Hace unos años el director Ali Abbasi, a pesar de tener un debut decepcionante, tuvo un buen año en el 2018 con “Border” (“Grans” en su idioma original) y ahora con “Holy Spider” logra consagrarse.  Ambientada en Irán, en el 2001, sigue a una periodista en Teherán, quien se sumerge en los barrios con peor reputación de la ciudad de Mashhad para investigar a un asesino de mujeres, que asegura purificar la ciudad de los pecados.  Mientras más se adentra en ello, se va dando cuenta que también corre peligro y que las autoridades no están dispuestas en ayudarle.


El filme es un thriller con tonalidades neo noir, que en su primera hora parece beber mucho ese estilo muy característico de David Fincher mientras que la segunda está más enfocada en los procesos judiciales, más que la investigación recordando mucho a la serie “Criminal” donde se conectaba todo en base al cuestionamiento.  Y aunque al final la orientación del director es clara, sus métodos para muchas decisiones que toma son un tanto cuestionables, la cual nos ahorraremos para evitar spoilers.  Por lo que, para comodidad del espectador, la incompetencia de las fuerzas de la ley, retratadas aquí como desastrosas por corrupción o cualquier otro problema, (algo que Under the Banner of Heaven, retratan bastante bien), hace que, después del giro central en la narrativa, retrata las diferentes interpretaciones de lo “justo”, para los habitantes de ese país arabe, dejando en evidencia el machismo que impera en la sociedad de forma cruda cuando muchas personas ven como “héroe” al asesino.

El guión de “Holy Spider” no se va por las ramas, es de agradecer, principalmente en el cambio de los estereotipos de personajes, como es el caso del asesino, que no aparece retratado como un extraño sociópata que está excluido del mundo, sino como un hombre común y corriente con todo y familia, que vive en la sociedad como cualquiera de nosotros, casi diciendo que cualquiera puede ser culpable.

El filme cuenta con Zar Amir-Ebrahimi como la protagonista, quien absorbe al personaje con solvencia a pesar de tener un nulo desarrollo de personaje.  En cuanto al apartado técnico, la fotografía con tonalidades sombrías es a cargo de Nadim Carisen, quien también será el encargado de la serie que viene dentro de poco de HBO llamada “The Last of Us”, mientras que la música es de Martin Dirkov, usa mucho las composiciones clásicas del noir.

En conclusión, “Holy Spider” despliega elementos narrativos bastante interesantes y que ayudan a que el espectador no se aburra en ningún momento, a pesar de que el director a mitad del filme y en algunos tramos toma unas decisiones poco favorables.