Entradas

Yo no encuentro mucha gracia en criticar películas que se nota demasiado que son malas.  “Venom: The Last Dance” es peor que “Venom: Let There Be Carnage”, y eso es mucho qué decir.

Es una verdadera locura que esta trilogía tenga un guión mínimamente con sentido común, y que abogue por incluir escena tras escenas tras escenas con cosas que suceden porque sí.  Casi como si fuese un sketch de comedia con acción, donde juntaron todas las escenas y listo.  Diálogos infantiles, escenas que causan vergüenza ajena, personajes planos.  Es como si se hubiesen juntado varios guionistas (que fue lo que paso) y decir ideas a diestra y siniestra, incluirlas y listo.  Porque el guión escrito por Kelly Marcel y Tom Hardy, este último que sigo sin entender que buscaba escribir, han realizado una verdadera bazofia.

Primero que nada entender que Kelly Marcel escribió el guión de “50 Sombras de Grey” y “Saving Mr. Banks”, pero que también escribió la primera y segunda parte de esta trilogía de Venom, y que ahora apuesta a la dirección.  Tampoco es que uno esperaba gran cosa de “Venom: The Last Dance”, pero si tener un mínimo de sentido común.  Lo que colma el vaso es la intención de la directora de aportar una carga dramática al final del filme, algo que no es posible, ya que no se ha construido a lo largo de la película. Esto hace que, en vez de conmover, el final resulte pretencioso, en una cinta que se puede permitir ser de todo menos eso.

Pero es que ni siquiera las peleas y la violencia, que es lo que uno ha esperado de Venom durante estos años, se puede apreciar.  Estamos ante uno de los personajes de Marvel más temidos y sanguinarios que existen.  Una barbaridad es verlo hacer chistes a diestra y siniestras.

A nivel de actuación no se puede tampoco esperar mucho.  Super sencilla siendo Tom Hardy quien tenga más cámara que los demás.  Juno Temple está casi por compromiso mientras Chiwetel Ejiofor pasa para cobrar e irse.  Aparecen otros actores que ni vale la pena mencionar porque uno al salir de la sala hasta olvida que participaron en la película.

Venom: The Last Dance

Dan Deacon está en la música que parece haberla adquirido en internet comprando la licencia y ahorrando el esfuerzo mientras que Fabian Wagner en la fotografía ni se siente, y ojo, que hablamos del tipo que hizo la fotografía de “Juego de Tronos” o de “Batman vs Superman” con esos tonos oscuros bien predominantes.

Al final “Venom: The Last Dance” no responde nada, y tampoco parecía buscarlos (seguimos sin saber cómo llegó eso a la tierra) y es una película tan olvidable como las anteriores.  Para ser honestos, poco recuerdo de la primera parte y de la segunda, y no estoy dispuesto a volver a verla para escribir una reseña más elaborada de esta tercera que sigue siendo un entretenimiento soso y sin sentido, que puede entretener siempre y cuando tengamos el celular en mano y/o algunos amigos con quien reírse mientras está eso en pantalla.

Veredicto

El tono de comedia se lleva por delante el lado épico de la peripecia. Si el mismo Hardy no se toma en serio el asunto, ¿vamos a hacerlo nosotros?

1 / 10

Hubo un tiempo en que el spaghetti western estaba saturando el cine.  Solamente en 1965, en Italia, salieron más de 13 películas.  Ahora en la actualidad el género (que supuestamente no se le debería llamar “género” pero para darle más formalidad) de superhéroes va por el mismo camino, y Venom: Let There Be Carnage, es la prueba de ello.

Tom Hardy vuelve al papel del personaje Eddie Brock/Venom, después de una primera parte que ya de por sí fue un milagro el éxito que tuvo, porque estaba llena de CGI desastroso, una trama aburrida, chistes insulsos, diálogos penosos y actuaciones dignas de pasar a un película serie B.

Otra vez nos cuentan lo mismo que en la primera, pero con unos ligeros giros que se ven venir desde que inician los créditos.  Ahora Venom es un personaje gracioso que no para de dar chistes a diestra y siniestra, e imaginense lo fuera de tono que se siente que una bestia de casi siete metros con unos dientes afilados como agujas, se la pase casi los 80 minutos que dura esto haciendo chistes y tratando de sacar la risa fácil.

De actuación ni nos preocupamos.  Michelle Williams vuelve para cobrar el cheque e irse, y más en estos tiempos de pandemia donde el cine se ha visto muy afectado.  Naomi Harris y Stephen Graham quieren tomarse esto con seriedad, y se sienten fuera de tono constantemente.  Mientras que Woody Harrelson sabe que esto no es para tomárselo en serio y anda con un peluquín y haciendo muecas todo el filme.

Parece que los responsables de Venom: Let There Be Carnage creen que lo idóneo era hacer una comedia involuntaria de este personaje, y efectivamente así lo han hecho.  Dicho esto, es indudable que la película es ridícula, con unos personajes poco menos que idiotas, y unos diálogos que pretenden ser hilarantes, pero que causan rubor y vergüenza ajena.  Y entendemos que lo más probable es que buscaban algo que sea disfrutable para la familia (más para los adolescentes) donde el espectador pueda reírse, disfrutar del personaje y emocionarse, pero es que es imposible y más cuando tienen una escena como la de la discoteca que hacen que ya no tengas ganas de seguir viendo la película.

Y eso, que Tom Hardy estaba tan mal de cómo quedó la anterior que en esta oportunidad decidió también ser guionista y mira lo que nos ha terminado dando, una película peor que la primera y eso es mucho.

En conclusión, una secuela que hace buena a la anterior, y un subproducto que debería quedar relegado al olvido.

Veredicto

Por suerte es corta.  Solo tiene 80 minutos.  Al menos Naomi Harris y Michelle Williams intentan hacer algo y por eso se ha llevado su dos.

2 / 10