Para todos fue una sorpresa cuando Warner anuncio a Matt Reeves como director para la próxima película de The Batman (el guión de Affleck se llama The Batman).  Luego fue otra sorpresa que hayan tomado a Robert Pattinson para interpretar al famoso personaje playboy durante el día y detective en las noches.  Y más después de que Ben Affleck haya demostrado ser uno de los mejores Batman en la ya mencionada Zack Snyder Justice League.

Debemos tener en cuenta que el director Matt Reeves desestimo el guion ostentoso que había escrito Ben Affleck, donde Batman ya tenia una cartera de villanos atractiva y era mas experimentado.  Para esta versión se opta a un Caballero Oscuro que esta dando sus primeros pasos y está aprendiendo sobre cómo llevar a su alter ego con su vida normal.  Más allá de sí es la misma historia o no hay una gran diferencia: el tono.

Mientras que Christopher Nolan optaba por un estilo muy orientado a la acción, con giros rápidos mezclados con juegos mentales, más propio de filmes de acción, donde la influencia principal es el director Michael Mann, aquí Reeves opta por un filme mas orientado al thriller psicológico y al filme noir, donde su influencia es claramente David Fincher.  Porque The Batman es opresivo y perturbador, y se agradece porque de entrada se separa de cualquier producción de superhéroes habida en los últimos años, dándole al filme un sentido mucho mas aterrizado y real.  Reeves decidió atenuar tanto la épica como la exageración pop sin por eso descuidar la acción (hay muy buenas set-pieces automovilísticas o luchas cuerpo a cuerpo más propias del cine coreano).

Entre su exagerada duración (son tres horas, que no decae por su ritmo narrativo, pero le hace falta muchos más giros) y sus interesantes influencias, Reeves sabe que tiene entre manos y no permite que eso se les escape y mantiene durante todo el tiempo una estética que utiliza en función de las necesidades y de la lógica de su protagonista.  Un Robert Pattinson que logra convencer como Batman pero que parece faltarle un poco mas a su Bruce Wayne, ya que baila entre ser un personaje depresivo a uno Furioso tanto él como Batman, dejando a un lado al típico playboy millonario.  Y claro, en parte se entiende porque esta en sus inicios pero no se le siente un avance a ello.

Ahora bien, otro punto interesante es su historia y su guion.  Olvídense de estos efectismos que ahora las películas de superhéroes tienen (eternas secuencias de acción llena de explosiones y peleas, o diálogos plagados de humor o referencias a otros filmes).  Aquí todo se mantiene en lo mas real posible sin salir mucho de ahí.  Incluso Batman funciona como un vengador callejero que utiliza a los criminales de manera vengativa, entendiendo que “debe limpiar la ciudad del mal” a base de violencia ante estos criminales, sin embargo, a través de la trama detectivesca en la cual se involucrara, se ira dando cuenta que el mal criminal mas peligroso realmente esta en otro lado.  Y aquí representa a una Ciudad Gótica corrupta y destructiva.  No existe una sola institución o persona que se libre de esto (el director aprovecha esto para explotar el genero Noir en su mayor expresión).  El guion de Reeves y Peter Craig tienen más de una lectura en sus mensajes dentro de un guion extenso y lleno de tímidas metáforas interpretativas a partir de cada espectador.

Un último eslabón además de las interpretaciones de todos los involucrados (Paul Dano se roba la película en cada escena, mientras que Zoe Kravitz consigue una Catwoman a la altura y ni hablemos de Jeffrey Wright o Andy Serkis o Colin Farrell que hacen un trabajo formidable), es la música de Michael Giacchino que sabe emular es dark sound de los clásicos noir como “Chinatown” o cualquiera de la filmografía de Fritz Lang, donde el tempo esta bien medido y va creciendo.