Denis Villeneuve es un cineasta completo que no ha tenido ningún bajo en su filmografía.  “Dune Part II” demuestra lo bien que sabe dirigir y que quien tome la antorcha de la saga, tiene un reto enorme.

Después de haber visto esta secuela, hay que aclarar que el filme es una experiencia por sí misma que debe ser vista como una sola.  Desde el primer minuto, que arranca exactamente donde acababa la primera entrega, Dune no te suelta. Te agarra y te arrastra hacia los desiertos de Arrakis para que sientas el calor en la piel. La falta de agua y lo árido del clima desértico -me encantaría poder ver cómo han recreado todo esto para que no se note absolutamente nada el CGI-.  La primera parte (Dune Part I) nos ha permitido ver toda la presentación del universo, conocer sus personajes, sus problemáticas y ambientarnos a ella.  Pero ya para “Dune Part II”, podemos dedicarnos a la evolución de los personajes, conocer el verdadero conflicto y hasta darnos espacio para los giros que trae la historia lo cual nos agarra desprevenidos.

Dune Part II

Es un filme colosal. Y, lo que es más importante, aunque sea una película con un marcado sello autoral, es también la prueba de que su director es lo suficientemente inteligente para conseguir que su reparto -repleto de nombres de increíble talento- sean los que más brillen en esta función.  Timothée Chalamet es impresionante en el personaje de Paul Atreides.  Lo absorbe por completo y lo hace suyo.  Impresionante como hasta el tono de voz cambia ligeramente después de la escena del agua hasta el final del filme.  Austin Butler tiene una joyita de papel y el jovencísimo actor es capaz de crear pavor no solo en sus enemigos sino en el propio espectador.  El actor nominado al Oscar por su papel en “Elvis” ha demostrado que no está estancado como algunos medios quieren insinuar y logra un excelente villano.  Sin embargo, el corazón de la película no es otra que Zendaya.  Es increíble como la joven demuestra hasta sin palabras, solo con gestos.  Como puede mostrar miedo, compasión, amor y hasta duda con sus gestos, su mirada y hasta sus poses.  Hablar del reparto coral que tiene el filme donde TODOS destacan es para dedicar lo escrito para ellos.  Rebecca Ferguson (Silo) impresionante, Stellan Skarsgard nunca defrauda, Javier Bardem es uno de los mejores en el filme dando sin intención, la vena cómica pero no cayendo en el humor burdo sino ocasional y con una actuación en donde creemos su fanatismo.  Josh Brolin y hasta el legendario Christopher Walken comprometidos con la causa.  Tal vez quienes no logran estar mejor paradas es Léa Seydoux y Florence Pugh, quienes tienen un papel menor, que tal vez se desarrolle en la tercera entrega.  Esto es narrativa a primer nivel.

El nivel de detallismo que podemos apreciar en su apartado visual es incluso superior y una vez más, merecedora del Oscar dentro de esta categoría. La epicidad, el cuidado al detalle, la fotografía y todo ello en combinación con unos efectos especiales de ultimísimo nivel, la convierten visualmente en una de las mejores películas que he visto en mi vida en este aspecto.  La fotografía a cargo del australiano Greig Fraser, donde destacan esos paisajes áridos y esos atardeceres dignos de postales.  Un espectáculo visual impresionante.

La banda sonora (una vez más producida por Hans Zimmer), no decepciona, de hecho, utiliza las mejores piezas de la primera parte y nos deleita con nuevas creaciones sobre la línea en esta secuela, que, junto a las espectaculares imágenes y la impecable narrativa, nos ofrecen una inmersión total con mucho gusto y detalle.

Mi única pega al filme del gran Denis, es que el mismo director para el tramo final acaba la tan mencionada “gran batalla” en menos tiempo que lo que canta un gallo.  Que sí, es impresionante pero falta épica en ella.  Luego trata de compensarla con una batalla a la altura, unas impresiones de personajes, y una increible improvisacion del actor Austin Butler.

“Dune Part II” sigue cumpliendo con lo que se le presupone: Ser un tremendo espectáculo que consigue impactar al espectador haciendo que sus casi tres horas de duración se pasen en un suspiro. Pero, también, es capaz de ser una cinta que invita mucho a la reflexión. No es casual que la cinta sea capaz de tocar de forma tan acertada problemáticas que se pueden perfectamente trasladar a nuestro día a día como el fervor religioso descontrolado, los fanatismos, los tejemanejes políticos y las múltiples formas de controlar a un grupo de personas.