La serie animada de X-Men fue buena y memorable, pero carecía de una historia única como vemos hoy en día.  Mas bien eran un sin numero de capitulos conectados todos por un titulo en fondo negro al final de cada capitulo que rezaba: “esta historia continuara”.

Por eso X-Men 97 es genial.  Y la verdad que sobran los elogios para esta producción. De los 10 episodios, solo hay un par, que son más de transición, porque el resto, es acción o suspenso. Cada semana con un cliffhanger o plot twist. A cada personaje se le da su momento, Jean, Scott, Rogue, Gambito, Morph, Bestia, Magneto, Wolverine, Jubilee, Tormenta, etc. Por pequeño o grande que sea su espacio, alcanza a tener desarrollo, incluidos los villanos.  Puede ser fácilmente una de las mejores series de animación y de héroes que he visto en mucho, mucho, tiempo. La animación es espectacular, no solo respeta la serie clásica, si no que este estilo moderno le queda estupendo. No solo eso, si no que le da escenas visualmente muy potentes y dinámicas.

La historia continúa directamente donde termina la anterior, por lo que yo recomendaría ver la serie de los 90 para entender mejor el contexto. Se mantiene la seriedad argumental, de hecho esta es más sombría (que no más adulta), mientras el humor resulta puntual. Poca alegría y mucha tristeza.  Tiene un problema y es que va demasiado acelerada, imprimiendo un ritmo más propio del cine de acción, sacrificando la reflexión por el espectáculo. Es más física que espiritual. Eso sí, la adrenalina no para de llegar. Entre la música, la exquisita animación y que siempre están pasando cosas, el entretenimiento es mayúsculo.

X-Men 97, tiene varios temas como son el valor de la familia y su significado, un vínculo forjado no por la sangre, sino por nuestras elecciones. La lucha contra uno mismo, las relaciones con los demás, la dificultad de la coexistencia. Idealismo frente al realismo. ¿La tolerancia equivale a la extinción? Dado que un bando siempre parece querer erradicar al otro, un futuro de convivencia en armonía a pesar de las diferencias asemeja una utopía inalcanzable.  Tal vez si esto hubiese sido lo que ofrecia The Eternals, otro gallo cantaria.

Por supuesto, la icónica intro (cuya música ahora es remezclada por The Newton Brothers, responsables de las partituras de La maldición de Hill House) también se ha actualizado con un estilo más fluido, pero tremendamente fiel a lo que todos recordamos.

En los que se refiere a la cuestión visual, hay una cuidadosa depuración.  Se que lo he mencionado varias veces en esta reseña, pero es algo interesante que trae.  El diseño de los personajes se mantiene, pero hay mayor detalle en los fondos y en la explosion de los colores que busca cierta melancolía e inquietud en los contrastes, mientras los sombreados son más agresivos, al igual que el uso de la perspectivas trepidantes enriquece el espectáculo.

Si en X-Men 97 lo vertiginoso del desarrollo y lo minucioso del entramado que les permite ir y venir con solidez de la cruzada social a las batallas espeluznantes entre la experimentación genética y la ciencia antigua e incluso bordear la épica cósmica, hubiera venido acompañado de un compromiso mayor con los temas y sus implicaciones.