Desde hace mucho sabemos que Hollywood no llega a una adaptación interesante de los animes y ni hablar de los videojuegos.  Cowboy Bebop no es la excepción.

El anime de Cowboy Bebop (1998) es un análisis de personajes.  Muestra a 3 individuos amarrados a su pasado, como ellos luchan constantemente contra eso para poder mantener un mejor presente, pero no pueden.  Incluso, podemos ver cómo todo se desarrolla en un futuro super lejano y que aun así las calles, las casas, el ambiente, es como si fuese del pasado.  La serie constantemente juega con ello.  Todo esto lleno de referencias a la cultura pop y utilizando el lenguaje cinematográfico a rajatabla.

A estas alturas se esperaba lo peor, y los trailers, teasers e imágenes que salían no ayudaban a uno pensar lo contrario.  Además de que Netflix sacó con mucho orgullo la versión live action de Death Note que causa grima.

Sin embargo, la serie tampoco es que sea el desastre que se esperaba.  Ojo, que no estamos diciendo que es buena, porque está bastante lejos de serla, pero si es lo suficientemente entretenida y busca un deseo de fidelidad y guiños a los fans, que hace que el viaje sea pasable.

Los creadores han creído que los fans quieren ver una visión totalmente fiel de un anime de forma visual, olvidando que en el caso de la serie Watanabe, lo importante era el desarrollo y no lo lindo de sus peleas o los dibujos.  Lamentablemente Spike, Jet, Faye e incluso Vicious, constantemente nos están diciendo que piensan, que sienten o que quieren, que olvidan uno de los puntos claves del cine, que es “muestra pero no lo digas”.  Claro, volvemos a repetir que esto no es una adaptación al uso, sino una reimaginación de lo que ya vimos en 1998.

Toma las mismas tramas, pero las cambian totalmente, y es obvio ya que no tiene nada de sentido querer adaptar un anime que ya hemos visto, además que el formato es distinto.

Entonces ahí está su verdadero defecto: en su guión.  Olvida el desarrollo, olvida dar una muy buena historia y olvida desarrollar la misma historia que cuenta.  Spike es es Spike, pero toda aquella red de desarrollo sobre su pasado y como este le afecta aún en el presente, es cambiado por una historia de amor y venganza simple.  Incluso Vicious, deja de ser un villano psicópata medido, para ser un psicópata al mejor estilo de las películas de los 80 ́s.  Y ni hablar de la puesta en escena, donde en muchas escenas parece que estamos en un escenario de carton y no en un mundo futurista.

Tiene un buen ritmo, cuenta con la banda sonora de Yoko Kanno quien hizo la banda sonora original, a base de jazz y cuenta con actuaciones bastante correctas por parte de los actores.

Entonces, ¿vale la pena Cowboy Bebop de Netflix? Como un escape para ver un Domingo que no haya absolutamente nada, y si no esperas absolutamente nada de esta serie, pues si, puedes verla.  Sin embargo si esperas encontrar una adaptación con el desarrollo que caracteriza la obra original, pues olvidalo, que esto no es para ti.