Todo el que me conoce sabe que soy fan de David Fincher.  “The Killer”, es una de las películas que más esperaba con ansias de todo el 2023.

De entrada sobra decir que el director americano no defrauda con esta película.  No es la mejor de su filmografía, pero funciona tan bien como un reloj suizo.  La historia sigue a un asesino a sueldo, que tras un error inesperado, su organización le dará caza para exterminarlo.  Un argumento que no es original, y que básicamente lo hemos visto este mismo año en películas como “The Creator” o “John Wick 4”.  Sin embargo, la gracia de este filme está en lo preciso y bien estructurado que está.

Todo lo vamos viendo desde el punto de vista de este asesino, del cual no nos sabremos el nombre, y que está interpretado con mucha soltura por un Michael Fassbender en estado de gracia.  A este elenco se le suman actores como Tilda Swinton, quien tiene una de las escenas más graciosas (sin ser comedia), Charles Parnell, Sophie Charlotte, Kerry O´Malley entre otros, quienes hacen un excelente papel.

Como es usual en Fincher, el no toca el guión, y en este renglón se encarga un viejo conocido, que es Andrew Kevin Walker, quien ya ha trabajo con Fincher en “Seven”.  Este guión se basa en un cómic francés del mismo nombre creado por Alexis Nolet, y es básicamente la misma propuesta que ya les comente.

La música para The Killer, viene a manos de un viejo conocido y colaborador del director: Trent Reznor y Atticus Ross.  Nada de qué sorprenderse y siguen dando en la diana en cuanto a la música, principalmente en los momentos de tensión.  En cuanto a la fotografía es con Erik Messerschmidt, quien ya trabajó con el director en Mank y Mindhunter, donde la fotografía emula a ese estilo de cine noir, típico de las películas del director.

La película te introduce inmediatamente en los pensamientos del protagonista. The Killer es una película que se narra desde el interior, desde un punto de vista privilegiado en cierto sentido, pero no omnisciente. Esto quiere decir que la información externa, habitualmente valiosa en cualquier película, como a dónde se dirige el personaje, por qué, qué motivación tiene, o incluso cómo se llama… queda todo apartado. Con cada reflexión del protagonista, cada pequeña acción rutinaria, en cada momento te vas metiendo más y más en su mente de asesino despiadado. Y eso es lo que tiene más valor en la película, mucho más que los hechos que acontecen.

Aún así suceden muchísimas cosas en la película. Desde el primer punto de giro es un no parar, una huida hacia adelante implacable, a través de la cuál conocemos realmente cómo funciona la mente de una persona que, aunque es extremadamente racional, no está demasiado cuerda. El guion no es especialmente sorprendente, pero en este caso es lo de menos. Lo que importa es su ambientación, su contexto, sus reflexiones, su oficio, sus detalles, su ‘mood’, que es absolutamente hipnótico y fascinante. Es como escuchar la confesión off the record de un sicario internacional. Me quedaría viendo la película 14 horas más. Absolutamente todo, la dirección, el arte, el montaje, el diseño de producción, todo es fabuloso. Y el guion, metódico y con buen sentido del ritmo.