roy Cohn, un poderoso e influyente abogado, del cual se dice que fue quien Trump se forjó para ser lo que es hoy.

El filme dirigido por Ali Abbasi, quien dirigió con mucha maestría “Holy Spider” y uno que otro capítulo de “The Last of Us”, trata de ser un poco imparcial en cuestion de ideologias, algo de agradecer porque buscamos ver un biopic y no masterclass política.  Este retrato de un Trump ambicioso y dispuesto a todo para alcanzar el éxito nos ofrece una mirada a los orígenes de su ideología y comportamiento, con actuaciones poderosas que impulsan la historia.

La película logra recrear de manera vívida la atmósfera de una Nueva York en plena transformación, donde el auge inmobiliario y las tensiones sociales se entrelazan en un paisaje complejo. La dirección de Ali Abbasi destaca por su capacidad para transportar al espectador a este período, mostrándonos un Trump joven, lleno de ambición y buscando desesperadamente dejar su marca en el mundo de los negocios. Las luces de la ciudad, los rascacielos en construcción y las intrigas empresariales forman el telón de fondo perfecto para la trama, subrayando el contraste entre el lujo y el caos que caracterizan la vida de los protagonistas.

The Apprentice

Uno de los mayores logros de «The Apprentice» es la interpretación de Sebastian Stan como un joven Donald Trump y Jeremy Strong en el papel de Roy Cohn, el abogado sin moral que sirve de mentor a Trump. Stan ofrece una actuación sorprendentemente contenida, evitando caer en la caricatura fácil de un Trump estridente, para mostrar en cambio una versión más juvenil, impulsada por la inseguridad y la ambición desmedida. Vemos cómo su personaje se va moldeando bajo la influencia de Cohn, y Stan es capaz de transmitir la evolución de Trump de un joven empresario ansioso a un hombre cada vez más calculador y despiadado.  Este actor ha demostrado ser algo más que un personaje de Marvel al cual acudir de vez en cuando.  

Jeremy Strong brilla como Roy Cohn, quien juega un papel fundamental en la formación del Trump que eventualmente dominará el mundo de los negocios y la política. Su Cohn es manipulador, astuto y peligroso, y Strong lo interpreta con una intensidad que mantiene al espectador en tensión. La química entre Stan y Strong es palpable, y sus escenas conjuntas son el núcleo emocional de la película. A través de su relación mentor-discípulo, la película explora temas como el poder, la ética (o la falta de ella) y la ambición sin límites.  Aunque si bien es cierto, que por momentos, el papel de Strong me recordaba a su Kendall Roy de “Succession” (algo que también le sucede a Kiera Culkin con “A Real Pain”).  Con menos luces pero igual en excelente actuación, está Maria Bakalova, quien se roba todas las luces a pesar del muy ligero desarrollo que le dieron.

El ritmo pausado del director ayuda bastante al guión de Gabriel Sherman, quien había mostrado interés en otros proyectos políticos como la miniserie “The Loudest Voice”.  Aquí el guionista, a pesar de que, al igual que el director, no caer en una línea ideológica, se hace eco de ciertos rumores para alimentar el guión, que ayudan mucho al personaje pero se sienten incluso como fuera de sí, ya que son momentos que ocurren de forma aleatoria.

Para concluir, la excelente fotografía de Kasper Tuxen, que parece sacado de un viejo vhs y con unos bonitos planos de la ciudad de Nueva York y sus atardeceres.

Sin embargo, a pesar de estos puntos, “The Apprentice” no es tampoco una excelente película ya que es bastante irregular en cuestión de mantener al espectador con toda la atención, porque cuando debe orientarse en el personaje de Trump, se enfoca en Cohn, y cuando debe hacerlo con Cohn lo hace con Trump.

La ambientación, la textura, diseño de época y diseño de personajes, más actuación de Stan y Strong, son impecables y le dan un buen toque al filme, pero “The Apprentice” carece de ciertas cosas que la hacen entretenida y no más.

Veredicto

Interesante biopic que destaca por las actuaciones pero que carece de la fuerza suficiente para mantener al espectador pegado a la pantalla.

6 / 10