Una pobre familia de negros, busca dejar atras su pasado y se mudan a una hermosa urbanizacion llena de blancos, donde no le haran la vida facil.

Little Marvin, el creador de la serie, seguramente está consciente de que su obra tiene un paralelismo con “Lovecraft Country” en el tema central y su desarrollo, y a “Us”, la película de Jordan Peele, en su terror, y no dudamos que sirva de inspiración ya que el poster tiene bastante similitudes.

Aquí los pilares de la serie están en unas interpretaciones magistrales, un guión que sabe cuándo y cómo desarrollar a sus personajes y una puesta en escena fenomenal.

Ashley Bashy Thomas y Deborah Ayorinde, se aguantan un primer plano sin mucho esfuerzo, y ni hablar de Shahadi Wright, ya experimentada en el género del terror y sabe cuando mostrar miedo y cuando no, o Alison Pill como esa racista maniática que sin lugar a duda cumple de sobra su cometido como antagonista.  Es que hasta Melody Hurd, como la pequeña hija de los Emory, logra una actuación increíble.

No muy bien queda parado el guión, que aunque desarrolle perfectamente y con muchos detalles y matices a los personajes (la escena de la cena familiar de los Emory con el pastel es, además de estar bien dirigida y editada, explica detalladamente parte de la personalidad de los 4, sin siquiera pasar de 3 líneas de diálogos), deja en descubierto ligeros huecos didácticos.

Como se ha llegado a donde se ha llegado, es explicado pero sin nada de sutilidad que compare el pasado que presenta con el presente.  El guion en ese aspecto muestra el sufrimiento de la familia en un mundo donde, no existen grises, sino blancos y negros.  Toma el trauma, presiona en ello, pero no avanza en su discurso racista (el mejor ejemplo para este punto, es el segundo día de trabajo de Henry).  Es un bombardeo racista constante, y que al inicio sirve para empatizar con el personaje (en caso de no ser racista) pero repetidas veces, solo sirve para agotar.

Y este punto nos molesta, porque la serie FUNCIONA con esa increíble puesta en escena (una vez más, la escena de la cena familiar) y que toma todos los errores de la actual comparada (Lovecraft Country), los mejora pero se olvida de los que funcionaban en ella.

Su fotografía, los créditos iniciales, algunas transiciones y hasta unos giros de guión, son espectaculares.

En cuanto a su terror, imaginamos que es decisión del director, funciona, aunque es excesivo, pero no deja de funcionar.  Pero “Them” no está interesada en explorar el significado de los fantasmas y su resolución del origen del terror, tampoco en simbolismos, que aunque los plantea, poco hace con ellos.  La serie está enfocada en mostrar un discurso anti racista, que, de forma ligera, puede tocar el racismo.