Cuando uno se sienta y mira como inició la franquicia de “Rápidos y Furiosos” y recuerda el contexto en que fue creado (en pleno 2001, con un marketing sobre las carreras callejeras como moda, que se explotó muchísimo en videojuegos, cine y música), es hasta increíble pensar dónde están ahora, donde prácticamente son una especie de agentes secretos montados en vehículos.
La franquicia ha seguido creciendo y ha recolectado a todo el personal que ha trabajado con ellos antes, e incluyen nuevos, en esta novena parte tenemos a un John Cena que por momentos quiere hacer algo de actuación, pero ya para los últimos 30 minutos parece que se rinde y al igual que Charlize Theron decide cobrar, decir sus líneas e irse para su casa, porque las actuaciones son nulas en esta saga.
Es que ni lo intentan. Michelle Rodriguez anda entre pérdida y sonriente, mientras que Nathalie Emmanuel ya ni disimula. Helen Mirren en su única escena quiere entregar algo serio, pero tiene a Vin Diesel a su lado, que este ni se inmuta ni preocupa en actuar. Durante las más de dos horas que dura el filme, el actor anda con una sonrisa absurda y una mueca como si padece de algún dolor.
Y así podemos seguir destripando la película durante más y más palabras, porque la verdad es que es mala hasta rabiar, pero, ¿importa? Porque ahí está el asunto. El guión es (otra vez) caerle atrás a un artefacto moderno que se han robado y vencer al villano de turno, pero durante todo el trayecto ellos mismos se preguntan si es que son inmortales o el porque siempre aparece un villano que es familia de Toretto (Vin Diesel) o alguien relacionado a su pasado.
Porque el guión no se toma en serio a sí mismo, y son muchas escenas de acción, donde la última quiere superar a la anterior y así sucesivamente. Al final tenemos una película, que si, entretiene, porque no podemos negarlo, pero entretiene por sus disparates, y brindan exactamente lo que el público fan de ellos busca: entretenimiento absurdo y sorpresivo.
Así que, nosotros podemos seguir haciendolas. No es que sea el peor cine que jamás hayamos visto ni tampoco es que se pase mal rato. Ya para la décima entrega, imaginamos que trataran de escapar del fin del mundo.