Los años de gloria del director Ridley Scott han desaparecido y con “Gladiador 2” se confirma.  Un título que parece más a videojuego que a secuela de una obra maestra.

Primero que nada, no estamos ante la peor película del año ni del director, sin embargo siendo secuela de una tan querido filme sobre Maximus, por allá en el 2000, y que, en honor a la verdad, no era necesaria.  Tampoco era necesario su estreno en estas fechas, ya que es un digno entretenimiento de verano, pero al estudio le pareció perfecto tirarlo para estas fechas para aprovechar el empuje de los premios y festivales.

Gladiador 2

El filme trata sobre Lucio, quien después de ver cómo el Imperio Romano atacó su pueblo y los hace esclavos, se ve obligado a luchar como gladiador en el coliseo, y que poco a poco va a ir descubriendo una secreto que hará que Roma tiembla.  Aquí no tenemos al general que es gladiador, sino a un gladiador que supuestamente es general y a otro general.  Tampoco tenemos a un villano loco como lo fue Cómodo, sino que tenemos a dos villanos locos.  En la primera el coliseo servía como puente para la interacción de Maximus y Cómodo, aquí el coliseo funciona como una especie de “Juegos del Hambre”.  “Gladiador 2” es un exceso de cosas que funcionan y otras que no funcionan.

Las intrigas políticas, absolutamente inverosímiles, carecen de interés cuando sabemos que el conflicto se acabará resolviendo a espadazos. El que un esclavo desafíe a un imperio constituye un concepto poderoso, pero si pasa lo mismo en cada película la cosa pierde eficacia.  Y este es el problema mayor de esta secuela: que repite lo mismo en exceso.  Que busca ser una conexión pero carente de fuerza.  Que busca sorprender con giros de guión, pero son tan inverosímiles y a veces hasta ridículos, que uno lo asume entre risas nerviosas.  Tampoco ayuda que muchas cosas el trailer lo desvele, además de que viendo la película toma fuerza el rumor de que se buscaba que sea una miniserie.  El guion es un autentico momento que no se sabe si es serio o una parodia.

“El sueño de Marco Aurelio era una Roma libre…” y si, todo eso está perfecto, pero, ¿por qué lo estoy viendo de nuevo?

En cuanto a las actuaciones, “Gladiador 2” tiene a un Denzel Washington actuando entre las sombras y gusta con mucha diferencia.  Lo mejor de la película sin duda alguna.  Luego un Joseph Quinn (Stranger Things, A Quiet Place: Day One), quien ha demostrado con creces que es un buen actor.  Paul Mescal no está mal pero tampoco es que vayas a recordarlo a pesar de ser protagonista.  Pedro Pascal hace de Pedro Pascal, mientras que Connie Nielsen parece que tiene un cameo.  Fred Hechinger y Matt Lucas son parodias de sus personajes, porque en cada escena que salen son mas extravagantes a niveles de alarma.

Música de Harry Gregson-Williams que cumple y funciona, cinematografía de un viejo amigo de Scott: John Mathieson.

“Gladiador 2” es un entretenimiento aceptable si no se mira esperando nada o lo peor, pero que deja claro que no hay ideas.  ¿Por qué quiero ver, otra vez, a un esclavo querer convertirse en héroe y ganarse el cariño del pueblo? No hay razón para ello, más que el dinero.