Hay que entender algo: las adaptaciones de novelas y cómics, nunca son 100% idénticas. Y eso se debe a que cada adaptación tiene que moldearse a ciertos códigos cinematográficos que, no son iguales que los de los libros y cómics (e incluso videojuegos). Dicho esto, pues no esperamos que la adaptación de CBS a la famosa y buena novela de Stephen King, “The Stand” o como se conoce en Latinoamérica, “Apocalipsis” sea lo más fiel posible, sin embargo uno espera ciertas coherencias narrativas que, ayuden a entender al espectador que no ha tenido la oportunidad de leer la historia y al que la leyó, sienta que está viendo algo similar a como lo imagino.
Es un trabajo difícil, pero se logra, y ejemplos tenemos con “El Señor de los Anillos” de Peter Jackson o las primeras temporadas de “Juego de Tronos”.
Entonces, ¿qué sucede con The Stand? Primero debemos mencionar los cambios de personajes, y no nos referimos a razas o géneros, más bien, a cambios de actitud lo cual, al menos en esta historia, es fundamental, porque para quien no lo sabe y se quiera poner en contexto, la historia (que está dividida en tres libros) trata de un mundo devastado por un virus que mata a las personas dejando a menos de un 10% de la humanidad viva por una extraña inmunidad. Ese pequeño grupo de personas se dividirán en dos grupos, en un cambio radical de la historia en donde se inicia una lucha del bien contra el mal. Por un lado están los que viven en un pueblo llamado Boulder y que luchan en nombre de la luz y de Dios, por otro lado están los que viven en Las Vegas, liderados por la oscuridad y el diablo. Para este grupo de Boulder se necesitan ciertas características como el perdón, la aceptación, la amistad, en pocas palabras valores positivos, algo de lo que durante la serie completa no vemos un solo rastro.
Es tan alarmante el asunto, que el personaje de Irene Bedard, quien se supone que interpreta a una campesina con poca educación pero un gran corazón, tiene varios momentos donde desea que cierto personaje muera o al menos sea abandonado a su suerte. Y ni hablamos de Larry Underwood quien pasa de ser un verdadero mal nacido (egoísta, miserable, drogadicto, odioso con fama, ateo) a convertirse en casi un santo, pero en la serie tenemos al mismo personaje que vimos al inicio. ¿Por qué esto es importante? Porque si estos son los que luchan contra el mal, pues poco le llevan sus personalidades.
Más allá de eso, no queremos mencionar el desastre narrativo y de dirección que tiene Josh Boone, donde va dando saltos temporales durante toda la serie y que pueden llegar a confundir porque para colmo, no tienen ni la delicadeza de hacer la edición más placentera, como vimos con la excelente Dark. Aunque ya para el tercer episodio uno puede acostumbrarse.
“The Stand” no tiene todo malo, ojo con eso, las actuaciones son bastante buenas alabando a Whoopi Goldberg como Madre Abigail, Alexander Skarsgard como Randall Flagg, Owen Teague como Harold Lauder y Brad Henke como Tom Cullen. Al igual que los efectos que están bastante bien logrados.