Ridley Scott vuelve a traernos un filme basado en algún hecho histórico de la vida real, y este año por partida doble. Hace unos meses con “El Ultimo Duelo” y ahora con “House of Gucci”, la cual narra el asesinato de Maurizio Gucci en 1995 por orden de su ex mujer, Patrizia Reggiani.
El filme se enfoca más que nada en la relación de Maurizio y Patrizia, y los elementos que desencadenaron el fatídico final de aquel empresario, dando dos horas en donde se pierde poco el interés, y que se apoya en cortes rápidos, humor absurdo y una buena edición para mantener la atención del espectador. En cuanto a su guión también se le concede algunas licencias (ya Tom Ford ha tenido algunas quejas) pero es de agradecer y comprensible, ya que estamos ante una historia que inicia a finales de los años 70 ́s y termina a inicios de los 90 ́s.
El director cuenta esta historia con un tono de sátira, optando por el exceso y la caricatura, recreándose en los aspectos grotescos, retratando a los protagonistas como a tipos despreciables, egocéntricos y, principalmente, torpes. Por eso una de las mayores fuerzas del filme están en las actuaciones. Todos, absolutamente TODOS destacan. Lady Gaga como Patrizia está impresionante con todo su tono italiano, mientras que Adam Driver logra conectar desde la primera escena, imprimiendo un personaje muy humano aunque estamos claros que no explotaron todo su potencial. Y ni hablar de Al Pacino o Jared Leto, quien este último sorprenderá a muchos. Gracias a esto, Scott se desenvuelve con maestría y consigue contar una historia lenta, sin aparentemente ritmo pero con estilo.
Muy acertada la fotografía de Dariusz Wolski, que mezcla el brillo con una apariencia de época desvaída para lograr un efecto decadente. Constantemente se siente estar en un ambiente rico, poderoso y lleno de glamour (como debe ser el mundo de la moda) pero con cierta decadencia como si todo eso fuese anticuado o estuviésemos ante un bello retrato pero sucio. Fabuloso diseño de vestuario y producción de época. Totalmente impecable y a quien más le brilla este aspecto es a Lady Gaga y Jared Leto, quienes son los personajes que más aprovechan estos tecnicismos.
Su pecado está en el guión, poco estructurado y momentos de la dirección que Scott nos regala sin sentido. ¿Cómo Patrizia hace su primer viaje a Nueva York sin que su marido sospeche? ¿La idea del asesinato como llego a la mente de Patrizia y como se desarrollo? ¿Un día dijo que hay que matarlo y sencillamente alguien le busco los asesinos? Scott nos hubiese dado más detalles en responder esas preguntas y no en una escena de un padre y su hijo buscando un vehículo en el parqueo.
En definitiva, “House of Gucci” es una película con una puesta en escena bastante soberbia y con unas actuaciones para enmarcar, pero que peca un poco en su argumento y su desarrollo.