Esta es la primera película del director y guionista Quentin Tarantino que no está ligada a Harvey Weinstein, por lo que toda creatividad viene exclusivamente de su mente.  Es por esa razón que esta película se siente tan “Tarantinesca” (nos inventamos esta palabra) pero al mismo tiempo diferente.  Ya muchas personas nos han dicho que esta película “no parece de Tarantino”, y estamos de acuerdo, porque este Quentin Tarantino es el menos comercial, el menos violento y el que menos diálogos superficiales tiene.

El Lado Más Personal de Quentin Tarantino 

Hay una escena en donde Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) está reclamándose a sí mismo frente a un espejo, porque las escenas de él estaban saliendo mal.  Es interesante la escena, no por el discurso, sino más bien, por el espejo.  Pero también vemos una escena de Sharon Tate (Margot Robbie) caminando por su casa y cruza frente a un espejo, otra de Cliff Booth (Brad Pitt) cruzando al lado de un espejo en la casa que está en El Rancho Spahn.  ¿Qué significan los espejos? Es la forma de Tarantino, para decirnos que esto es otra realidad, un retrato de lo ya vivido.  Un espejismo.  Por eso se toma las licencias que él considera necesarias y les cambia el sentido tanto para bien, como para mal.  Incluso tiene otra escena importantísima de la misma Sharon Tate mirándose a sí misma en el cine y riéndose con el público.

Esto aquí no es más que la versión del director ante un acontecimiento atroz y que dio final al movimiento hippie casi de forma contundente.

Pero aún tenemos más, porque nuestro querido director y guionista no solo se conforma con cambiar la realidad de un hecho que conmociono a Hollywood (de ahí el nombre) si no que nos entra al difícil mundo del rodaje, y que mejor forma que con un actor en decadencia.  Rick Dalton, interpretado de una forma magistral por Leonardo DiCaprio tiene momentos oscuros y turbios, donde ve como su carrera se está desvaneciendo mientras él se siente con ánimos de seguir.  Es incluso un retrato a muchos actores que se han quedado encasillados y no han podido salir de un papel en específico.  Por eso los miembros de la Familia Manson lo reconocen con ligera alegría y nostalgia.  Porque Tarantino nos muestra lo cruel, duro y triste que es para un actor ver el final de su carrera y no poder hacer nada para impedirlo.

Momentos Incongruentes Pero Satisfactorios

Sin embargo no todo es una maravilla.  La película no es redonda del todo y en muchos momentos se hace larga, pesada e incluso, aburren.  Hay escenas que sobran totalmente y que no aportan nada a la historia ni a su visionado, y que solo funcionan como placer del director.

Y ese tal vez sea su mayor pecado, lo que se espere de ella.  Porque estamos simple y llanamente ante una sucesión de momentos rutinarios en la vida de tres actores en Hollywood y como pasaron sus momentos antes del suceso (al que Tarantino le da la vuelta completa).

Hablar de lo técnico con Quentin Tarantino es perder el tiempo, porque de por sí, ya sabemos que sobresale en calidad y su soundtrack, siempre atinado, es una delicia.