A pesar de que es cierto que las cadenas están buscando emular el éxito de la serie de “Game of Thrones”, hay que tener en cuenta que no todo género de fantasía épica es “Game of Thrones”.  La serie de Netflix llamada “The Witcher” que son una adaptación de los libros de Andrzej Sapkowski, de los cuales tienen hasta un videojuego (muy bueno por cierto), es una historia que no tiene ni el más mínimo sentido comparar con lo creado por HBO basado en los libros de George RR Martin.  Dicho esto, pues comencemos.

Hay que agradecerle a Netflix y a todo el implicado en querer hacer algo lo más fiel posible al libro pero sabiendo que los juegos han influido en la visión del fan y que aunque ellos digan que no tomaron referencias, con algunos visionados es más que obvio que si lo hicieron.  Henry Cavill es Geralt de Rivia tanto en libros como en juego. Al igual que Joey Batey es Jaskier. En actuaciones todos están muy bien a pesar de que algunos se salgan de la visión creada por el autor y que Netflix como Lauren Schmidt Hissrich (la creadora de la serie) se tomaron la molestia de cambiar a su antojo.

La fotografía, la música y la edición son una maravilla técnica que se le agradece.  Esos hermosos planos con tonos oscuros o tonos muy claros, como los del tercer capítulo en conjunto con una hermosa música a manos de Sonya Belousova, son un deleite audiovisual a la altura.

Lastima que todo eso se vea empañado con un guión confuso y una dirección errática.  Debemos llegar hasta el cuarto capítulo para poder entender la línea de tiempo que nos están planteando y aun así mantenemos ciertas dudas, porque los flashbacks y los saltos temporales, son presentados de la misma forma y con los mismos tonos que es difícil no saber cuando algo es actual o cuando es pasado.

Al fin y al cabo, es entretenimiento de calidad.  Actuaciones bien agradables aunque tiene algunos personajes que son desastrosas.  Henry Cavill como Geralt de Rivia, Joey Batey como Jaskier y Anya Chalotra como Yennefer tienen sus luces y sombras bien definidas, aunque el guión en momentos no juega a favor de ellos (principalmente de Yennefer).  Con unos efectos buenos y malos, los cuales por suerte, en sus peores momentos, la fotografía ayuda a tapar.