El nombre de David Simon no es cualquier cosa. Es el creador de varias series con una calidad increíble, aunque no todas tengan la fama que otras si tienen. Hace años creó una de las mejores series que ha parido HBO: The Wire.
Una visión de cómo todo el sistema judicial es corrupto y como se manejaba la policía bajo unos políticos dispuestos a que todos sufran con tarde ellos no perder votos. We Own This City (La Ciudad es Nuestra) narra un tema similar: como algunos policías están envueltos en una red de corrupción tan compleja como tan fácil de adentrarse. Su escenario: Baltimore (una vez más).
La miniserie fija su atención de todos los acontecimientos en un agente policial interpretado por el carismático Jon Bernthal quien se roba la serie con todas sus escenas. A partir de ahí a pesar de tener otros personajes, la serie se enfocará en su principal y como esté afecto a los demás, a pesar de que ninguno de los otros eran santos.
Al ser una serie más corta que otras de su estilo (The Wire, Deuce, etc.) obliga a resumir y a presentar los objetivos con mayor claridad, sabemos claramente a dónde va. No es que tenga más nervio crítico que series anteriores, sino que lo presenta de un modo más claro y contundente.
La serie nos ofrece una perspectiva panorámica amplia, llena de conexiones y reflexiones que nos permiten ver problemas de la organización social de los humanos con sus problemas estructurales endémicos y las múltiples dificultades para cambiarlos. Racismo, corrupción, cinismo, ambición, instrumentalización política, mafia policial, pusilanimidad y colapso institucional, etc. desfilan por la pantalla, obscenamente desnudos. Su guión es contundente y no se va por las ramas. Para David, el corrupto es corrupto sin tapujos.
Lo mismo no se puede decir de su puesta en escena, la cual es un poco caótica al inicio, ya que no sabes en qué tiempo está cada cosa. Por ejemplo tenemos una escena donde el policía hace algo, para luego ir a otra escena donde ese mismo policía está ahora en otra situación, pero lo que no se nos dice es que son distintas líneas de tiempo, y es solo con el tiempo que uno va a sabiendo diferenciarlos.
En las actuaciones no hay queja, ya que todos están perfectos. Se desaprovecha un poco a Josh Charles al darle un personaje con pocas líneas grises y a Wunmi Mosaku quien es un personaje que le falta aplomo ya que pasea de un lado a otro con ciertas quejas pero sin querer resolverla, haciendo que sea pesado volver a ver capitulo tras capitulo lo mismo.
We Own This City es una miniserie bastante entretenida que funciona por muchas cosas pero que no pasará a la historia como al menos se pensaba.