Christopher Storer es un productor muy poco conocido. Más que nada tiene especiales de comedia en su filmografía y la serie “Ramy”. Ahora se le suma “The Bear” lo cual no es poca cosa.
La serie narra como Carmy, vuelve a su ciudad natal, Chicago, para hacerse cargo del restaurante de su hermano después de que este se suicidara. Carmy es un excelente chef que ha ganado premios y fama a nivel nacional, y dentro de este restaurante (que es apenas de sandwich y una que otra comida simple) encontrará a varios personajes tan extremos que pondrán a prueba su estabilidad emocional, la cual obviamente depende de un hilo después del suceso. Aquí sí de actuaciones hablamos TODOS y cada uno de estos actores sobrepasan y de hecho, me atrevo a decir que son todos excelentes candidatos para ser nominados para los Emmys o cualquier premio porque estamos ante las mejores actuaciones del año. Jeremy Allen White es INCREÍBLE y se nota como cada capítulo va cayendo más y más profundo. Ebon Moss-Bachrach es otro que está perfecto, Ayo Edebiri y Liza Colon-Zayas increíbles a más no poder.
The Bear no es una serie cualquiera, sino una que se cocina a fuego lento. Es sencilla, es original, está bien escrita, es creativa. El capítulo 7 es un plano secuencia casi los 30 minutos que dura el capítulo, donde vemos como poco a poco las cosas se van saliendo de control y como cada uno de los chef son responsable de ello y sus reacciones. El capítulo merece una nominación obligatoria. Esa honestidad brutal que desprende cada uno de sus episodios. Una serie limpia, sin maniqueísmos, sin melodramas.
The Bear es una metáfora culinaria. Como la buena comida, se saborea sin empalagar. Cada pizca, cada aderezo, está allí para enaltecer el sabor del plato, no solo para adornarlo. Porque ojo, la serie no es solo de la vida de unos individuos tratando de llevar un restaurante adelante, claro que no, la serie es una metáfora sobre el duelo y como cada uno de ellos maneja el duelo y cómo esto les afecta.
Apenas tiene efectos especiales. Apenas tiene música que vaya más allá de un buen jazz. Lo que sí tiene de sobra, es un guión solvente que sabe cuándo y cómo desarrollar sus personajes, cuando es necesario dejarlos en pausa, reposando y cuando es necesario hacerlos avanzar. Es sin duda una de las mejores series de este 2022 (con el permiso de Better Call Saul) y que, como si se tratase de un buen plato, recomiendo sin titubear.