Existen muchas series de jóvenes en institutos y su día a día.  El famoso genero llamado “Coming of Age”, que nos muestran a estos jóvenes personajes en su viaje hacia la maduración.  Netflix tiene “Sex Education” con un tono relajado y educativo, Hulu tiene “Grown-ish” y HBO tiene a “Euphoria”.

La serie creada (escrita, dirigida y producida) por Sam Levinson es un trabajo que desde sus primeros planos te muestran un tono bastante adulto para el tema que representa.  Algo particular de la serie, porque juega tanto con el realismo como el sub-realismo.  Levinson quiere que veamos esto como si estuviésemos drogados todo el tiempo, y si alguien parece olvidarlo, la historia es contada desde la perspectiva de Rue (Zendaya) quien en estas dos temporadas ha estado drogada en cada uno de los capítulos, y en los unicos que no lo esta pues es espectadora de una obra de teatro.

La serie (Euphoria) mantiene a cada personaje como si fuese una adicción o trauma.  Y todo queda enfocado a esto cuando en cada capitulo te das cuenta que inicia con la infancia de cada personaje, seguido de cómo surge su trauma y de paso como la expresa.  En el caso de nuestra protagonista, Rue, con las drogas, mientras que Nate Jacobs (Jacob Elordi) con la ira o Maddy Pérez (Alexa Demie) con la dependencia.  A partir de ahí, cada personaje esta liderando una narrativa las cuales funcionan como secundarias y aportan a la historia principal.  Algo que en esta temporada flojea un poco, porque la serie quiere crear constantemente conflictos polémicos que (a veces) no se conectan con la trama principal, dando mas importancia a todo lo sucedido con los secundarios que con la principal, que es Rue.

Y es de agradecer que el guion siga manteniendo sus temas con frialdad y una crudeza espectacular, porque convierte a los personajes como los problemas (adicciones) y no a las personas, pero parece que ha perdido parte del norte y trata de mantener la historia principal agarrada con fuerza porque Rue es la narradora y no porque su historia lo amerite.  Seguimos viendo al personaje de Zendaya caer en drogas una y otra y otra y otra vez, sin ningún avance.  No es hasta casi el final de la temporada que podemos ver que hay algo que lo hace avanzar y aun así, no es que sea totalmente certero para futuras temporadas.  Lo mismo sucede con Jules (Hunter Schafer), quien por alguna razón ha pasado a un (casi) tercer plano junto a Kat (Barbie Ferreira).

Por otro lado, necesito citar lo maravillosa que es la dirección de cámara, el montaje y la producción de esta serie. Los planos no sólo están perfectamente medidos, sino que son ingeniosos en todo momento, al igual que las secuencias. Planos generales, planos-secuencia, primerísimos planos… todos ellos al verlos, hacen notar que detrás hay un gran espacio de reflexión para llevarlos a cabo cómo finalmente han sido mostrados.

Euphoria

El montaje y la producción van totalmente de la mano con la dirección de cámara, creando una conexión realmente asombrosa. Y he de citar la fotografía ya que consigue con esos colores de neón crear una especie de belleza artística en cada plano, por muy simple que este sea.

Sin duda esta segunda temporada de Euphoria, es una grata sorpresa y un gran alivio, que sin duda es de lo mejor que hemos tenido en este año (al menos en estos 3 meses) en cuestiones de series.  Si esta es la calidad que nos espera hasta diciembre, pues que bienvenidos sean.