El director Chris Williams no es que sea el amo de la animación como ocurre con otros.  En su haber la más conocida es Big Hero 6 y pasó con más penas que glorias.  Después de varios filmes, llega agarrado de manos de Netflix para hacer una de las mejores películas animadas de los últimos años y la mejor (hasta ahora) del 2022: The Sea Beast.

El filme narra las aventuras de un barco cazador de monstruos en una época entre el siglo X al siglo XIV (la película no especifica época) llamado El Inevitable.  El barco liderado por el Capitan Crow y su mano derecha Jacob Holland y Sarah Sharpe, quienes un día al no cazar el monstruo más temible son amenazados por el reinado de que si no lo capturan antes que su embarcación imperial se quedan sin trabajo.  Al mismo tiempo se cuela en el barco una pequeña e intrépida niña llamada Maisie quien es admiradora del barco y su tripulación y pondrá a prueba todo lo que los demás conocen con respecto a los monstruos.

Y es que The Sea Beast lo tiene TODO: Una animación impresionante y hermosa en donde hasta el más mínimo detalle está cuidado, unos personajes perfectamente descritos y con los que se empatiza rápidamente al tener el desarrollo perfecto para poder comprenderlos, un guión fenomenal que está repleto de giros bien inteligentes y reales, como también sabe alternar entre la acción y los momentos de reposo (mientras que la acción no la hace llena de cortes y se entiende perfectamente, los momentos de reposo sabe no hacerlos aburridos o forzando humor).  Mantiene sus discursos dejando que el espectador sea quien saque sus propias conclusiones y piensen por sí mismos.

Las comparaciones son odiosas pero siempre es útil ver como dos obras desarrollan de forma distinta el mismo concepto. En este caso a la saga “Cómo Entrenar a tu Dragón” (2010) que tiene grandes semejanzas con The Sea Beast (2022). Ambos argumentos son prácticamente iguales con tonos y estilos parejos enfocados para todos los públicos. Pero es en sus diferencias es donde The Sea Beast se enriquece y gana un poso de madurez en su mensaje.

Mientras que la del 2010 aborda la relación animal-humano de forma bien intencionada y sin llegar a ser ingenua, mientras que The Sea Beast desarrolla animal-humano con algo de distancia. Son verdaderamente animales salvajes en su propio ecosistema al que el ser humano es ajeno. El conflicto viene dado por la ambición colonialista humana, representada por una suerte de imperio británico del siglo XIX. Las connotaciones van más hacia la explotación ballenera de la época que al adiestramiento de caballos vikinga que pudiera ser en como entrenar a tu dragón.

La filosofía de la película es, valga la redundancia, pura filosofía. El mensaje más importante que lanza es el planteamiento crítico ante el conocimiento ponderante en una sociedad. Se mete en el berenjenal de la reescritura histórica para alienar a las distintas generaciones y lo hace bien. La perspectiva lo es todo, y desde el principio de la película el mundo gira en torno al heroísmo de los cazadores marinos.

Al final The Sea Beast es una obra bastante interesante y que vale la pena su visualización varias veces, porque lo vale.  Asi como sucedio el año pasado con The Mitchell vs The Machines.