“Speak No Evil” es un remake de una versión que salió en el 2022 y fue una verdadera sorpresa. La versión de Dinamarca no solo tiene actuaciones impecables, sino que es cruda en todo el sentido de la palabra.
Por eso cuando se anunció una versión made in Hollywood, muchos estuvimos a la espera para saber si habían mutilado el filme de Christian Tafdrup o habían conseguido salir airosos.
En cuestiones de actuaciones James McAvoy es sin duda quien carga con la película en sus hombros sin inmutarse. Que actuación y no es para menos, porque el britanico que ha demostrado en muchas otras ocasiones su nivel actoral, aquí es la principal joya de todo. Luego le siguen las actuaciones de Scoot McNairy (Blonde) y Mackenzie Davis, quienes saben plasmar todo el miedo y confusión que sus personajes deben mostrar y sentir.
El guión de “Speak No Evil” cuenta con el director James Watkins, quien también trabaja con Christian Tafdrup y Mads Tafdrup para tratar de ser lo más fiel posible, y que aunque a nivel de escritura lo consigue, y tal vez en algunos momentos le supera, es un poco cuesta arriba a nivel de dirección y puesta en escena, porque donde la versión de Dinamarca era desoladora y violenta, esta trata de arriesgarse un poco más y dar algo de luz donde había oscuridad. Como si quisiera contener, haciendo que, por ejemplo, el final se sienta atropellado y un poco inconexo.
Lo mismo sucede con la fotografía, a cargo de Tim Maurice-Jones, donde los matices no toman riesgos algunos, y deja a un lado ese lado sucio y frío que tiene la anterior. Lo mismo sucede con la música, que en esta versión es más testimonial, casi como si fuese una confesión, en donde la versión anterior buscaba ser desgarradora y hacernos sentir incómodos.
¿Entonces, “Speak No Evil” falla? Si y no. Si no fuese por James McAvoy, el filme perdiera muchísimo pero es su actuación lo que hace que nos olvidemos (por momentos) de todos esos pequeños errores y que hace que nos enfrascamos en un mundo, que a pesar de haber visto, estamos dispuestos a volver a ver.
https://critican.do/wp-content/uploads/2024/09/speak_no_evil_ver2_xlg.jpg1500947Emanuel Fabianhttps://critican.do/wp-content/uploads/2019/06/criticando-logo-positivo-1.pngEmanuel Fabian2024-09-08 17:59:442024-09-08 17:59:44Speak No Evil
Lo admito, yo desde que vi el teaser de “The Trap” quedé enganchado a pesar de saber que era un filme del director M. Night Shyamalan.
También admito que considero al director como muy creativo en sus historias, y de que su dirección y sus giros me gustan, aunque también hay que admitir que no me gusto para nada “Old”, “After Earth”, “The Happening” y la infumable “The Last Airbender”. También debo admitir que me ha dado mucha pereza ver “Knock at the Cabin”. Dicho todo esto, ¿qué me ha parecido “The Trap”?
Sin demasiados rodeos puedo decir que nos encontramos ante una de cal y otra de arena, con decisiones y tramos realmente brillantes y originales en la primera mitad del film, y con una segunda mitad que le toma el pelo a la inteligencia del espectador, con giros de guión y decisiones argumentales cuanto menos risibles. Aunque su final sea “satisfactorio”.
El filme narra cómo un hombre y su hija acuden a un concierto de una artista pop para adolescentes con mucha fama, y dentro del concierto este señor se dará cuenta de que hay una exagerada presencia policial, por lo que decide investigar, y para su sorpresa es que el mismo concierto es una trampa para atrapar a un asesino en serie, que no es spoilers porque el trailer lo dice, es nada más y nada menos que el mismo señor que está en el concierto con su hija. Por lo que vamos a ver cuales artimañas utilizaran los policías y detectives para atraparlo y cuales utilizara este otro para poder zafarse, dando como punto de interés que nadie nunca ha visto a este señor.
Si a usted, como amante del cine, no le atrapa ese argumento, pues que baje Dios y lo veo, porque de entrada es un argumento lo bastante interesante, casi al nivel de proyectos mayores como es el caso de “Death Note” (el anime).
El alma de “The Trap” tiene nombre y apellidos propios. Y es que Josh Hartnett lo borda como ese adorable hombre de familia y ciudadano ejemplar, que guarda el «pequeño» secreto de matar personas a diestra y siniestra. Por un lado tenemos al personaje de Harnett acompañando a su hija al concierto, desplegando todo su ingenio y astucia para dejar pistas falsas y crear el caos y la confusión en el lugar, y por el otro lado tenemos a los policías y FBI brindando todas y cada una de las posibles salidas llenas de trampas en el concierto. Toda esta parte que ocupa aproximadamente unos 45 o 50 minutos está magníficamente bien planificada y narrada, con momentos muy originales, que recuerdan al mejor Shyamalan. Pero el problema surge una vez superado este tramo, en dónde la película cambia radicalmente de escenario y lugar y en dónde los giros y situaciones comienzan a resultar tan ridículamente forzadas que hay que hacer uso de la incredulidad y piensas si el director se ha querido reír un rato con nosotros, convirtiendo esa segunda mitad en una caída libre del argumento hasta llegar a un final bastante mejorable.
Claro, no diré que es lo peor que ha sucedido y de hecho, tampoco es que sea algo que implique dejar la sala, pero es un poco desconcertante muchas de las decisiones después de ver el inicio. Es como si llegara un momento donde el director tuviera dos decisiones y en vez de tomar la buena, toma la que está mal y se queda con ella.
Dicho esto, de que su guión es pobre, la puesta en escena del gran M. Night Shyamalan es magistral como siempre. Te crees totalmente estar dentro de un concierto lleno de fans adolescentes y encima también sientes la tensión del personaje principal tratando de escapar. El director conoce su género y cómo explotarlo.
Las actuaciones son todas casi secundarias a excepción de Josh Harnett, quien es el protagonista, si así podemos decirlo. Saleka, hija del director, mientras avanza la película toma protagonismo pero no lo suficiente para creer que la película la tiene como eje. Alison Pill está como secundaria, así como Hayley Mills o Marnie McPhail.
La música de Herdís Stefánsdóttir es interesante y algunos tonos bastante correctos para el tipo de filme, mientras que la cinematografía de Sayombhu Mukdeeprom está bastante correcta.
En resumen, “The Trap” cuenta con lo mejor y lo peor del director. Es increíble que algo que comienza tan bien, y que ofrece un brillante espectáculo en su primera mitad descarrile de la manera que lo hace en la segunda mitad del film.
El director Doug Liman vuelve con su segunda película en el 2024 llamada “The Instigators”. A inicio del año el director había estrenado en Amazon Prime “Road House” sin mucho éxito.
“The Instigators” narra la historia de Rory, un padre desesperado que después del divorcio con su pareja necesita un dinero para pagar los gastos y manutención de su hijo, quien conocerá a Cobby, un expresidiario bastante irresponsable. Juntos tendrán que trabajar para un mafioso que tiene como plan robarle a un alcalde corrupto unos millones de dólares, pero cuando el trabajo tiene giros inesperados, el dinero será el menor de sus problemas.
Una de las grandes ventajas que tiene la propuesta, es el humor que no suele ser muy elaborado pero tampoco absurdo completamente, dando diálogos y momentos tan divertidos como interesantes, como es el todo el acto del robo inicial. Matt Damon hace de Rory, quien no es que necesite una interesante interpretación ya que es un personaje taciturno y muy calmado, algo de lo que Damon ya ha hecho gala. Por otro lado Casey Affleck hace de Cobby, y es quien tiene la mayor cantidad de diálogos durante toda la película y encima consigue unos buenos momentos de gracia. Hong Chau, Ving Rhames, Toby Jones y Ron Perlman complementan el cast, siendo este último el más gracioso, y dejando otros personajes en casi cameos como es el caso de Paul Walter Hauser, Alfred Molina o Michael Stuhlbarg.
Entre vertiginosas y adrenalínicas persecuciones en autos, camionetas y camiones y una sucesión de incendios, explosiones y balaceras, Liman va construyendo una narración sin grandes hallazgos a nivel de tensión, de suspenso ni mucho menos en lo que a profundidad psicológica de los protagonistas respecta.
En ese sentido, más allá del indudable profesionalismo en los distintos rubros, de los múltiples y generosos recursos disponibles y de un elenco de talentosos intérpretes en personajes secundarios sin demasiadas capas, el filme se termina de convertir en un entretenimiento de fin de semana que divierte lo suficiente para pasar buen rato pero que olvidaras en una semana, y cuidado si menos.
Al final del dia, “The Instigators” es una película entretenida para ver un fin de semana si no hay nada interesante que ver y se quiere pasar un rato agradable.
Apple nos ha dejado uno de las mejores series del género thriller legal vistos en su plataforma. Estrenada el pasado 12 de junio del año en curso, dirigida por Greg Yaitanes y Anne Sewitsky, presunto inocente un Remake de una película de 1990 protagonizada por Tom Ford, Está basada en la novela con el mismo nombre Presunto inocente del escritor estadounidense Scott Turow.
Como el abogado Rusty Sabich, el fiscal adjunto de la ciudad de Chicago, Jake Gyllenhaal lleva su cuerpo con fuerza atlética y precisión dramática, enrollado como una pitón esperando para atacar.
La narrativa se desvió de la novela de varias maneras significativas, lo que es una buena configuración para la nueva adaptación, con los dos primeros episodios escritos por David E. Kelley y dirigida por Anna Sewitsky (Happy, Happy, 2010; A Very British Scandal, 2021). La configuración es similar, ya que Rusty Sabich es un abogado dedicado que cayó en un romance con Carolyn Polhemus, que terminó el año anterior, y ha reparado su matrimonio con Barbara (Ruth Negga).
La serie sobresale en la creación de una atmósfera inmersiva, atrayendo a los espectadores al mundo de la oficina de los fiscales de Chicago. Las imágenes son cautivadoras, lo que mejora la experiencia de visualización en general.
Impasible elocuente elegante así puedo traducir la actuación, en Presunto Inocente Jake Gyllenhall está, tal vez, demasiado amplificado, pero lo establece como un personaje volátil que es en gran medida impredecible. Ahora hablemos de (Ruth Negga) como Bárbara, de las actuaciones más pobres, con una narrativa vacía que dejaba casi perplejo al espectador. Peter Sarsgaard es bastante increíble como abogado con una gran cantidad de ira, equilibrada con fuerza emocional.
Horgan que representa a Rusty es un cambio significativo con el libro y no es bueno. A pesar de la rica base narrativa establecida por Turow, la serie a menudo se desvía de manera desagradable de sus orígenes, omitiendo personajes cruciales y puntos de la trama.
A ver, al ritmo de la música, al ritmo de la armonización de toda la serie nos trataron de encajar un especialísimo indicándonos un culpable “menos probable” lo cual no terminó siendo lo mejor para la fórmula creada, más bien esperábamos una química de maldad equitativa o simplemente un culpable predecible.
Presunto inocente es una intrigante y exitosa serie que tematiza, entre otras cosas, la infidelidad que lleva a consecuencias fatales. La mayor ventaja de la serie es un muy buen reparto que, salvo raras excepciones, interpreta de forma muy convincente, se entrelazan asesinatos, infidelidad conyugal, intereses políticos y desintegración familiar. El desenlace es familiar para todos los que han visto la película, pero hay razones más que suficientes para ver la serie.
“Deadpool & Wolverine” no es una sátira completa como es “The Boys” porque ya el personaje baila en un ámbito de comedia paródica llena de metamensajes.
Marvel lleva a su personaje más políticamente incorrecto a la pantalla, en lo que parece un esfuerzo de la casa productora por despertar el interés del público que ha ido cayendo en desde hace un tiempo, con un film bastante entretenido y divertido lleno de sorpresas y buenos momentos, pero que en su tiempo de duración, parece perderse y desaprovechar.
El trailer es un poco engañoso en lo que a la historia se refiere, y me hace creer que es para despistar al público, pero después de finalizarlo, no estoy muy seguro de si esa era la decisión del estudio. En dado caso, básicamente la historia es esa: Wade Wilson es obligado por la TVA (Time Variance Authority, aquella organización del tiempo que conocimos en “Loki”) a buscar a Wolverine en un multiverso X para poder salvar otros mundos. “Deadpool & Wolverine”, a pesar de su nombre, solo tiene como protagonista a Deadpool, ya que el X-men favorito ocupa un lugar bastante secundario, algo que le juega bastante en contra. Y por si fuera poco le añaden un componente al personaje que lo hace aún más difícil de digerir y que hace que el bromance no fluya como debería. Ahora bien, volver a ver a Hugh Jackman en el personaje es divertido y se nota, que esta vez, si se lo pasó en grande y lo ha disfrutado, logrando uno que otro momento que puedo apostar que han sido improvisados. Emma Corrin como la villana Cassandra Nova es interesante, aunque como cualquier villano de Marvel, está solo para crearle problemas a los héroes pero se hace bastante olvidable. Ryan Reynolds hace lo que siempre ha sabido hacer: burlarse de todo. Nunca he puesto en duda su nivel actoral, pero aquí no lo necesita.
En cuanto al guión, pues está lleno de metacine que en inicio es divertido y hasta ingenioso, pero después de hora y media se hace pesado y solo esperas que todo avance. En el inicio de esta reseña hice mención a “The Boys”, serie de Amazon Prime sobre unos superhéroes y es porque alguien dentro de la sala me hizo esta comparación de que debió ser “más como esa” y la verdad que no. Debo defender que el personaje de Deadpool es tal cual está en los cómics, y lo de la serie de Prime no es ni comparable, pero dicho esto, si estoy de acuerdo en que dos horas de esto llega a cansar. Lo que pudo ser una hora y media, o una hora y veinte minutos, se convierte en dos sin necesidad.
Habrá quienes aplaudan fervientemente todo el fanservices que la nueva película de Marvel quiera dar (ya que no aprovecharon NADA a Doctor Strange and the Multiverse of Madness y esto sigue afectandoles) pero la forma de hacerlo llega a ser burdo. Ya no es una sorpresa curiosa como hicieron en la segunda parte cuando Deadpool abre una puerta y se ven a los X-Men reunidos y sorprendidos porque les interrumpen. Ahora está ahí, con un close up y en algunos momentos el personaje principal hasta nos dice quién es y donde ha estado, aunque admito que hay unos cuantos que haran que el publico aplauda. Yo mismo me quedo con tres muy sorpresivos y particulares.
“Deadpool & Wolverine” fluye entre gags, acción coreografiada, un soundtrack muy particular y mucho humor, logrando que funcione la mayor parte del tiempo. ¿Es esto lo que Marvel necesitaba? Al menos yo no lo veo así. En la actualidad, el universo de Marvel tiene una galería de personajes con historias y trasfondos bien interesantes que pueden explotarse de buena manera, pero que conlleva salir de la fórmula express de la que está acostumbrada, y eso pudo haberse hecho con el filme que dirige Shawn Levy. El tiempo dirá si será otra película que se depositara en la etapa de Marvel relacionada al Multiverso, o si en realidad, será el punto y aparte que la Casa de las Ideas, necesitaba.
“The Boys” sigue su camino en convertirse en una de las mejores series de los últimos años y de la actualidad.
Ahora bien, si en sus tres primeras temporadas se notaba desde su inicio a dónde quería ir, para esta cuarta temporada tuvimos que esperar hasta el capítulo 4 para saber por dónde van los tiros porque estaba más preocupada en hacer parodia y presentar personajes nuevos que en seguir donde dejaron la historia al final de la tercera.
La primera temporada es una bomba; nos presentan un universo distópico (superhéroes que de héroes tienen poco; funcionan como producto y comparten las mismas miserias que las personas corrientes) que se aleja del género de superhéroes convencional. Los personajes son interesantes y están muy bien interpretados y la trama te engancha de principio a fin. Para la segunda a pesar de tener clara su idea, tarda un poco en arrancar tratando de crear unas cuantas subtramas que por momentos parece querer alargar el metraje. La tercera sabe retomar el camino y con mucha fuerza (mejor que la primera). La acción, el gore y el nivel de excentricidad están a punto y se nos permite ahondar más en ciertos personajes de la serie y la relación entre ellos, de forma más natural y lograda que en la segunda temporada. No obstante, para la cuarta temporada se busca afianzar al personaje de Homelander y su visión de ser superior, queriendo ir al poder completo de todo, comprendiendo que esto es lo que realmente necesita para tener lo que siempre ha buscado: amor.
La política actual hace esto y se aprovecha de el medio principal hoy en día; la polarización. No se busca que las personas con distintas ideas políticas encuentren puntos en común y un consenso, sino que cada vez están más distanciadas y se declaran enemigos de los que no compartan su pensamiento. Esto en el guión saben manejarlo a la perfección y desarrollarlo como ninguna otra serie. Y lo que es mejor que sabe usar la parodia para ello, sin necesidad de que el espectador se salga de la trama, algo que casi ninguna película o serie, ha podido lograr tan perfecto.
En cuanto a los desarrollos de las tramas para esta cuarta temporada, “The Boys” hace que se sienta un poco sin rumbo. ¿Hasta cuando veremos al personaje de Frenchie (Tomer Capone) buscar la redención de sus actos? ¿De qué sirven las escenas de Kimiko (Karen Fukunaga) con su pasado si no desarrollan nada en ello? Así sucede con otros personajes que simplemente se les cuenta algo de su pasado, se inicia en ello y lo dejan a medias. En cuanto a actuaciones no hay queja de NINGUNO. Antony Starr como Homelander duele que no esté nominado porque su interpretación como el sociópata héroe invencible es INCREÍBLE. Karl Urban por igual, el cual siempre logra sacar más de una risa con sus diálogos. Claudia Doumit sabe imponerse solo con su presencia. Y así con todos, incluyendo nuevos como Susan Heyward o Valorie Curry. Pero quienes siguen robando diálogos increíbles y logran una actuación poderosa además de Antony Starr, son Chace Crawford como “The Deep” y Colby Minifie como “Ashley”.
En resumen, «The Boys» es una serie emocionante y oscura que ofrece una visión fresca del género de superhéroes. Su narrativa está bien estructurada y los personajes son complejos y bien desarrollados. La serie también aborda temas sociales y políticos relevantes, como el abuso de poder y la corrupción corporativa, lo que la convierte en una experiencia de visualización emocionante e impactante. Sin embargo esta temporada a pesar de tomarse su tiempo para arrancar, cuando lo hace, lo consigue y con creces.
https://critican.do/wp-content/uploads/2024/07/boys_ver42_xlg.jpg15001000Emanuel Fabianhttps://critican.do/wp-content/uploads/2019/06/criticando-logo-positivo-1.pngEmanuel Fabian2024-07-21 21:01:172024-07-21 21:01:17The Boys
Ti West, el director de “MaXXXine”, película que cierra la trilogía que inició con “X”, es un claro homenaje al cine de terror ochentero serie B en donde elimina el suspenso de la primera para usar la sátira.
Su estética visual hace que parezca un filme realizado por Wes Craven, en donde hasta el diseño de producción, vestuario, maquillaje, fotografía y hasta el estereotipo de los personajes encajan a la perfección para parecer sacado de aquella época. El trabajo de producción, la música y el vestuario están muy conseguidos, transportándonos a esa década y haciéndonos partícipes de ella con guiños constantes a esos años.
Mientras que en ‘X’ Ti West homenajea/parodiaba el rodaje de una película porno y el cine de los 70 en general, con una fotografía en ocasiones sucia y oscura. En ‘Pearl’ apostó por rodar una precuela en un ambiente familiar enrarecido, un entorno rural aislado y un terror más bien psicológico que culminaba con un soberbio monólogo de Mia Goth durante más de cinco minutos en una actuación digna de Oscar, ahora en “MaXXXine” apuesta por el slasher y el humor negro. Mia Goth absorbe el papel del personaje con una soberbia increíble y que ya ha demostrado anteriormente. Sin duda saber llevar el filme en sus hombros sin ningún problema. Luego los demás actores (de lujo) son casi secundarios y que a pesar de sus grandes actuaciones no son lo suficientemente entrañables por el poco tiempo en pantalla. Elizabeth Debicki implacable, Michelle Monaghan por igual, Bobby Carnnavale y Moses Sumney, implacables. Sin embargo, los secundarios que mejor aprovechan el poco tiempo está Kevin Bacon y Giancarlo Esposito, con unos personajes que podían dar mucho más.
El guión hace una crítica interesante a la superficialidad de Hollywood y su manera déspota de tratar a las mujeres. Sin embargo, sobre el acto final tira por la borda mucho de lo construido, sin arruinarla del todo pero que si desdibujan un poco el mensaje apostando por darle más énfasis a una secta (olvidando la parte del asesino en serie) que al mensaje que iba llevando con gran fuerza.
“MaXXXine” es un buen filme que cierra una trilogía que puede servir de tesis del cine de terror de época y como ha influenciado en el cine actual. Con una Mia Goth con la capacidad de mimetizarse con el personaje siendo hipnótica y con el papel que le acompañara por lo largo de su carrera, ya que logra plasmar con mucha facilidad todos los estados por lo que pasa este personaje durante el filme y parecer totalmente reales.
Tenía tiempo queriendo hacer la reseña de “One Piece”, la adaptación de Netflix, pero no he podido encontrar inspiración para hacerlo, a pesar de haber pasado un muy buen rato viendo la serie.
El anime creado por Eiichiro Oda está en emisión desde 1999 y aún sigue en emisión, con más de 900 capítulos sin incluir OVAS, películas y quien sabe que más que enriquezca este universo para los fans. Por eso la tarea titánica de Netflix para adaptar en solo 8 capítulos gran parte de la primera parte del anime o manga. Dicho esto, también hay que recordar que Netflix no ha sido bueno adaptando animes, ya que Cowboy Bebop fue todo un fracaso, Death Note por igual y Yu Yu Hakusho pasó sin pena ni gloria.
Primero que nada, el cast sugerido por Netflix fue de lo más acertado posible. Cuentan con Iñaki Godoy, un joven actor mexicano que le da vida al protagonista Luffy, y que es quien carga gran parte de la serie en sus hombros. Su carisma y su gracia se sienten incluso fuera de pantalla. Cuentan también con Mackenyu Arata, Emily Rudd, Jacob Gibson y Taz Skylar, formando el grupo protagonista y los cuales están muy bien desarrollados y actuados. Cada personaje le imprime su personalidad y el guión se encarga de no solo darle momentos a cada uno de brillar en lo que la acción respecta, sino también en su historia y desarrollarla junto con los personajes.
El guión de One Piece tampoco es que sea algo extraordinario. Es la historia de unos piratas que emprenden una aventura para encontrar el “One Piece”, que vaya a ver que sera, porque no especifican si es un barco, una lámpara mágica o que, solo nos dicen que hay una ruta en un mapa de un pirata que murió y a partir de ahí muchos se lanzaran en su búsqueda.
Pero más allá de si el guión es bueno o no, es bueno saber que Netflix pudo hacer algo que atrapará tanto a los fans de la serie como a los que no lo son, como es mi caso, y se encargó de que disfrutaramos la historia. La adaptación tiene sus cosas buenas, y es posible que sea la mejor adaptación, teniendo en cuenta que narra una historia que no está pensada para este medio. Con esto en mente, la serie de Netflix hace un loable intento, respetuoso, muy fiel, que le resultará curiosa a los que ya conocen el anime por ver a los personajes en la realidad, y que no sé qué le parecerá a quien se acerque sin saber nada.
En cuestiones técnicas, la serie no es que tampoco quede mal. Los efectos especiales están muy bien logrados. El maquillaje si bien puede parecer un poco infantil, no molesta al mantener siempre en mente que es la adaptación de un anime. Vestuario tampoco está nada mal y cumple. Para la fotografía, que aquí sí se siente un poco floja, han contado con un equipo y aun así se siente que no da la talla. Cuentan con Michael Swan, Michael Wood y hasta Nicole Hirsch Whitaker, y tiene momentos totalmente desaprovechados. La música cuenta con Sonya Beluosova y Giona Ostinelli (The Witcher), quienes saben mantener la ambientación musical de aventuras y piratas.
Más allá de todo esto, One Piece es una adaptación bastante divertida y que funciona para pasar el rato y, dejar con ganas al espectador que le guste el anime, en darle una mirada al material original, en caso de que no lo haya visto. Necesita sus mejoras, claro está, pero tampoco esto daña la experiencia.
Lo que comenzó como una película original de terror, se ha convertido en una saga que invita a la expansión de su universo. “A Quiet Place: Day One”, es la precuela de “A Quiet Place” y “A Quiet Place II”.
La historia sigue a Sam, una paciente que padece de un cáncer terminal y vive en la ciudad de New York, en el mismo día en que llegan las bestias que pueden escuchar todo a miles de kilómetros. A partir de aquí, ante una amenaza desconocida y en estado de shock, tendrá que moverse en el máximo silencio posible para poder llegar a su destino. Hablar de las actuaciones aquí es hablar sin base. Es bien sabido el poder actoral de Lupita Nyong’o que es quien tiene el 70% de la película en sus hombros. A partir del segundo acto se le suma la presencia de Joseph Quinn (Stranger Things) con un personaje bastante carismático y del cual entre ellos van a crear una de las dinámicas más interesantes y bien desarrolladas que tiene el filme.
Pero no todo es perfecto, porque si miramos a “A Quiet Place: Day One”, como película individual encontraremos que hay pocas escenas realmente memorables, hay buenas ideas y buenos escenarios pero todo se reduce a un corre aquí y corre allá, con poco margen de maniobra. También al tener tan poco sonido prácticamente todo se convierte en un jumpscare, en contexto es algo más permisible que en la mayoría de películas que recurren a este efecto tan gratuito pero también es de justicia decir que hay un par que se podrían haber ahorrado porque están ahí simplemente porque sí. Y si la miramos entendiendo que es una entrega dentro de una saga también encontramos problemas, pues la trama general no avanza en ningún aspecto, no hay nada que ocurra aquí que no supiéramos o imaginamos viendo las anteriores películas. Yo todavía no sé como unos alienígenas que parecen ser totalmente salvajes pueden ir de planeta en planeta en unas naves que parecen meteoritos. Y quiero imaginar que esto es simplemente unas bestias que limpian las amenazas de cada planeta ante los verdaderos jefes, porque si estos son las bestias detrás de todo, pues poco creíble.
Dirige Michael Sarnoski, en parte bien porque aquí mantiene ese toque sensible con personajes atormentados como en su anterior trabajo Pig, pero que falla en algunas decisiones estéticas algo extrañas, como que uno de los dos personajes protagonistas se pase media película corriendo con zapatos de suela gruesa (eso hace un ruido al pisar importante, y aquí el sonido es muy importante) o que aparezca el gato más inteligente de la historia con una capacidad pulmonar que ni Michael Phelps.
Es como la 2da parte, que aumenta los niveles de la primera en todos los sentidos, pero en esencia es la misma película pero con otras locaciones y otros personajes.
“A Quiet Place: Day One” podría haber sido la mejor película de las tres pero no se atrevió a intentarlo. Aún así pienso que si quieres algo más de hora y media de puro cine de entretenimiento con cierto peso en los personajes ésta puede ser una buena propuesta.
https://critican.do/wp-content/uploads/2024/06/m7hjWxpk8DuZkrq9SzBPLCIIOzQ-scaled.jpg25601728Emanuel Fabianhttps://critican.do/wp-content/uploads/2019/06/criticando-logo-positivo-1.pngEmanuel Fabian2024-06-28 19:22:382024-06-28 19:22:38A Quiet Place: Day One
Apple TV está apostando mucho a la ciencia ficción. “Severance” y “Silo” son algunas de las series que tienen en su plataforma y ahora “Dark Matter”, la cual no dejará indiferente a nadie.
La historia nos lleva a Chicago, en la época actual, donde el físico Jason Dessen es secuestrado por una persona igual a él, pero de otro universo alternativo. Sin embargo, el Jason secuestrado es enviado al universo del Jason secuestrador para poder tomar la vida del primero. Naturalmente esto desencadenará un sin número de situaciones de la cual no estaremos preparados.
Basado en la novela de Blake Crouch, quien se pone al frente de esta adaptación para poder mantener la fidelidad de la misma, ya que el tema, un poco trillado en estos tiempos, puede parecer absurdo si nos vamos a películas tipo Marvel, pero muy lejos de la realidad, la historia trata de ser lo más real posible, aportando datos científicos reales y teorias reales. El guión está muy bien construido de cara al espectador, manejando con buen pulso toda la trama emocional y dramática, a través de las consecuencias lógicas de las acciones de los personajes, desdoblando realidades. Pero este trabajo no solo es gracias a que el creador es parte de los guionistas y showrunners de la serie, sino también a guionistas de altura como es Megan McDonnell quien fue parte de las guionistas de “Wanda Vision”.
En cuestiones interpretativas, en “Dark Matter” todos están acordes y cumplen con creces. Jennifer Connelly logra a decir mucho con solo sus miradas y sin mediar palabras, mientras que Alice Braga o Jimmi Simpson cumplen bastante bien con sus personajes logrando que empaticemos con ellos rápidamente. Sin embargo Joel Edgerton es quien lleva la serie por el mango, ya que tiene que interpretar a su personaje dos veces y en distintas realidades, y lo que lo hace genial es que el actor logra que podamos diferenciar a uno del otro simplemente con segundos después de aparecer en pantalla. Tal vez quienes menos se ven beneficiados ya que sus personajes aparecen muy poco, son la grandiosa Amanda Bruegel quien está en “The Handmaid’s Tale”, Dayo Okeniyi y Oakes Fegley.
“Dark Matter” es una notable obra de género que aún dentro de las consabidas convenciones del thriller transdimensional presenta una historia madura y reflexiva llena de giros que, como sucede sin ir más lejos con ‘Silo’ o Severance, resulta tan accesible como atractiva y tan sugerente como embriagadora. Por más que a estas alturas cueste descubrir a Schrödinger, imparte la «materia» con la misma entereza audiovisual, genérica y emocional.
Y lo que es más interesante es que dentro de su mismo universo, al menos hasta ahora en esta primera temporada, nada sobra y todo está a lo justo. Pudiese decir que tal vez una escena sea más o menos esto o aquello, pero dentro de la historia y de su marco, no puede ser eliminada porque es esencial.
“Dark Matter” se convierte así, en una de las mejores series actuales y de este 2024 sin mucho esfuerzo, que por momentos, con un catálogo actual tan variado y amplio como son las series de televisión, esta representa una de las mejores propuestas.