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La vida da unos giros tan inesperados que es difícil predecir algo.  A estas alturas, muchos pensaríamos que la película más rentable del año 2020 iba a ser James Bond o Black Widow, pero la realidad es que ha sido Bad Boys For Life ya que fue prácticamente la última antes de que el virus cambie nuestra rutina.  Y muy a pesar de las condiciones, hemos estamos a mitad de año y hemos querido hacer un recuento de lo mejor que ha pasado desde Enero hasta la fecha.

Claro está, que con esto no queremos decir que es lo que se terminará quedando a final de año, pero sí que es lo que consideramos lo mejor hasta ahora.

Cecilia Kass recibe la noticia de que su ex esposo, un científico controlador y abusivo se ha suicidado y le ha dejado una parte de su fortuna.  Cecilia a partir de aquí comenzará a sentir que alguien le observa y está casi segura que su ex esposo no se ha suicidado, si no que ahora es invisible.

Con esta premisa tan sencilla y original, el director y guionista Leigh Whannell pretende conseguir que nos quedemos pegados a la butaca en sus dos horas de metraje.  ¿Lo consigue?

El director Whannell es un antiguo colaborador del director James Wan.  Juntos crearon la saga “Saw”, “Insidious” y en solitario (ojo aquí) dirigió, escribió y produjo “Upgrade”, película de ciencia ficción bastante interesante y que deja en evidencia el talento del director a la hora de dirigir actores, desarrollar personajes y situaciones y lo más interesante, dominio de los espacios, algo que aquí explota lo suficiente.  Con Elisabeth Moss (“Mad Men”, “The Handmaid Tale”) sosteniendo la película completa en sus hombros.

Y es que la actriz consigue unas interpretaciones de lujo, dando momentos soberbios presentando el miedo, la ansiedad y la confusión.  Porque el guión juega con la ambigüedad de lo que vemos y no vemos, como un paralelismo al acoso. Cecilia lo sufre y lo vive, pero es algo que solo ella siente y ve.  Es algo que le sigue a donde quiera que vaya.

Pero no solo refleja un paralelismo en la historia, también lo consigue en los elementos de la película para dejar la amenaza invisible no solo de forma literal.  Con una mansión fría, gris y llenas de cámaras, al frente de un acantilado donde las fuertes olas rompen y pueden dejar a cualquiera muerto en un descuido, para decirnos que el más mínimo descuido puede hacer que nuestro personaje muera en manos de su abusador.

Lamentablemente el pecado de la película son sus giros un tanto predecibles y que hacen que pierdan un poquito la fuerza de la historia.  Por suerte es un mal menor que no afecta lo suficiente para no disfrutarla. Mención aparte al soundtrack de Benjamin Wallfisch quien, con tonos electrónicos y distorsionados, explica las escenas que vemos en música.

Veredicto

Elisabeth Moss consigue llevar todo una película entera en sus hombros manteniendo momentos totalmente brillantes como la escena de la prisión o la escena final.  El director logra mantener el ritmo del filme a pesar de que el guión tenga ciertos agujeros y giros demasiado predecibles pero que por suerte no dañan la experiencia de toda la película.

7 / 10