“El Diablo a Todas Horas” es sin duda una película ambiciosa y bien lograda.  Con un reparto bastante destacable, una ambientación muy lograda y una puesta en escena impecable, pero, a fin de cuentas, con un preocupante guión que le juega en contra, ya que la historia basada en la novela de Donald Ray Pollock (quien hace la voz en off), sobre unos eventos violentos y cómo estos están conectados a lo largo de veinte años pues no termina de tomar parte del engranaje del director Antonio Campos, logrando aparecer, por ratos, que la historia se le va de las manos.

El filme, que buscará retratar distintas manifestaciones del mal y como combina y adecua al lenguaje que desarrolla junto a la violencia, se desarrolla con los pequeños detalles, de los cuales la película está lleno y que demuestran constantemente en escenas toscas y duras, como el momento en que el sheriff descubre lo que hacía su hermana.

Pero uno de sus puntos fuertes y que hace que este guión (ni la película) resultan difícil de digerir, es el extraordinario elenco, el cual da todo de sí, aunque por momentos se desaprovechan unos cuantos.  Mia Wasikowska, apenas sale en pantalla y sus escasos minutos no le dan la fuerza suficiente para lograr mucho.  Mientras que Robert Pattinson está entre la sobreactuación y la excelencia, porque su escena inicial cuando habla de la comida o cuando el joven se confiesa, son majestuosas pero su discurso en la iglesia sobre los delirios parece sobreactuado a más no poder.  Sin embargo nada que decir con las tres joyas de la película, iniciando con Bill Skarsgard donde solo con la mirada el chico convence (aunque no le dan el desarrollo necesario), Jason Clarke (y por momentos con Riley Keough) son geniales y ni hablar de Tom Holland quien carga con la película, con un personaje medido que destaca por su madurez y desarrollo (increíble el primer momento que decide matar a alguien y como su mirada se ve desencajada durante todo momento).

Por lo demás, como ya hemos mencionado, “El Diablo a Todas Horas” funciona de lo más bien e incluso nos atrevemos a decir que es de lo mejorcito que ha habido durante un largo tiempo.  Fotografía sofocante donde se destacan los colores cálidos y rústicos, la banda sonora muy del sur de Estados Unidos y que plasma mucho la soledad.  Y así con muchos otros elementos bien logrados, y que tal vez hubiesen funcionado mejor con unos Hermanos Coen o un Martin McDonagh, pero que no decae en ningún momento.

Veredicto

El director Antonio Campos logra una atmósfera sofocante y violenta, en conjunto con el director de fotografía destacando en lo visual.  Pero no solo se queda ahí, porque las actuaciones son grandiosas destacando a Tom Holland quien se roba la pantalla con cada minuto.  Sin embargo se debilita por una falta de enfoque narrativo y un guión que pierde fuerza al contar tantas cosas y no centrarse en ninguna.

Nadie niega que la saga de los X-Men llevada por Fox Studios, sea aburrida.  Son muy entretenidas y muchas de ellas rozan casi la excelencia en cuanto a películas de héroes (X2, Días del Futuro Pasado, Deadpool, son algunos ejemplos).  Sin embargo, al final del día éstos no eran los Hombres X de los comics.  Las adaptaciones de cómics tomaron mas fidelidad (al menos en personajes, aunque no tanto en historias) cuando Disney inicia su universo y es el inicio de algo fresco y distinto.  Es por esta razón que “Nuevos Mutantes” dirigida por un Josh Boone bastante suelto, resulta interesante…hasta pasado los 20 minutos.

La película tiene un afán de satisfacer a los fans de los cómics, a los que fueron al reshoot y no le encontraron nada interesante, al estudio de turno, a los fans de las películas de los Hombres X y a los fans del terror, que al final del dia se queda a medio camino sin nada interesante o novedoso que ofrecer.  Incluso hay momentos muy particulares en los cuales la película se siente como fuera de fecha.

Inspirada en la saga (muy vagamente) del Oso Mitico, publicada en los años 80 ‘s, es la base que utiliza Knate Lee para hacer su guión y que es aquí donde la película destaca.  Cuando busca irse por la historia y original que tenían en mente y adaptar el cómic.  Un acierto muy satisfactorio que es sencillo y muy directo.  El segundo acierto está en las actrices Maisie Williams como Wolfsbane y Anya Taylor-Joy como Magik, ya que cuentan con el mejor desarrollo y las mejores interpretaciones.

Luego de esto, la película es un verdadero caos que por suerte no dura lo suficiente para angustiar (apenas 90 minutos exactos), ya que las ñoñerias adolescentes que plasma el director en estos personajes es algo que termina por llevar al borde de los nervios a cualquier espectador.

Poco se puede hablar de este proyecto que viene trabajándose desde hace años.  La música de Mark Snow no destaca, ni la fotografía de Peter Deming.  Mucho menos los efectos especiales que en momentos puntuales se nota el croma.

Veredicto

No ofrece nada nuevo.  No es mala pero tampoco buena, pero es lo suficientemente decente como para pasar un buen rato.  Si se le busca algo más (como nosotros) se le encontrarán varios fallos imperdonables y que en consecuencia, dañan la experiencia.

4 / 10

Una de las primeras (y tal vez más interesantes) nuevas adaptaciones de clásicos que está realizando Disney, es el hecho de que abren la puerta a volver a ver grandes películas animadas en un formato animado muy interesante y cuidado.  Y cuando decimos “cuidado” es en el mejor sentido de la palabra.  Por ejemplo, las animaciones de El Rey León tiene unos toques tribales que van muy a juego con la ambientación de selva que la historia destaca.  Mientras que El Jorobado de Notre Dame es más renacentista.  Como no puede ser de otra forma, Mulan destaca por su estilo muy oriental, tanto en animación como en música (no hablamos de la banda sonora realizada por Cristina Aguilera).  Dicho todo esto, para nosotros estas adaptaciones modernas han sido un poco decepcionantes, pero, ¿sucede esto mismo con Mulan?

Pues primero, la historia se ha cambiado casi en su totalidad, aunque mantiene la esencia, la cual es la emancipación de la mujer siendo esta una igual o mucho mejor que el hombre, al igual que mantiene varias escenas míticas, y entendemos que es un “remake” y que debe adaptarse a los tiempos actuales, pero ¿es necesario hacer un compendio de escenas donde eliminan el valor de la superación? incongruencias militares por todos lados y ni hablemos de personajes que aportan poco a la trama como es el caso de la bruja.  Por si fuera poco, nos topamos con un cambio radical en cuestión de historia, recordando que la leyenda de Mulan está basada en un hecho real (no tenemos pruebas ni decimos que sea real, solo que se basa) y Disney ha tenido la fuerza necesaria para eliminar personajes históricos para convertirlos en enemigos con un toque de family friendly bastante atroz.

Las interpretaciones van entre lo interesante hasta lo normal, donde solo destaca Liu Yifei, por lo poco que el guión le da, porque al parecer le ha eliminado diálogos a diestra y siniestra.

La banda sonora no es memorable pero tampoco es que sea desastrosa.  Los efectos por otro lado son bastantes interesantes, aunque en la última escena cantan un poco.  Más allá de todo eso la acción está muy bien lograda y la película de forma general puede entretener lo suficiente para pasar un domingo.

Veredicto

Esta adaptación de Mulan tal vez será recordada, tal vez no.  La encontramos entretenida pero no tan memorable como la original (la cual volvimos a ver para saber si era la nostalgia o realmente es buena y lo es).  Eso sí, para bien o para mal, esta es la nueva forma de Disney para recrear clásicos.

5 / 10

Una de las cosas más interesantes del 2015 fue el anime “One Punch Man” creado por, valga la redundancia, One.  La serie que trata sobre un héroe que vence a todos sus villanos con un solo golpe (asi como lo están leyendo) es, en primera instancia, una divertida comedia de acción, pero si se analiza bien es un estudio de personaje bastante interesante donde se deconstruye lo que se conoce como un “héroe”.

Su primera temporada fue magistral en cuanto a guión y audiovisual (una animación impecable), donde destacaban los golpes de efectos claros y contundentes, donde la acción se veía clara y precisa.  En esta segunda temporada el guión decae y lamentablemente la animación también.

Donde teníamos humor sarcástico, ahora tenemos humor burdo.  Donde había un planteamiento sobre el héroe en cuestión y los villanos, ahora hay unos personajes que buscan ser fuertes porque si.  Donde teníamos una animación bien lograda, ahora tenemos texturas metálicas y acartonadas que parecen no tener muchos movimientos (tienen una escena que recuerda mucho al caso de Hideaki Anno con “Neon Genesis Evangelion” y su falta de presupuesto).

En la nueva entrega las animaciones se vuelven más básicas, logran ser más o menos solventes la mayor parte del tiempo pero pierden impacto y el sonido no está tan bien conseguido tampoco. Tenemos un diseño de personajes aceptable, destacando lo que se recicla de la primera entrega sobre los nuevos diseños.

En conclusión, de una entrega a la presente se ha percibido una gran pérdida cualitativa, en que aunque aún se conservan muchas de sus virtudes lo que tenemos como resultado es un producto bastante menos atractivo porque falta gran parte del mimo y el trabajo que se le puso a la original. Una pena, pues One Punch Man tiene potencial para mucho más.

Veredicto

Divertida segunda temporada que en comparación con la primera, se siente muy por debajo.  Los personajes siguen siendo interesantes y la historia mejora, pero no por eso le ayuda al gran bajo audiovisual y de guión que tiene.

6 / 10

Una de las grandes sorpresas del año pasado fue la serie de DC Universe “Doom Patrol”.  Ya sea por sus absurdas situaciones o por sus extraños personajes, la adaptación del cómic creado por Bob Haney y Arnold Drake era lo suficientemente divertida e interesante para no sentirse enganchados.

La segunda temporada era un secreto a voces (a pesar de que la increíble “Swamp Thing” fue cancelada) y ahora la hemos visto completa y está demás decir que es una locura de principio a fin.

La narración, al igual que la anterior temporada, es frenética y de buen ritmo.  En los momentos más pausados, los aprovecha para desarrollar totalmente a los personajes (algo que había logrado con mucho éxito en la temporada pasada) dándole matices a Crazy Jane o Cliff, por mencionar un ejemplo.

“Doom Patrol” por suerte es una serie que se arriesga y esta temporada no es la excepción.  En materia de enemigos los tiene desde el más extravagante hasta el más poderoso.  Y pueda ser, que esto afecte un poco al guión, ya que esto termina afectando mucho a la resolución de la misma (inaudito cómo logran escapar de Red Jack, siendo este un villano que daba para muchos capítulos).

Sin duda alguna la serie tiene mucho que ofrecer y tiene muy pocas cosas que reclamarles siendo esta de las mejores y más divertidas series que se pueden ver en este 2020.  Algún fallo en el guión para poder salir de una que otra situación, pero nada que dañe la experiencia en su totalidad.

Veredicto

“Doom Patrol” es divertida y con una narrativa bastante ingeniosa.  Incluye nuevos personajes y desarrolla a los viejos, dando matices mucho más interesantes de las que ya tenían.  Por momentos el guión flojea un poco en momentos puntuales pero no para arruinar la experiencia.

8 / 10

Este año es donde más necesitamos un series, películas o videojuegos que funcionen como un escape para sobrellevar todo lo que nos sucede alrededor.  La plataforma de streaming ha sido una excelente herramienta para esos fines y ahora con el estreno de la segunda temporada de “The Umbrella Academy” confirmamos lo antes dicho.

La serie desde su primera temporada cumple con propósitos su cometido de entretener a pesar de las tantas irregularidades que tiene gracias a un guión y una puesta en escena que parecen no estar bien claras.

Y es que en esta segunda temporada Netflix utiliza el mismo mecanismo de la anterior.  Después de haber pasado los primeros minutos del primer capítulo, la serie parece perderse en que contar y cómo contarlo, porque busca tener subtramas (cada personaje tiene la suya), tener una trama principal la cual tiene varios giros argumentales y por si fuera poco quiere tener un cliffhangers en cada capítulo buscando querer sorprender al espectador, lo cual se desvanece porque ya, capítulos antes, imaginamos (y atinamos) como era la conclusión de dichos giros, algo que hace que la serie se siente lenta por momentos.

A pesar de este defecto que viene arrastrando y que algunos personajes pierden cierto frescor, los nuevos personajes ayudan muchísimo y hay un mejor desarrollo en los personajes viejos (como es el caso de Ben, quien ahora tiene más contexto y no solo es un fantasma que está diciendo cosas).

Siguiendo la misma línea desenfadada de música cool, con su cuidada fotografía y escenas de acción bien entretenidas (todas las que tienen que ver con “Numero 5” son geniales), “The Umbrella Academy” pasa como una serie bastante divertida y que por momentos, ayudan a olvidar y pasar un excelente rato.

Veredicto

“The Umbrella Academy” tiene más solidez y mejor ejecución, pero el guión vuelve a fallar a la hora de querer dar más de lo que puede.  Divertida y salvaje, la serie de Netflix es bastante entretenida.

6 / 10

Teníamos pendiente escribir sobre aquella serie futurista de HBO llamada “Westworld” la cual viene de la mano de Jonathan Nolan y Lisa Joy.  Y la verdad es que después de la promesa de que esta sería la mejor temporada, con el final mas epico, nos hemos quedado con un sabor totalmente agridulce.

Una de las cosas que caracteriza(ba) la serie es su filosofía.  Como los robots se cuestionan unos a otros si ellos estaban tomando un libre albedrío o si en realidad todo era parte de su programación, y esta filosofía iba amarrada con la crisis existencial que tenían los personajes sobre si son o no humanos, algo que se le transmite al espectador y este debía ir uniendo el rompecabezas para determinar si lo eran o no.  Esto es algo que se ha perdido casi por completo en esta tercera temporada, la cual se enfoca más en la acción.

Los momentos épicos de revelaciones son tan repetitivos que no sorprenden y los personajes están tan torpemente desarrollados que es difícil seguirles las pistas.  ¿De qué nos sirve que Bernard busque al Hombre de Negro? ¿Por qué Dolores no busca ayuda de ningún robot sabiendo que le apoyan la causa? ¿Cual es el objetivo real de Maeve? Y así nos podemos pasar toda la nota buscando saber qué quieren decirnos con estos personajes.

Por otro lado la puesta en escena es totalmente desconectada que las escenas de acción aburren y se sienten como un interludio entre la trama.  El guión por momentos tampoco ayuda a sentir apego por los personajes, que por más amenazas que tengan es difícil sentir que están en peligro.  Y por si fuera poco tenemos personajes que nos explican lo que estamos viendo o en el peor de los casos, que estén en el momento menos oportuno exigiendo algo con explicación gratuita.

Por suerte no todo es malo y las actuaciones son muy buenas, los efectos geniales y la música de Ramin Djawadi (el hombre que hizo el soundtrack de Game of Thrones) no es algo para tomarlo a la ligera.  Cada partitura tiene su momento y su evolución y cada canción es una satisfacción auditiva destacando “Start a Revolution” “The Choise is Yours” o “Brain Damage”.

Renovada a una cuarta temporada, la serie cierra algunos arcos y en una escena post crédito deja claro sus intenciones.  Tal vez no sea lo mejor del año, mucho menos lo mejor de “Westworld” pero es así.  Esperando que mejore y busque ser más como la primera.

Veredicto

Entre lo interesante y lo aburrido.  La temporada 3 de Westworld se alza con una narrativa bastante confusa, puesta en escena torpe, un guión con demasiados hoyos y unos personajes sin desarrollos, pero al menos trata de compensar con excelente música, buenas actuaciones y unos efectos y diseños de vestuario bastante interesantes.

6 / 10

Hay una escena donde Walter Mercado le dice a su madre que el se siente “diferente” porque no le gustan las cosas que a sus hermanos les gusta.  Su madre le dice que él es “diferente” y que siga siéndolo porque eso lo hace especial.

Nosotros en Critican.Do no hemos querido criticar documentales ya que estos son a interpretación de cada persona y solo algunos se salen del molde.  Hemos encontrado detractores feroces en documentales que nosotros consideramos excelentes, pero ese tema es para otro momento.  Aquí hablaremos del documental de Walter Mercado “Mucho, Mucho Amor” el cual es una pequeña joya y puente a la nostalgia.

Abarcando toda su vida, desde la infancia hasta la actualidad (sus últimos momentos de vida) el documental que se cuenta en forma capitular muestra las luces y sombras de Mercado.  De cómo surge el personaje y cómo este personaje le consume, hasta lograr desaparecer todo rastro de lo que era el anterior ser.  Y es que Walter Mercado era un verdadero artista que vivía para su público.  Actor, escritor, cantante.  Era todo, y no fue por casualidad que llegó a la astrología.

Hay dos momentos en el documental que funcionan como excelente tributo tanto para el personaje como para sus fans y quienes han visto algo de él.  Todo lo relacionado al museo (excelente como se enfocaron en prestarle atención a Walter Mercado para que de verdad nos demos cuenta que este tipo ama a su público) y el final después de los créditos.  Simplemente sublime.

Y terminamos esto, que no es una crítica, con una sugerencia: vean el documental.  Crean lo que crean, veanlo, porque Walter era un mensajero de amor y aquí lo demuestra.  Demuestra que tiene mucho, mucho, amor.

Veredicto

Un tributo a una de las personalidades más enigmáticas y queridas de Latinoamérica.  Envuelta en misticismo y mucha buena vibra, este documental destaca su vida con el cariño que un fan puede hacerlo.  Toca sus momentos oscuros pero sin dañar la imagen y legado de este interesantísimo astrónomo que, para sorpresas de todos, no es un personaje, es él en realidad.

Para nadie es sorpresa que Netflix ha cambiado la forma de ver televisión en todo el sentido de la palabra.  La plataforma de streaming ha renovado clásicos sin importar el tema y eso es algo bueno, incluyendo este caso en donde traen de vuelta un viejo programa sobre personas desaparecidas.

Primero es de agradecer que Netflix haya mantenido la esencia de la serie con documentar toda la información posible de un caso, exponerlo y dejar que sea el espectador quien saque sus conclusiones y esto se nota mucho en el caso del chico negro, donde presentan las pruebas, presentan el punto de vista de los afectados, luego el punto de vista de las autoridades y luego lo que cada parte involucrada cree o piensa, pero dejando abierto al espectador el camino que quiera tomar.

Sin embargo este punto bueno se ve empañado (y muy fuerte) cuando la serie busca irse por el morbo y no ofrece nada nuevo.  Hablamos del morbo para hacer énfasis en el capítulo dos, donde en numerosas ocasiones refuerzan una idea totalmente contraproducente contra una de las “víctimas” y aunque sigue siendo parte del caso, desde el punto de vista del documental no funciona.

Veredicto

La verdad que poco se puede decir de este retorno de “Casos Sin Resolver” más allá de que tiene uno que otro caso super interesante (como el del Conde).  Dejando un sabor agridulce, la serie engancha pero no destaca.  Los primeros 6 episodios, por suerte, tienen un caso totalmente sólido para mantener los más de 40 minutos que duran.

6 / 10

A la hora de escribir esta reseña hemos visto la temporada uno, dos y tres seguidas para poder aprovechar el lema de la serie “todo está conectado” y si que lo esta.

La serie alemana creada por Baran bo Odar y Jantje Friese, sobre un pequeño pueblo alemán donde ocurren unas cuantas cosas extrañas y unas familias guardan unos misterios mientras que un joven ha encontrado algo capaz de cambiar al mundo tal como lo conocemos.  ¿Muchas cosas, verdad? Pues si acaso están creyendo que es mucho, los más de 20 capítulos que la serie ofrece en sus tres temporadas es un sin número de enigmáticas teorías e ideas, amarradas en una mezcla de mitología griega y bíblica donde cada personaje está envuelto en su propio drama y su propia tragedia.

Y es que la serie es lo suficientemente compleja para durar semanas buscando desenredar el nudo, a pesar de que en esta última tercera temporada se esfuerza (y lo consigue, pero con algunos tropiezos aunque muy ligeros) en dejar las cosas más claras posibles.  Y es interesante, como por ejemplo, el séptimo episodio de esta tercera temporada (el mejor de toda la serie) es capaz en sus últimos 20 minutos de encajar todas las piezas que deja abierta en sus episodios pasados.

Ya a estas alturas la serie a desarrollado con una excelencia abrumadora un desarrollo de personajes, destacando el de Jonas Kahnwald (interpretado con una solvencia magistral por Louis Hofmann), Ulrich Nielsen (Oliver Masucci), Katharina Nielsen (Jordis Triebel), Hannah Kahnwald (Maja Schone), Hanno Tauber “Noah” (Mark Waschke) y (¡sorpresas! ¡sorpresas!) Bartosz Tiedemann (Paul Lux).  Todo esto les da la oportunidad de acelerar y desarrollar la historia a su antojo y poder enfocarse en el componente “shock” que muy pocas series han podido desarrollar con facilidad y que sea creíble.

Es difícil hablar de la serie sin destripar parte de ella, pero al final el concepto de “DARK” es el amor.  Con un final agridulce pero satisfactorio, cada personaje de la serie se mueve en base al amor.  Desde el más secundario hasta el más protagonista y eso le da un toque personal que hace que mientras veamos los créditos con la canción de fondo de la banda alemana NENA (el nombre de la canción es “irgendwie, irgendwo, irgendwann” que significa más o menos “de alguna manera en algún lugar en algún momento”) podamos sentir una mezcla de emociones además de dejar abierta la escena.

Veredicto

Un hermoso final que deja genera miles de emociones y responde muchas preguntas (aunque deja otras abiertas).  Pueda ser que por momentos se piense que ha sido algo forzado, pero si se analiza bien se entiende que no.  Totalmente abierto al espectador.  “DARK” pasará a la historia y se convertirá en clásico, de eso no hay duda.