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Tenía tiempo que no veía una sala de cine riendo a carcajadas, y qué alegría fue eso, porque “The Naked Gun” es sin duda una divertida película que merece ser vista en cines.

La resurrección de “The Naked Gun” intenta caminar por una cuerda floja complicada: ser fiel al espíritu desenfadado y absurdo de la saga original, pero al mismo tiempo actualizarlo para un público de 2025. Hay instantes en los que lo consigue, sobre todo cuando se entrega sin pudor al slapstick, al chiste visual imposible y a esa acumulación de disparates que no da respiro. La precisión en algunos gags demuestra que todavía hay espacio para la comedia física en una era saturada de ironía y referencias meta.

The Naked Gun

Sin embargo, la irregularidad se nota. No todas las bromas están tan bien medidas y, en su intento por adaptarse a sensibilidades actuales, algunas situaciones parecen filtradas por un exceso de autoconsciencia que les resta frescura. El reparto cumple con solvencia, con un protagonista que no imita a Leslie Nielsen pero tampoco renuncia a su herencia, y secundarios que aportan buenos momentos de complicidad. Pamela Anderson desborda carisma y humor en todas sus escenas. Paul Walter Hauser ha demostrado su nivel actoral en muchas ocasiones, pero aquí con la comedia resulta increíble. Kevin Durand, Danny Huston y otros se la pasan divirtiéndose en el set, y se les nota.

El guion no se conforma con reciclar fórmulas: las depura. Construye una trama con tintes de cine noir —el territorio natural de las historias policiacas— y la adereza con una parodia que sabe mirar tanto al cine clásico como al moderno. El resultado es un híbrido ágil que equilibra la autoconsciencia con la sátira más descarada.

Entre sus mejores momentos están la secuencia del hospital al estilo Mission: Impossible, el robo al banco inspirado en The Dark Knight y el ingenioso gag meta del “PLOT device” robado al inicio. Hay también joyas de humor negro y referencias que se disfrutan más si se conoce la historia del elenco original, como la escena donde todos los policías lloran a sus padres —excepto el hijo del personaje de O. J. Simpson—, un chiste que se incrusta en la cultura pop y en la memoria colectiva.

El resultado es una comedia que, sin alcanzar el ingenio imparable de las originales, ofrece suficientes destellos de humor para entretener y, de vez en cuando, arrancar carcajadas genuinas. Es un homenaje sólido que llegará, sin duda, a convertirse —por los tiempos que corren— en cine de culto, al menos dentro del género de la comedia. “The Naked Gun” está entre lo mejor de este año, porque aunque haya detalles que no funcionan del todo, logra calar muy alto y conquistar a todo tipo de público.

Veredicto

Gustará más a quienes ya conocen el tono y la tradición de la saga que a quienes se acerquen a ella por primera vez.

7 / 10