Estrenada el pasado 7 de enero en la plataforma de Netflix “The Breakthrough” es una miniserie sueca de 4 capítulos que se adentra en el oscuro mundo del crimen, explorando las complejidades de un brutal doble asesinato y el avance tecnológico que, en teoría, debería haber facilitado la resolución del caso. Sin embargo, a pesar de sus intenciones ambiciosas, la serie presenta una serie de desafíos que hacen que su narrativa no logre captar completamente la atención del espectador. La dirección estuvo a cargo de Lisa Siwe, conocida directora y guionista sueca.
Aún siendo basada una historia real, desde el inicio, la premisa de “The Breakthrough” promete con demasiado apuro un crimen impactante. La serie comienza con la presentación del doble asesinato, un evento que conmociona a la comunidad y sienta las bases para lo que podría haber sido un thriller apasionante. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se hace evidente que el desarrollo de los personajes, unas actuaciones congeladas y la construcción del argumento no están a la altura de lo esperado.
Una de las críticas más relevantes hacia la serie es su ritmo. A pesar de contar con solo cuatro episodios, muchos espectadores podrían encontrar que estos se sienten eternos. La narrativa se estira en momentos donde podría haber sido más concisa, lo que lleva a una sensación de pesadez y falta de dinamismo. Esta lentitud no solo afecta el interés general por la historia, sino que también diluye la tensión inherente a un drama criminal.
Los diálogos son otro aspecto que deja mucho que desear. En ocasiones, los intercambios entre personajes parecen forzados y poco naturales. En lugar de fluir orgánicamente, las conversaciones a menudo se sienten como un intento forzado de transmitir información o desarrollar la trama. Esto no solo afecta la credibilidad de los personajes, sino que también disminuye el impacto emocional de las interacciones clave. A medida que los espectadores intentan conectarse con los protagonistas y sus dilemas, los diálogos artificiales dificultan esa conexión.
En términos de actuaciones, aunque algunos actores muestran destellos de talento, en general las interpretaciones pueden parecer inverosímiles o exageradas. Esto es especialmente notable en momentos críticos donde debería haber una carga emocional palpable; en cambio, los personajes parecen caer en estereotipos o clichés del género. Esta falta de autenticidad puede desconcertar al espectador y restar fuerza a los momentos dramáticos.
A pesar de sus fallas narrativas y artísticas, intenta abordar temas relevantes sobre la justicia y el papel de la tecnología en la resolución de crímenes. La serie plantea preguntas interesantes sobre hasta qué punto los avances tecnológicos pueden ser confiables y cómo estos pueden influir en las investigaciones policiales. Sin embargo, estas cuestiones no se desarrollan con suficiente profundidad para hacer justicia al potencial del argumento.
El uso de tecnología como herramienta para resolver el crimen es un tema fascinante y actual; sin embargo, en la miniserie, parece ser más un recurso narrativo que un elemento verdaderamente explorado. La serie podría haberse beneficiado enormemente al profundizar más en cómo estas innovaciones impactan no solo las investigaciones criminales, sino también las vidas personales de quienes están involucrados.
En comparación con otros dramas criminales europeos, este no logra alcanzar el nivel de inmersión o sofisticación que caracteriza a producciones similares. Las series nórdicas han ganado reconocimiento por su capacidad para tejer tramas complejas con personajes tridimensionales; sin embargo, esta miniserie parece carecer de carácter, de esa misma esencia cautivadora. Aunque hay elementos visuales atractivos y una atmósfera oscura característica del género, estos no son suficientes para compensar las debilidades en el guion y la dirección.
En conclusión, “The Breakthrough” es una miniserie que plantea una premisa interesante pero no logra aprovechar su potencial. Con diálogos forzados, actuaciones inverosímiles y un ritmo lento que hace que sus cuatro episodios se sientan excesivamente prolongados, puede dejar a los espectadores con una sensación de insatisfacción. Aunque aborda temas relevantes sobre el crimen y la tecnología, su ejecución deja mucho que desear. En definitiva, si bien puede ser un intento válido dentro del panorama del drama criminal sueco, queda claro que aún hay un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel de excelencia demostrado por otros dramas europeos en este género.