Cuando se habla de Michael Mann se habla de un director con calidad y más en las películas de investigación policiaca.  ¿Quién es este director? Es quien hizo Heat en 1995, ya clásico del cine de acción.  Pero también El Último Mohicano en 1992.

En esta ocasión está bajo la producción de Tokyo Vice y algún que otro capítulo que dirige (y que se nota a leguas) pero antes de esto: ¿de que va Tokyo Vice?  Basado en (supuestos) hechos reales, narra la historia del periodista estadounidense Jake Adelstein quien en su tiempo trabajando en un periodico japones en Japon (valga la redundancia) se verá involucrado en una trama donde la mafia Yakuza estuvo involucrada, destapando un entramado tan grande que pondrá su vida en peligro.

La veracidad de la historia es lo que poco importa, sino, cómo está contada la misma.  La serie se cuida de ser “otro producto americano” y la verdad que agradecemos muchísimo este apartado.  Más de la mitad de los diálogos son en japonés, mientras que podemos ver parte de la cultura nipona en su máximo esplendor.  La serie se ha grabado en su totalidad en Japón y la gran mayoría del cast es japonés y el protagonista, Jake Adelstein, es quien nos va a introducir en la cultura japonesa.  Ansel Elgort (West Side Story) logra adaptarse bastante bien en el personaje logrando hacerlo suyo y el desarrollo del mismo le ayuda bastante.  Ken Watanabe y Sho Kasamatsu se notan bastantes cómodos en sus interpretaciones haciendo que el viaje sea más agradable.

La fotografía es otra joya de la serie, ya que Daniel Satinoff y John Grillo repleta de luces de neón y bien cuidada, que da aspecto a una ciudad viva.

Tenemos dos descontentos con esta serie (hubiésemos preferido que sea miniserie pero esto no es un apartado negativo): el primero es la falta de de tener un pulso más fuerte en lo que a la investigación respecta.  La dirección de la trama muchas veces se pierde en momentos tan insulsos como ver a un yakuza comer y hablar (diálogos que no aportan nada a la trama) o largos intervalos en un bar, con precisamente nuestro segundo punto negativo, una chica que parece como si los productores la tienen ahí por puro lujo ya que su historia y su personaje no aportan absolutamente nada a la trama de los yakuzas ni al desarrollo de ningún otro personaje (ni siquiera el de la jefa en edición tan bien interpretada por una magnética Rinko Kikuchi), haciendo que nos desconectemos constantemente con la historia cada vez que sale en escena.

Al final Tokyo Vice es una buena serie que puede a llegar lejos con lo que tiene pero no por eso ser larga, ya que la trama si bien es interesante esta manejada de tal forma que nos hace pensar que tal vez alguien como David Fincher detrás de todo esto le hubiese sacado un mejor provecho.