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“The Boys” sigue su camino en convertirse en una de las mejores series de los últimos años y de la actualidad.

Ahora bien, si en sus tres primeras temporadas se notaba desde su inicio a dónde quería ir, para esta cuarta temporada tuvimos que esperar hasta el capítulo 4 para saber por dónde van los tiros porque estaba más preocupada en hacer parodia y presentar personajes nuevos que en seguir donde dejaron la historia al final de la tercera.

La primera temporada es una bomba; nos presentan un universo distópico (superhéroes que de héroes tienen poco; funcionan como producto y comparten las mismas miserias que las personas corrientes) que se aleja del género de superhéroes convencional. Los personajes son interesantes y están muy bien interpretados y la trama te engancha de principio a fin.  Para la segunda a pesar de tener clara su idea, tarda un poco en arrancar tratando de crear unas cuantas subtramas que por momentos parece querer alargar el metraje.  La tercera sabe retomar el camino y con mucha fuerza (mejor que la primera).  La acción, el gore y el nivel de excentricidad están a punto y se nos permite ahondar más en ciertos personajes de la serie y la relación entre ellos, de forma más natural y lograda que en la segunda temporada. No obstante, para la cuarta temporada se busca afianzar al personaje de Homelander y su visión de ser superior, queriendo ir al poder completo de todo, comprendiendo que esto es lo que realmente necesita para tener lo que siempre ha buscado: amor.

La política actual hace esto y se aprovecha de el medio principal hoy en día; la polarización. No se busca que las personas con distintas ideas políticas encuentren puntos en común y un consenso, sino que cada vez están más distanciadas y se declaran enemigos de los que no compartan su pensamiento.  Esto en el guión saben manejarlo a la perfección y desarrollarlo como ninguna otra serie.  Y lo que es mejor que sabe usar la parodia para ello, sin necesidad de que el espectador se salga de la trama, algo que casi ninguna película o serie, ha podido lograr tan perfecto.

En cuanto a los desarrollos de las tramas para esta cuarta temporada, “The Boys” hace que se sienta un poco sin rumbo.  ¿Hasta cuando veremos al personaje de Frenchie (Tomer Capone) buscar la redención de sus actos? ¿De qué sirven las escenas de Kimiko (Karen Fukunaga) con su pasado si no desarrollan nada en ello? Así sucede con otros personajes que simplemente se les cuenta algo de su pasado, se inicia en ello y lo dejan a medias.  En cuanto a actuaciones no hay queja de NINGUNO.  Antony Starr como Homelander duele que no esté nominado porque su interpretación como el sociópata héroe invencible es INCREÍBLE.  Karl Urban por igual, el cual siempre logra sacar más de una risa con sus diálogos.  Claudia Doumit sabe imponerse solo con su presencia.  Y así con todos, incluyendo nuevos como Susan Heyward o Valorie Curry.  Pero quienes siguen robando diálogos increíbles y logran una actuación poderosa además de Antony Starr, son Chace Crawford como “The Deep” y Colby Minifie como “Ashley”.

En resumen, «The Boys» es una serie emocionante y oscura que ofrece una visión fresca del género de superhéroes. Su narrativa está bien estructurada y los personajes son complejos y bien desarrollados. La serie también aborda temas sociales y políticos relevantes, como el abuso de poder y la corrupción corporativa, lo que la convierte en una experiencia de visualización emocionante e impactante.  Sin embargo esta temporada a pesar de tomarse su tiempo para arrancar, cuando lo hace, lo consigue y con creces.

Veredicto

Cumple su objetivo, plasmar una realidad oscura, fría, sádica, consumida y perdida.  La parodia perfecta.

7 / 10

Cuando salió la temporada 2 de The Boys, nunca se pensó que iban a superar las mil y una locuras que se vieron en la serie, pero llegó la temporada 3 y se ha confirmado que sí, que se ha superado a sí misma.

La serie, que está basada en un cómic del mismo nombre, narra cómo el mundo está lleno de superhéroes los cuales son (casi) todos corruptos, egoístas y mentirosos.  Y sí, aunque estamos saturados ante las propuestas de superhéroes que se convierten en sagas que parecen interminables o provienen de universos conectados, esta propuesta es totalmente diferente y arriesgada.

En esta temporada hay más lecturas que en todas las anteriores, y el conjunto de showrunners (Eric Kripke, Seth Rogen y Evan Goldberg) no se dejan nada a medias.  Críticas ácidas hacia las ideologías de izquierda y derechas, hacia el marketing salvaje de las empresas, el libre mercado, la industria de Hollywood, e incluso algunas ONG.  El guión no se limita a la hora de decir lo que quiera y como lo quiera, sin importar qué personaje sea el que lo diga (como la escena de Ashley haciendo comentarios racistas hacia un herido A-Train, o Soldier Boy atacando con filo a la izquierda).

Pero además de todo esto, están los desarrollos de los personajes.  No es casualidad que Soldier Boy sea un tipo joven que no envejece pero que estuvo encerrado desde los 70 hasta la fecha y de buena a primera todo lo que veía en su época como malo, ahora es “bueno”.  Eso en particular, toma un rumbo totalmente increíble para no solo desarrollar al personaje (diciéndonos cómo es y cómo piensa) sino que también critica fuertemente esas posturas entre las personas.  Porque The Boys no contiene a superhéroes haciendo de las suyas, sino que es una metáfora alucinante sobre lo que somos las personas a día de hoy.

Kripke y su grupo de guionistas pegan por todos lados, especialmente a la cultura corporativa que juega con la población como si fueran marionetas, por derecha o por izquierda.  Pero The Boys raramente se siente como una serie que machaca ideas en la cabeza de los espectadores sino que sabe manejarlas y distribuirlas en la trama de un modo más o menos lógico y hasta natural, en función del tipo de personajes que tiene y del mundo que presenta. Y la otra manera en la que la serie se aleja de ser solo una «reflexión» sobre los superhéroes, está en la acción y la violencia en sí, que están usadas con enorme inteligencia, ya que sirven como entretenimiento puro y también como un ligero comentario sobre la naturaleza cruenta de ese entretenimiento.

Sin embargo, la serie no se salva de cosas malas y en este caso la falta de creatividad y el riesgo para con otros personajes se nota.  La serie ha desaprovechado oportunidades para seguir explotando su mundo y las críticas, como pudo haber pasado con el pastor Ezekiel o Stormfront, quienes brindaban una visión más cínica y salvaje a otros temas.  Todo termina llegando a Homelander, alargando cada vez más su inestabilidad y autocontrol.

En cuanto a actuaciones, pues todas, absolutamente TODAS están geniales, destacando a Antony Starr como Homelander demostrando ser un actor con todas las luces.  Lo mismo con Karl Urban, Karen Fukuhara, Laz Alonso, Tomer Kapon y la impresionante Colby Minifie que se superan temporada tras temporada.

Veredicto

The Boys sigue siendo salvaje, cínica y bastante divertida.  Un entretenimiento más que agradable, pero se nota una repetición en su fórmula y una necesidad de irse a lo seguro que pueda afectar.  De todas formas, la temporada 3 está bien construida y es disfrutable en sus ocho capítulos.

7 / 10

Grata fue la sorpresa el año pasado al ver que Amazon apostaba por una nueva serie de superheroes basado en unos comics creados por Garth Ennis (aquel hombre que creo “El Predicador”) y llevado a la television por Eric Kripke (el creador de “Supernatural”), porque este pedazo de series de 10 episodios tenia un humor bastante negro, personajes bien definidos y con un excelente desarrollo, una trama oscura pero bastante interesante y todo un apartado increible que despertaba conocer mas y mas sobre este universo.  El éxito estaba asegurado, de eso no había duda.

Ya la segunda temporada se ha estrenado (y terminado) y tuvimos que esperar Viernes tras Viernes para poder verla en su totalidad, porque Amazon ha apostado por un formato episódico semanal, algo que hacía que la serie se sienta desdibujada por momentos ya que su creación, obviamente, no ha sido para eso, pero ¿daña la experiencia? Si.  ¿Es culpa de la serie? Para nada.  Por esa razón lo mencionaremos como una queja personal.

Ahora bien, en esta temporada se confirma que los creadores han hecho sus tareas.  Han tomado puntos fuertes de otras series famosas y la han adaptado a su formato.  La fotografía y la estética triste y oscura a pesar de los momentos alegres.

Por otro lado tenemos el gore, que hay que mencionarlo como si fuese un atractivo, porque es increíble la cantidad de escenas violentas y la creatividad de sus creadores para destrozar el cuerpo humano.

Más allá de eso la única pega que podemos encontrarle a esta temporada es la pérdida de rumbo de los personajes, algo que lamentablemente puede afectar a futuro a la serie completa.  Si en la primera temporada teníamos claro que motivaba a Hugh estar en el equipo, aquí es un poco ambiguo.  Lo mismo sucede con Frenchie e incluso con algunos héroes como A-Train.  Nos resulta algo curioso que sean los más buscados de EUA pero Hugh pueda juntarse en un parque con Starlight, o que Butcher salga a visitar a un familiar.  Lo mismo con los héroes, porque sabemos que hay muchos más retirados o que no están en Vought, pero, ¿dónde están? ¿qué pasa con ellos?

Eso sí, las actuaciones son de primera línea.  Todos, pero absolutamente todos, destacan y son creíbles en sus personajes, pero quien se roba la pantalla con cada escena es Antony Starr como el maldito Homelander.  Es un personaje lleno de capas que lo hace cada vez más interesante, y el registro actoral de Starr es aún mejor, porque pasa de la ira descontrolable a la vergüenza ajena en cuestión de segundos.  La escena de la cabaña con aquel héroe que puede transformarse en quien quiera y Homelander es la prueba de ello.

“The Boys” sigue siendo un ejercicio bastante interesante y una serie que merece su visionado.  Su ácida crítica es increíble, sus personajes agradables y su trama bastante entretenida, y aunque tiene sus puntos flojos en esta temporada no daña en ningún momento la experiencia.  Entra a la lista de lo mejor del 2020 y de las mejores series actuales.

Veredicto

Encuentra la manera de mantener el ritmo de la primera temporada y profundizar en su desarrollo.  Es más ingeniosa, aguda, crítica, cínica, y bastante oscura.  A pesar de tener momentos flojos en su desarrollo, no daña ni un poquito la experiencia con el espectador.  ¿la pregunta es si mantendrá el mismo interés para las siguientes temporadas? Pues por lo visto, la respuesta es sí.