Una de las cosas más interesantes del 2015 fue el anime “One Punch Man” creado por, valga la redundancia, One.  La serie que trata sobre un héroe que vence a todos sus villanos con un solo golpe (asi como lo están leyendo) es, en primera instancia, una divertida comedia de acción, pero si se analiza bien es un estudio de personaje bastante interesante donde se deconstruye lo que se conoce como un “héroe”.

Su primera temporada fue magistral en cuanto a guión y audiovisual (una animación impecable), donde destacaban los golpes de efectos claros y contundentes, donde la acción se veía clara y precisa.  En esta segunda temporada el guión decae y lamentablemente la animación también.

Donde teníamos humor sarcástico, ahora tenemos humor burdo.  Donde había un planteamiento sobre el héroe en cuestión y los villanos, ahora hay unos personajes que buscan ser fuertes porque si.  Donde teníamos una animación bien lograda, ahora tenemos texturas metálicas y acartonadas que parecen no tener muchos movimientos (tienen una escena que recuerda mucho al caso de Hideaki Anno con “Neon Genesis Evangelion” y su falta de presupuesto).

En la nueva entrega las animaciones se vuelven más básicas, logran ser más o menos solventes la mayor parte del tiempo pero pierden impacto y el sonido no está tan bien conseguido tampoco. Tenemos un diseño de personajes aceptable, destacando lo que se recicla de la primera entrega sobre los nuevos diseños.

En conclusión, de una entrega a la presente se ha percibido una gran pérdida cualitativa, en que aunque aún se conservan muchas de sus virtudes lo que tenemos como resultado es un producto bastante menos atractivo porque falta gran parte del mimo y el trabajo que se le puso a la original. Una pena, pues One Punch Man tiene potencial para mucho más.

Veredicto

Divertida segunda temporada que en comparación con la primera, se siente muy por debajo.  Los personajes siguen siendo interesantes y la historia mejora, pero no por eso le ayuda al gran bajo audiovisual y de guión que tiene.

6 / 10

Una de las grandes sorpresas del año pasado fue la serie de DC Universe “Doom Patrol”.  Ya sea por sus absurdas situaciones o por sus extraños personajes, la adaptación del cómic creado por Bob Haney y Arnold Drake era lo suficientemente divertida e interesante para no sentirse enganchados.

La segunda temporada era un secreto a voces (a pesar de que la increíble “Swamp Thing” fue cancelada) y ahora la hemos visto completa y está demás decir que es una locura de principio a fin.

La narración, al igual que la anterior temporada, es frenética y de buen ritmo.  En los momentos más pausados, los aprovecha para desarrollar totalmente a los personajes (algo que había logrado con mucho éxito en la temporada pasada) dándole matices a Crazy Jane o Cliff, por mencionar un ejemplo.

“Doom Patrol” por suerte es una serie que se arriesga y esta temporada no es la excepción.  En materia de enemigos los tiene desde el más extravagante hasta el más poderoso.  Y pueda ser, que esto afecte un poco al guión, ya que esto termina afectando mucho a la resolución de la misma (inaudito cómo logran escapar de Red Jack, siendo este un villano que daba para muchos capítulos).

Sin duda alguna la serie tiene mucho que ofrecer y tiene muy pocas cosas que reclamarles siendo esta de las mejores y más divertidas series que se pueden ver en este 2020.  Algún fallo en el guión para poder salir de una que otra situación, pero nada que dañe la experiencia en su totalidad.

Veredicto

“Doom Patrol” es divertida y con una narrativa bastante ingeniosa.  Incluye nuevos personajes y desarrolla a los viejos, dando matices mucho más interesantes de las que ya tenían.  Por momentos el guión flojea un poco en momentos puntuales pero no para arruinar la experiencia.

8 / 10

Este año es donde más necesitamos un series, películas o videojuegos que funcionen como un escape para sobrellevar todo lo que nos sucede alrededor.  La plataforma de streaming ha sido una excelente herramienta para esos fines y ahora con el estreno de la segunda temporada de “The Umbrella Academy” confirmamos lo antes dicho.

La serie desde su primera temporada cumple con propósitos su cometido de entretener a pesar de las tantas irregularidades que tiene gracias a un guión y una puesta en escena que parecen no estar bien claras.

Y es que en esta segunda temporada Netflix utiliza el mismo mecanismo de la anterior.  Después de haber pasado los primeros minutos del primer capítulo, la serie parece perderse en que contar y cómo contarlo, porque busca tener subtramas (cada personaje tiene la suya), tener una trama principal la cual tiene varios giros argumentales y por si fuera poco quiere tener un cliffhangers en cada capítulo buscando querer sorprender al espectador, lo cual se desvanece porque ya, capítulos antes, imaginamos (y atinamos) como era la conclusión de dichos giros, algo que hace que la serie se siente lenta por momentos.

A pesar de este defecto que viene arrastrando y que algunos personajes pierden cierto frescor, los nuevos personajes ayudan muchísimo y hay un mejor desarrollo en los personajes viejos (como es el caso de Ben, quien ahora tiene más contexto y no solo es un fantasma que está diciendo cosas).

Siguiendo la misma línea desenfadada de música cool, con su cuidada fotografía y escenas de acción bien entretenidas (todas las que tienen que ver con “Numero 5” son geniales), “The Umbrella Academy” pasa como una serie bastante divertida y que por momentos, ayudan a olvidar y pasar un excelente rato.

Veredicto

“The Umbrella Academy” tiene más solidez y mejor ejecución, pero el guión vuelve a fallar a la hora de querer dar más de lo que puede.  Divertida y salvaje, la serie de Netflix es bastante entretenida.

6 / 10

Teníamos pendiente escribir sobre aquella serie futurista de HBO llamada “Westworld” la cual viene de la mano de Jonathan Nolan y Lisa Joy.  Y la verdad es que después de la promesa de que esta sería la mejor temporada, con el final mas epico, nos hemos quedado con un sabor totalmente agridulce.

Una de las cosas que caracteriza(ba) la serie es su filosofía.  Como los robots se cuestionan unos a otros si ellos estaban tomando un libre albedrío o si en realidad todo era parte de su programación, y esta filosofía iba amarrada con la crisis existencial que tenían los personajes sobre si son o no humanos, algo que se le transmite al espectador y este debía ir uniendo el rompecabezas para determinar si lo eran o no.  Esto es algo que se ha perdido casi por completo en esta tercera temporada, la cual se enfoca más en la acción.

Los momentos épicos de revelaciones son tan repetitivos que no sorprenden y los personajes están tan torpemente desarrollados que es difícil seguirles las pistas.  ¿De qué nos sirve que Bernard busque al Hombre de Negro? ¿Por qué Dolores no busca ayuda de ningún robot sabiendo que le apoyan la causa? ¿Cual es el objetivo real de Maeve? Y así nos podemos pasar toda la nota buscando saber qué quieren decirnos con estos personajes.

Por otro lado la puesta en escena es totalmente desconectada que las escenas de acción aburren y se sienten como un interludio entre la trama.  El guión por momentos tampoco ayuda a sentir apego por los personajes, que por más amenazas que tengan es difícil sentir que están en peligro.  Y por si fuera poco tenemos personajes que nos explican lo que estamos viendo o en el peor de los casos, que estén en el momento menos oportuno exigiendo algo con explicación gratuita.

Por suerte no todo es malo y las actuaciones son muy buenas, los efectos geniales y la música de Ramin Djawadi (el hombre que hizo el soundtrack de Game of Thrones) no es algo para tomarlo a la ligera.  Cada partitura tiene su momento y su evolución y cada canción es una satisfacción auditiva destacando “Start a Revolution” “The Choise is Yours” o “Brain Damage”.

Renovada a una cuarta temporada, la serie cierra algunos arcos y en una escena post crédito deja claro sus intenciones.  Tal vez no sea lo mejor del año, mucho menos lo mejor de “Westworld” pero es así.  Esperando que mejore y busque ser más como la primera.

Veredicto

Entre lo interesante y lo aburrido.  La temporada 3 de Westworld se alza con una narrativa bastante confusa, puesta en escena torpe, un guión con demasiados hoyos y unos personajes sin desarrollos, pero al menos trata de compensar con excelente música, buenas actuaciones y unos efectos y diseños de vestuario bastante interesantes.

6 / 10

Hay una escena donde Walter Mercado le dice a su madre que el se siente “diferente” porque no le gustan las cosas que a sus hermanos les gusta.  Su madre le dice que él es “diferente” y que siga siéndolo porque eso lo hace especial.

Nosotros en Critican.Do no hemos querido criticar documentales ya que estos son a interpretación de cada persona y solo algunos se salen del molde.  Hemos encontrado detractores feroces en documentales que nosotros consideramos excelentes, pero ese tema es para otro momento.  Aquí hablaremos del documental de Walter Mercado “Mucho, Mucho Amor” el cual es una pequeña joya y puente a la nostalgia.

Abarcando toda su vida, desde la infancia hasta la actualidad (sus últimos momentos de vida) el documental que se cuenta en forma capitular muestra las luces y sombras de Mercado.  De cómo surge el personaje y cómo este personaje le consume, hasta lograr desaparecer todo rastro de lo que era el anterior ser.  Y es que Walter Mercado era un verdadero artista que vivía para su público.  Actor, escritor, cantante.  Era todo, y no fue por casualidad que llegó a la astrología.

Hay dos momentos en el documental que funcionan como excelente tributo tanto para el personaje como para sus fans y quienes han visto algo de él.  Todo lo relacionado al museo (excelente como se enfocaron en prestarle atención a Walter Mercado para que de verdad nos demos cuenta que este tipo ama a su público) y el final después de los créditos.  Simplemente sublime.

Y terminamos esto, que no es una crítica, con una sugerencia: vean el documental.  Crean lo que crean, veanlo, porque Walter era un mensajero de amor y aquí lo demuestra.  Demuestra que tiene mucho, mucho, amor.

Veredicto

Un tributo a una de las personalidades más enigmáticas y queridas de Latinoamérica.  Envuelta en misticismo y mucha buena vibra, este documental destaca su vida con el cariño que un fan puede hacerlo.  Toca sus momentos oscuros pero sin dañar la imagen y legado de este interesantísimo astrónomo que, para sorpresas de todos, no es un personaje, es él en realidad.

Para nadie es sorpresa que Netflix ha cambiado la forma de ver televisión en todo el sentido de la palabra.  La plataforma de streaming ha renovado clásicos sin importar el tema y eso es algo bueno, incluyendo este caso en donde traen de vuelta un viejo programa sobre personas desaparecidas.

Primero es de agradecer que Netflix haya mantenido la esencia de la serie con documentar toda la información posible de un caso, exponerlo y dejar que sea el espectador quien saque sus conclusiones y esto se nota mucho en el caso del chico negro, donde presentan las pruebas, presentan el punto de vista de los afectados, luego el punto de vista de las autoridades y luego lo que cada parte involucrada cree o piensa, pero dejando abierto al espectador el camino que quiera tomar.

Sin embargo este punto bueno se ve empañado (y muy fuerte) cuando la serie busca irse por el morbo y no ofrece nada nuevo.  Hablamos del morbo para hacer énfasis en el capítulo dos, donde en numerosas ocasiones refuerzan una idea totalmente contraproducente contra una de las “víctimas” y aunque sigue siendo parte del caso, desde el punto de vista del documental no funciona.

Veredicto

La verdad que poco se puede decir de este retorno de “Casos Sin Resolver” más allá de que tiene uno que otro caso super interesante (como el del Conde).  Dejando un sabor agridulce, la serie engancha pero no destaca.  Los primeros 6 episodios, por suerte, tienen un caso totalmente sólido para mantener los más de 40 minutos que duran.

6 / 10

A la hora de escribir esta reseña hemos visto la temporada uno, dos y tres seguidas para poder aprovechar el lema de la serie “todo está conectado” y si que lo esta.

La serie alemana creada por Baran bo Odar y Jantje Friese, sobre un pequeño pueblo alemán donde ocurren unas cuantas cosas extrañas y unas familias guardan unos misterios mientras que un joven ha encontrado algo capaz de cambiar al mundo tal como lo conocemos.  ¿Muchas cosas, verdad? Pues si acaso están creyendo que es mucho, los más de 20 capítulos que la serie ofrece en sus tres temporadas es un sin número de enigmáticas teorías e ideas, amarradas en una mezcla de mitología griega y bíblica donde cada personaje está envuelto en su propio drama y su propia tragedia.

Y es que la serie es lo suficientemente compleja para durar semanas buscando desenredar el nudo, a pesar de que en esta última tercera temporada se esfuerza (y lo consigue, pero con algunos tropiezos aunque muy ligeros) en dejar las cosas más claras posibles.  Y es interesante, como por ejemplo, el séptimo episodio de esta tercera temporada (el mejor de toda la serie) es capaz en sus últimos 20 minutos de encajar todas las piezas que deja abierta en sus episodios pasados.

Ya a estas alturas la serie a desarrollado con una excelencia abrumadora un desarrollo de personajes, destacando el de Jonas Kahnwald (interpretado con una solvencia magistral por Louis Hofmann), Ulrich Nielsen (Oliver Masucci), Katharina Nielsen (Jordis Triebel), Hannah Kahnwald (Maja Schone), Hanno Tauber “Noah” (Mark Waschke) y (¡sorpresas! ¡sorpresas!) Bartosz Tiedemann (Paul Lux).  Todo esto les da la oportunidad de acelerar y desarrollar la historia a su antojo y poder enfocarse en el componente “shock” que muy pocas series han podido desarrollar con facilidad y que sea creíble.

Es difícil hablar de la serie sin destripar parte de ella, pero al final el concepto de “DARK” es el amor.  Con un final agridulce pero satisfactorio, cada personaje de la serie se mueve en base al amor.  Desde el más secundario hasta el más protagonista y eso le da un toque personal que hace que mientras veamos los créditos con la canción de fondo de la banda alemana NENA (el nombre de la canción es “irgendwie, irgendwo, irgendwann” que significa más o menos “de alguna manera en algún lugar en algún momento”) podamos sentir una mezcla de emociones además de dejar abierta la escena.

Veredicto

Un hermoso final que deja genera miles de emociones y responde muchas preguntas (aunque deja otras abiertas).  Pueda ser que por momentos se piense que ha sido algo forzado, pero si se analiza bien se entiende que no.  Totalmente abierto al espectador.  “DARK” pasará a la historia y se convertirá en clásico, de eso no hay duda.

Parece que Disney tiene la tarea, cada cierto tiempo, de tomar un libro o una saga y convertirla en una película penosa.  Podemos mencionar varios casos, como “A Wrinkle in Time”, “El Planeta del Tesoro”, “Marte Necesita Madres”, “John Carter” (que ojo con esta, que nos entretuvo bastante), “El Llanero Solitario” o “Tomorrowland”.  Ahora le toca el turno a “Artemis Fowl”, película basada en las novelas de Eoin Colfer el cual cuenta con una gran aceptación del público y lectores.

Primero aclaramos que no hemos leído las novelas, por lo que nuestra reseña será basada exclusivamente del filme.  Dirigida por Kenneth Branagh director de “Thor” o “Asesinato en el Oriente Express”.  “Artemis Fowl” trata de un niño de 12 años, muy inteligente que busca cómo salvar a su padre.  Hay que destacar que el pequeño es un “criminal”, y el mundo que nos plantean es un mitológico en donde humanos y seres extraños viven de forma separadas.

A pesar de tener un buen arranque y de que esté orientada a un público infantil, sigue un sin número de clichés, malos personajes, desarrollo nulo y lo que es peor, interés de los personajes ambiguos (para no decir que carecen de ello).  La película constantemente nos plantea ideas y situaciones, las cuales ninguna se desarrollan.  ¿La relación padre e hijo? olvidalo. ¿el interés del villano? ni te moleste en entenderlo.  ¿el mundo mitológico? está ahí solo porque la historia original parece ponerlo ahí.  Y así sucede con todo.

Y es que la película tiene una obsesión con convertirse en una saga que olvida desarrollar todo lo que plantea para solo plasmarlo ahí y esperar que a futuro se resuelva (si acaso logra hacer una secuela para eso).  Incluso, lo básico en un guión que es el principio, desarrollo o nudo y desenlace, está tan mal estructurado que en muchos momentos del desarrollo parece que es el final.  Algo tan básico.

Si debemos atrapar algo positivo de la película, es que visualmente es increíble algo marca de la casa.  Pero despues de ahi, no hay nada que pueda ayudarle.

No se puede recomendar “Artemis Fowl” ni siquiera a los más pequeños de la casa, porque es una hora y media de ver a un niño sin personalidad ir de un punto a otro con el objetivo de buscar a su padre, o al menos eso nos quieren dejar dicho, porque es lo último que parece.  Sin energía, sin encanto, sin fuerza en su historia o sus personajes para adentrarnos a su mundo.  Nada.  Una verdadera lástima porque la historia promete.

Veredicto

“Artemis Fowl” es lamentable y es una verdadera pena.  Con tan buenos efectos, el guión destaca por su ausencia y la dirección de Kenneth Branagh es casi automática.  Parece un encargo.  Ni el talento de Judi Dench puede salvar este filme insípido que no parece tomar un rumbo claro.

2 / 10

Greg Daniels es un tipo que ha sabido dar bien duro en la televisión moderna (ya haremos un post sobre eso).  Con la interesante “Parks and Recreation” hasta “The Office”.  Sus dos series principales (si eliminamos la animada) tienen una gran legión de fans y a dia de hoy se ha convertido en series de culto, las cuales manejan un humor algo extraño pero con una historia de fondo muy particular.

Algo similar sucede en “Upload”, creada por el mismo Greg para el streaming de Amazon Prime y de la cual parece una fusión de “Black Mirror” con “The Good Place”.

Como los trailers explican de manera ambigua de que trata, lo haremos aquí: Nathan Brown (interpretado por Robbie Amell) muere en un accidente automovilístico, por lo que su novia pone su conciencia en una plataforma llamada “Upload” en donde las personas viven ahí eternamente a pesar de no tener cuerpo, por lo que pueden interactuar con sus seres queridos todo el tiempo que quieran.  Pero Brown va descubriendo que su muerte no fue fortuita sino provocada.

Con esta premisa, simple, la serie logra atrapar al espectador entre el humor negro y absurdo, comentarios sarcásticos haciendo críticas sociales, con una historia de fondo turbia pero bien interesante que sabe cuando dar y cuándo no, y, ojo con esto, un buen desarrollo de personajes.  Pero “Upload” va más allá de hacer humor y traer un drama, si no que se plantea que un sin número de cuestiones filosóficas de forma madura.  ¿Qué sucede si morimos y nuestra alma está atrapada en una computadora? ¿Como la relación humana se desarrolla en estos parámetros?

10 capítulos de 30 minutos que se pasan rápidamente, es lo que nos ofrece Daniels y Amazon, con una premisa bastante peculiar.  

Veredicto

Con buenas actuaciones y una historia llena de diversión, que promete pasarlo bien y hacernos pensar, “Upload” es una apuesta bien interesante, que falla un poco en su puesta en escena, pero es compensada con sus divertidos personajes.

7 / 10

La mejor actuación de Jackman durante toda su carrera” reza el trailer oficial de este filme, en donde al parecer varias personas han olvidado la sublime y magistral actuación de Hugh Jackman en “Prisioneros” de Denis Villeneuve y de la cual muchos, en ese entonces se alarmaron al no verlo junto a los demás nominados para los premios de la Academia de ese año.  No nos malinterpreten, que en esta película Jackman se maneja con solvencia y del cual solo la increíble Allison Janney puede ir a la par (Ray Romano hubiese podido lograr algo más memorable, pero su tiempo en pantalla y su personaje no le permiten dar mucho).  Porque Jackman lleva en sus hombros la película junto con la excelente historia.

Para estas alturas esperamos que se hayan dado cuenta de que somos fanáticos de las historias y los guiones.  Esos entresijos que manejan algunas historias, el desarrollo de la misma y de sus personajes, diálogos y un sin número de elementos, hacen que sean del disfrute para nosotros, y aquí se cumple con creces.

Basado en la historia (real) de un gerente escolar de Nueva York, que robaba parte del dinero público de la escuela de Roslyn para vivir lleno de lujos, es simplemente genial.  Es genial porque la cantidad de información que va dejando el guión, es la cantidad necesaria para que el espectador pueda ir armando el rompecabezas a su tiempo, sin dejar nada atrás y aprovechando cada momento de calma para hundirse en el desarrollo de Jackman.  Es decir, que por un lado va desarrollando la historia y por otro, cuando llegan los momentos suaves, se esfuerza en desarrollar al máximo al personaje, por lo que el resultado final es totalmente satisfactorio.  Conocemos la historia, vemos su progresión pero de paso vemos como el personajes cambia y entendemos su posición.

Su dirección es buena.  Su edición por igual.  La música compuesta por Michael Abels deja indiferente a cualquiera y así todo lo demás cumple pero no destacan.  HBO llega en muy buen momento para darnos un interesante respiro con un excelente drama, que pudo ser mejor pero cumple lo suficiente.

Veredicto

Hugh Jackman y Allison Janney logran unas actuaciones excelentes, las cuales están lejos de ser las mejores de estos actores (como ya se viene vendiendo).  El guión escrito por Mike Makowsky es increíblemente genial el cual retrata una oscura historia.  La dirección y su puesta en escena pueden resultar algo sobrios, pero es bien manejado y al menos se compensa con buenas actuaciones y buen guión.

7 / 10