En los últimos años, y gracias al streaming, The Office se convirtió en una de las sitcoms más populares de Latinoamérica. Uno de los pocos remakes americanos de series británicas que funcionaron, la adaptación de la serie de Ricky Gervais se caracterizó por su humor “cringe” y sus versiones no tan exageradas de personajes que puedes encontrar en cualquier oficina.

The Office seguía, en forma de documental, a los empleados de Dunder Mifflin, una compañía de papel en Scranton, Pensilvania. Protagonizada por un Steve Carell (The Morning Show) haciendo del jefe incómodo de tener, finalizó su emisión en 2013 tras nueve temporadas que se insertaron con fuerza en la cultura popular a través de memes y frases icónicas.

The Office, sin embargo, se ha convertido en una cápsula de tiempo de un mundo que ya no existe. Solo basta ver cualquier episodio para darse cuenta de que una compañía que se dedicaba exclusivamente a vender papel no hubiera sobrevivido a la economía de hoy. Además, tras una década que se caracterizó por combatir el comportamiento inapropiado en el ambiente laboral, a un personaje como Michael Scott no le hubiera ido muy bien, y esas son declaraciones del mismo Steve Carell. Por eso, cuando se anunció The Paper, su spin-off en el que el mismo crew documental regresaría, las expectativas estaban muy bajas.

Más de 10 años después del final de The Office, descubrimos que Dunder Mifflin ha sido absorbida por el conglomerado Enervate, cuyo producto estrella es la marca de papel de baño Softees, y que de paso tiene un periódico que nadie lee, el Toledo Truth Teller (TTT), en Toledo, Ohio. En el primer episodio, conocermos a Ned Sampson (Domhnall Gleeson de Star Wars: The Rise of Skywalker), un entusiasta del periodismo que, tras consagrarse como el mejor vendedor de la compañía, asume como editor en jefe del TTT, reemplazando a la intensa y temperamental editora interina Esmeralda (Sabrina Impacciatore de The White Lotus), quien buscará venganza.

Complementan el elenco la diagramadora y veterana militar Mare (Chelsea Frei), la única persona con experiencia real en periodismo, Nicole (Ramona Young), la ansiosa evitadora de conflictos, el religioso y obtuso Adam (Alex Edelman), el vendedor de Softees y entusiasta de la pesca Travis (Eric Rahill), la contable Adelola (Gbemisola Ikumelo), el veterano periodista del TTT y decrépito Barry (Duane Shepard Sr.), y la masculinidad performativa hecha persona, Detrick (Melvin Gregg). Además de Oscar (Oscar Núñez), quien es el único miembro de Dunder Mifflin que regresa, con PTSD por su exjefe Michael y por exponerse en el documental.

Algo muy positivo sobre este grupo es que no son copias a carbón de sus contrapartes en la serie original, sino que son personajes nuevos, combinaciones de personalidades más frescas y actuales que, igualmente, puedes encontrar en cualquier ambiente de trabajo. Y, al igual que su serie madre, con excepción de sus respectivos jefes (Steve Carell y Domhnall Gleeson), la mayoría de personajes no son actores reconocidos pero sí personas que tienen una trayectoria en comedia, stand up comedy e improvisación. Gbemisola Ikumelo incluso tiene un BAFTA por un cortometraje.

Y claro, algunos estereotipos se mantienen: Adam es tan bobo como lo era Kevin, pero se le añade el elemento de su religiosidad y su consecuente familia numerosa. Y Barry, que lleva desde los años sesenta en el periódico, está ocasionalmente tan perdido como el favorito de los fans, Creed Barton, a la vez que recuerda por momentos al taciturno Stanley. Pero ahí terminan las similitudes.

Ned invita a este poco probable grupo de caracteres a construir un periódico enfocado en las noticias locales de Toledo, lo que traerá situaciones graciosas, originales y con ese toque de humor absurdo que Greg Daniels le da a todas sus producciones, que incluyen Parks and Recreation y Brooklyn 99. El elenco hace lo suyo dándole vida a la absurdidad de la vida cotidiana con deadpan, ingenuidad momentánea, y sobre todo mucha autenticidad.

The Paper es, quizás, el spin-off que necesitábamos. Alegre, optimista, ingenuo y que no explota la notalgia que produce. El TTT no es un éxito inmediato, después de todo, el periodismo, al igual que el papel hace 20 años, es una industria que está muriendo. Pero, en palabras del gran Michael Scott, un negocio está hecho de personas. Y las personas que tiene el Toledo Truth Teller, tienen mucho con lo que hacernos reír.

Actualmente, las series ya no tienen tiempo de madurar en la audiencia antes de atraparla. Este proceso solía ser normal, y su misma serie madre pasó por ella; la primera temporada de The Office no gustó mucho y estuvieron a punto de cancelarla de no ser por el éxito de The 40 Year Old Virgin. No obstante, hoy en día, si no hay triunfo absoluto en los primeros episodios, los programas no tienen oportunidad, como le pasó a How I Met Your Father, que fue cancelada tras dos temporadas.

Personalmente, llegué a ver comentarios en redes sociales sobre como The Paper tenía el aspecto de ser “cancelada luego de la primera temporada”. Y sin embargo, aun antes de su estreno la reacción ha sido tan positiva que ya se aprobó su segunda temporada. Se toma lo justo de The Office para sentarla como base de su historia, pero en 10 episodios logra establecer su ritmo, sus personajes y el tipo de narrativas que quiere llevar en una compañía a la que, sabemos como audiencia, le juega todo en contra. Al parecer The Paper, al igual que el Toledo Truth Teller, es el underdog que estamos subestimando.

Veredicto

The Paper, más que apoyarse desesperadamente de la nostalgia de The Office, lo utiliza de punto de partida para contar su propia historia. Y esas son buenas noticias.

8 / 10