Emerald Fennell no es completamente nueva en la industria. Tiene ya unos cuantos créditos a su nombre, como actriz y como guionista, sobre todo en televisión. Probablemente su trabajo más conocido sea en The Crown, donde interpreta a Camilla Parker Bowles desde la tercera temporada. “Una joven prometedora” es, además de un guión propio, su debut como directora. Y la verdad es que su título podría referirse tanto a la protagonista como a la misma Fennell, ya que si algo demuestra “Una joven prometedora” es que estamos ante una cineasta de potencial indiscutible.

El guión es ácido en su ejecución, detallista en su caracterización e implacable en su intencionalidad. Fennell aborda la violación de Nina desde muchos ángulos distintos, y no deja títere con cabeza. Cada personaje representa a un grupo, a un estrato de la sociedad que contribuye a que este tipo de cosas sucedan. Más importante aún, casi todos están desarrollados, aunque sea un mínimo. Todos son el resultado de unas circunstancias y, en un momento o en otro, intentan justificar sus acciones. Y son justificaciones coherentes, y a veces, incluso atenuantes. Lo interesante del guión de Fennell es su forma de desafiar estas justificaciones, aunque por momentos sea predecible.

La interpretación de Cassie, protagonista de la historia, corre a cargo de Carey Mulligan y está fenomenal.  Desde que su perfil estalló con su espléndido trabajo en An education, Mulligan se ha labrado un currículum realmente impresionante, regalándonos interpretaciones de gran magnitud, aunque algunas hayan pasado en bajo perfil.  Los secundarios tampoco se quedan atrás y son geniales en sus papeles.

Pero aún nos falta lo más importante y es la dirección.  Y es que Emerald Fennell sabe tomar la cámara con bastante maestría.  Los planos son exquisitos, el movimiento de la cámara suave y muchas otras tomas son interesantísimas como la escena del bar o la escena final en la cabaña.

En resumen, “Una Joven Prometedora” es un trabajo de gran nivel que funciona en muchos sentidos gracias a su gran pilar, que es el guión.  Por momentos está pecando de momentos bastantes peliculeros, y uno que otro giro de guión bastante predecible, y que lamentablemente las excelentes actuaciones no pueden empañar.