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Cuando salió la temporada 2 de The Boys, nunca se pensó que iban a superar las mil y una locuras que se vieron en la serie, pero llegó la temporada 3 y se ha confirmado que sí, que se ha superado a sí misma.

La serie, que está basada en un cómic del mismo nombre, narra cómo el mundo está lleno de superhéroes los cuales son (casi) todos corruptos, egoístas y mentirosos.  Y sí, aunque estamos saturados ante las propuestas de superhéroes que se convierten en sagas que parecen interminables o provienen de universos conectados, esta propuesta es totalmente diferente y arriesgada.

En esta temporada hay más lecturas que en todas las anteriores, y el conjunto de showrunners (Eric Kripke, Seth Rogen y Evan Goldberg) no se dejan nada a medias.  Críticas ácidas hacia las ideologías de izquierda y derechas, hacia el marketing salvaje de las empresas, el libre mercado, la industria de Hollywood, e incluso algunas ONG.  El guión no se limita a la hora de decir lo que quiera y como lo quiera, sin importar qué personaje sea el que lo diga (como la escena de Ashley haciendo comentarios racistas hacia un herido A-Train, o Soldier Boy atacando con filo a la izquierda).

Pero además de todo esto, están los desarrollos de los personajes.  No es casualidad que Soldier Boy sea un tipo joven que no envejece pero que estuvo encerrado desde los 70 hasta la fecha y de buena a primera todo lo que veía en su época como malo, ahora es “bueno”.  Eso en particular, toma un rumbo totalmente increíble para no solo desarrollar al personaje (diciéndonos cómo es y cómo piensa) sino que también critica fuertemente esas posturas entre las personas.  Porque The Boys no contiene a superhéroes haciendo de las suyas, sino que es una metáfora alucinante sobre lo que somos las personas a día de hoy.

Kripke y su grupo de guionistas pegan por todos lados, especialmente a la cultura corporativa que juega con la población como si fueran marionetas, por derecha o por izquierda.  Pero The Boys raramente se siente como una serie que machaca ideas en la cabeza de los espectadores sino que sabe manejarlas y distribuirlas en la trama de un modo más o menos lógico y hasta natural, en función del tipo de personajes que tiene y del mundo que presenta. Y la otra manera en la que la serie se aleja de ser solo una «reflexión» sobre los superhéroes, está en la acción y la violencia en sí, que están usadas con enorme inteligencia, ya que sirven como entretenimiento puro y también como un ligero comentario sobre la naturaleza cruenta de ese entretenimiento.

Sin embargo, la serie no se salva de cosas malas y en este caso la falta de creatividad y el riesgo para con otros personajes se nota.  La serie ha desaprovechado oportunidades para seguir explotando su mundo y las críticas, como pudo haber pasado con el pastor Ezekiel o Stormfront, quienes brindaban una visión más cínica y salvaje a otros temas.  Todo termina llegando a Homelander, alargando cada vez más su inestabilidad y autocontrol.

En cuanto a actuaciones, pues todas, absolutamente TODAS están geniales, destacando a Antony Starr como Homelander demostrando ser un actor con todas las luces.  Lo mismo con Karl Urban, Karen Fukuhara, Laz Alonso, Tomer Kapon y la impresionante Colby Minifie que se superan temporada tras temporada.

Veredicto

The Boys sigue siendo salvaje, cínica y bastante divertida.  Un entretenimiento más que agradable, pero se nota una repetición en su fórmula y una necesidad de irse a lo seguro que pueda afectar.  De todas formas, la temporada 3 está bien construida y es disfrutable en sus ocho capítulos.

7 / 10

Grata fue la sorpresa el año pasado al ver que Amazon apostaba por una nueva serie de superheroes basado en unos comics creados por Garth Ennis (aquel hombre que creo “El Predicador”) y llevado a la television por Eric Kripke (el creador de “Supernatural”), porque este pedazo de series de 10 episodios tenia un humor bastante negro, personajes bien definidos y con un excelente desarrollo, una trama oscura pero bastante interesante y todo un apartado increible que despertaba conocer mas y mas sobre este universo.  El éxito estaba asegurado, de eso no había duda.

Ya la segunda temporada se ha estrenado (y terminado) y tuvimos que esperar Viernes tras Viernes para poder verla en su totalidad, porque Amazon ha apostado por un formato episódico semanal, algo que hacía que la serie se sienta desdibujada por momentos ya que su creación, obviamente, no ha sido para eso, pero ¿daña la experiencia? Si.  ¿Es culpa de la serie? Para nada.  Por esa razón lo mencionaremos como una queja personal.

Ahora bien, en esta temporada se confirma que los creadores han hecho sus tareas.  Han tomado puntos fuertes de otras series famosas y la han adaptado a su formato.  La fotografía y la estética triste y oscura a pesar de los momentos alegres.

Por otro lado tenemos el gore, que hay que mencionarlo como si fuese un atractivo, porque es increíble la cantidad de escenas violentas y la creatividad de sus creadores para destrozar el cuerpo humano.

Más allá de eso la única pega que podemos encontrarle a esta temporada es la pérdida de rumbo de los personajes, algo que lamentablemente puede afectar a futuro a la serie completa.  Si en la primera temporada teníamos claro que motivaba a Hugh estar en el equipo, aquí es un poco ambiguo.  Lo mismo sucede con Frenchie e incluso con algunos héroes como A-Train.  Nos resulta algo curioso que sean los más buscados de EUA pero Hugh pueda juntarse en un parque con Starlight, o que Butcher salga a visitar a un familiar.  Lo mismo con los héroes, porque sabemos que hay muchos más retirados o que no están en Vought, pero, ¿dónde están? ¿qué pasa con ellos?

Eso sí, las actuaciones son de primera línea.  Todos, pero absolutamente todos, destacan y son creíbles en sus personajes, pero quien se roba la pantalla con cada escena es Antony Starr como el maldito Homelander.  Es un personaje lleno de capas que lo hace cada vez más interesante, y el registro actoral de Starr es aún mejor, porque pasa de la ira descontrolable a la vergüenza ajena en cuestión de segundos.  La escena de la cabaña con aquel héroe que puede transformarse en quien quiera y Homelander es la prueba de ello.

“The Boys” sigue siendo un ejercicio bastante interesante y una serie que merece su visionado.  Su ácida crítica es increíble, sus personajes agradables y su trama bastante entretenida, y aunque tiene sus puntos flojos en esta temporada no daña en ningún momento la experiencia.  Entra a la lista de lo mejor del 2020 y de las mejores series actuales.

Veredicto

Encuentra la manera de mantener el ritmo de la primera temporada y profundizar en su desarrollo.  Es más ingeniosa, aguda, crítica, cínica, y bastante oscura.  A pesar de tener momentos flojos en su desarrollo, no daña ni un poquito la experiencia con el espectador.  ¿la pregunta es si mantendrá el mismo interés para las siguientes temporadas? Pues por lo visto, la respuesta es sí.