Cuando el productor y guionista, Walter Parkes le entrego un VHS con la película ‘Ringu’ de Hideo Nakata, al director Gore Verbinski (Irónico, ¿no?), este nunca imagino que iba a terminar haciendo de productor en una de las películas americanas de terror más memorables de la era de los 2000’s.

Las grabaciones iniciaron y no tenían el 50% del guión terminado y es todo un milagro que haya quedado tan fiel a la obra original, sin necesidad de “copiar escenas”.  Mundialmente recaudó más de 230 millones y tuvo un presupuesto de 48 millones.  El video que se reproduce para que te caiga la maldición de Samara y puedas recibir su llamada directa sin costo alguno, fue publicado como parte de la promoción y ha sido de lo más original que existe en marketing.  DreamWorks Picture estaba totalmente alegre con los resultados tanto de taquilla como de crítica.  Sin embargo, el productor americano con descendencia coreana (ojo a esto) Roy Lee dijo entre risas, que no “entendía mucho lo que quería proyectar la película” pero que estaba bien.  Lee ha sido el productor ejecutivo con la mayoría de los remakes de filmes asiáticos por parte de Hollywood, incluyendo ‘The Departed’ de Martin Scorsese (así es, es una adaptación de ‘Infernal Affairs’ película de Hong Kong del 2002), así que este comentario no lo tomaremos a la ligera.

Pero para entender el comentario de Lee, se necesita entender un punto sumamente importante y el cual, en nuestro humilde análisis, vamos a darle mucho énfasis.  Es en donde está basado el origen de las historias.

El origen de las historias de cualquier película de terror u horror de cualquier país está basado en el folklore de dicha tierra.  No es una regla, pero es casi una ley, y como toda ley…puede romperse.

Decimos esto porque el cine americano en materia de terror u horror no suele tener una esencia folclórica muy definida.  Los primeros inicios del terror americano vienen de ‘La Ejecución de Mary, La Reina de Escocia’ en 1895 y luego en el 1900 ‘Fausto y Margarita’, todos cortos.  El primer largometraje de terror (famoso) es sobre posesiones, con ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’.  Los clásicos del terror de Hollywood son pertenecientes a monstruos que no son exclusivos de Estados Unidos y a posesiones de casas, que a menudo suelen ser reflejos de muchos elementos del terror, como por ejemplo los demonios o los fantasmas.  Y es interesante mencionar a los fantasmas porque estos, son la esencia principal del folklore japonés.

LA CULTURA COMO ORIGEN [DEL TERROR]

El terror japonés esta muy arraigado a una cultura religiosa.  El budismo, que, a grandes rasgos, se cree en la reencarnación y la vida como una mera ilusión.  También está el shintoismo, que reverencia a los ancestros y dioses varios cuya categoría de “dios” es discutible en tanto se pueda pensar mas bien como un poder que fluye y fluctúa entre la naturaleza.  Ninguna de estas religiones rechaza a las demás, y ambas coinciden en una carencia de nociones absolutas del bien y el mal (además de que no exigen una devoción y/o entrega total, como sucede con otras religiones).  Por este gran motivo se pueden apreciar personas que practican las dos religiones, dando una flexibilidad inmensa a la hora de filtrar un abanico de leyendas de todo tipo.

A veces es fácil olvidar de que existen otras formas de contar historias.  El enriquecimiento que recibe un escritor siempre dependerá de las influencias narrativas de su cultura o ajenas a ellas, pero en el caso de Japón su influencia viene más de su cultura.

Koji Suzuki, en todos sus relatos los fantasmas de un modo u otro están relacionados con el agua (‘Ringu’, ‘Dark Water’).  Mientras que el fantasma occidental esta en lugares secos.  Otro punto es la localización de estos, los cuales suelen estar en cementerios o casas embrujadas, pero el fantasma japonés se salta dicha regla.  Esto se debe a que el agua es sinónimo de purificación o personificación de divinidad, entonces el agua contaminada es el lugar perfecto para que la amenaza haga acto de presencia.

A menudo estas diferencias son consecuencias de diferentes tradiciones y costumbres.  El terror japonés se inspira en los kaidan, término que hace referencia a la historia de fantasmas, palabra que gana popularidad la Época Edo, con el juego conocido como Hyakumonogatari Kaidankai, el cual consistía en tener dos habitaciones disponibles.  En la primera se encendían varias velas y frente a ellas se instalaba un espejo, los participantes en otra habitación contaban una historia de fantasmas y al terminar, iban a la habitación de las velas para apagar una de ellas mirando fijamente al espejo, aumentando la tensión mientras menos luz había.  Algo jodidamente terrorífico teniendo en cuenta lo macabro de la situación.

A partir de aquí inicia la división de las narraciones tanto de occidentales como las japonesas, las cuales siguen una estructura parecida pero no idéntica.  Mientras que, en la narrativa occidental, el protagonista es, quien con sus acciones hace avanzar la trama (la estructura narrativa de “el viaje del héroe” o cualquier otra versión similar), en la japonesa la fuerza de la historia esta en el espectro careciendo de conflictos y dando lugar a la casualidad.  La narrativa japonesa no culmina con una resolución precisa, sino que termina sin ofrecer un final cerrado, porque en el desconocimiento es que, para ellos, está el verdadero terror.

El escritor Utako Matsuyama pone el siguiente ejemplo de estructura «típica» de una historia japonesa:

«El protagonista es una persona honesta y amable que ayuda a un animal atrapado, a una estatua (jizo) o a un dios hambriento [suceso aleatorio, que no coincide con los objetivos del personaje]. Como consecuencia, le ocurren muchas cosas buenas. Entonces, otra persona, normalmente un vecino, se da cuenta de su suerte y quiere conseguir lo mismo [el antagonista]. La conclusión de la historia es que la honestidad y la bondad son virtudes que tienen su recompensa.»

Es interesante como para el japonés el antagonista es simplemente una persona (a menudo cualquiera) que siente envidia por otro personaje.  Tiene un sentimiento negativo.  Sin embargo, el antagonista en las historias hollywoodenses, son siempre, el espectro o entidad.

Tanto la ausencia de objetivo del protagonista como la estructura de acción-reacción tan propia del folklore japonés funcionan particularmente bien en el género de terror, pues crean “una sensación de indefensión frente una realidad despiadada”.

Muchas de las películas de J-Horror siguen esta estructura narrativa, y muchas de las adaptaciones americanas de las mismas sacrifican esta particularidad del terror nipón para seguir un patrón más clásico y menos arriesgado para el público.

EL TERROR DE LA VIDA

La leyenda de Kuchisake Onna es una de las leyendas más famosas sobre fantasmas.  La mujer que fue asesinada por su aspecto físico supuestamente por un hombre y ahora busca vengarse de ellos a partir de una pregunta.  Según la leyenda, aparece en cualquier lugar y pregunta: “¿soy atractiva?” Mientras tiene el rostro tapado.  “Si”, “No”, “No sé”, son respuestas que lograran matar inmediatamente al hombre, y solo se puede salvar si su respuesta es la respuesta de cualquier japonés en una situación incómoda: “Disculpe, en este momento me encuentro apurado, debo ir a trabajar”, logrando que el fantasma pida disculpas, una reverencia y se vaya.

¿Por qué mencionamos esta historia? Por el simple hecho de la respuesta que debe dar el japonés para librarse de “la maldición” (por ponerle un nombre al acto).  Es algo meramente cultural el hecho de que la disculpa, sea el motivo suficiente para salvarse.  Mientras que para el occidental la salvación está en eliminar el espectro.

Es innegable es rasgo cultural que tienen las narrativas del terror japonés con el occidental, y no podemos ignorar el hecho de que estamos ante un mundo globalizado que avanza con mucha rapidez.

Las influencias se notan, pero por más elementos que se tomen, la narrativa permanecerá.  Tal vez esta sea la razón principal por la cual a Hollywood no le va bien con las adaptaciones de animes.  Porque buscan transmitir un mensaje distinto que daña todo lo relacionado con el material.

Lee tal vez no capto el cambio de que Samara sea la villana.  Tal vez fue otra cosa.  Lo que es indudable es la forma en que la historia en el terror asiático es construida y que tanto bebe de su cultura.

Japón no necesita (ni busca) complacer al resto del mundo.  Solo a ellos mismos.  Sus leyendas, su cultura, su gente y sus miedos.  Todo es parte de lo construido en sus películas de terror.  Todo es parte de ellos mismos.