Scott Derrickson dirige The Gorge, un filme que mezcla el género romántico con el terror y la acción, como si fuese un cóctel, lo que le da cierta frescura. Las cosas como son.

La trama se enfoca en dos agentes de élite que son secretamente contratados por una organización para que cada uno vigile una de las dos torres que protegen un abismo. Estos agentes son Levi, interpretado por Miles Teller (Top Gun: Maverick), y Drasa, interpretada por Anya Taylor-Joy (Furiosa: A Mad Max Saga). Es en estos dos personajes en quienes recae todo el peso de la película. La química entre los actores es palpable y se agradece bastante, porque el primer tramo del filme, que en su mayoría es una especie de comedia romántica ligera, se sostiene gracias a sus protagonistas y no por la historia de amor, que por momentos causa vergüenza ajena con unos diálogos exagerados. Al menos a mí me hubiese gustado que siguiera la dinámica de cine mudo que iba llevando, al menos en todo lo romántico del inicio.

El director de las magníficas cintas de terror Sinister y Black Phone, Scott Derrickson, se pone tras la cámara para rodar este trabajo, demostrando una vez más su habilidad para crear cierta inquietud con esas atmósferas perturbadoras y con alguna que otra escena de acción bastante entretenida. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, complementa el ambiente tenso y emocional de la película, reforzando los momentos clave de la historia.

Tal vez el punto más flojo de la película sea el guion de Zach Dean, el cual estuvo en la Black List 2020 y cuya luz verde fue una sorpresa (aunque no sorprende que haya sido para streaming y no para cines). Dean estructura parte de su guion con uno que otro cliffhanger y una trama un tanto absurda dentro del abismo, que se pasa porque ya uno ha llegado hasta ahí, pero no resulta nada convincente. Y encima no ayuda para nada la dirección del cineasta, quien, aunque maneja con buen pulso todos los géneros que toca, a veces tiene dificultades para hacer la transición entre terror y acción.

Por último, las escenas de The Gorge están desarrolladas de forma muy correcta. Tanto los duelos a distancia con armas como los combates cuerpo a cuerpo están cuidadosamente coreografiados y correctamente filmados, un aspecto fundamental en este tipo de secuencias, en las que se puede visualizar sin problemas qué está sucediendo en todo momento y seguir el intercambio constante de montaje sin confusión.

The Gorge es un filme muy entretenido que cumple en su duración más de una hora, con personajes bastante carismáticos. No escribí sobre los secundarios porque apenas aparecen en pantalla, como es el caso de Sigourney Weaver, quien solo está ahí para cobrar el cheque e irse a su casa.

Veredicto

Vas a entretenerte, de eso no hay duda.  Es una pelicula con la que pasaras un rato muy agradable y ya.

5 / 10

Marvel contrata a cinco guionistas para escribir Captain America: Brave New World. Estos guionistas ya venían con experiencia en los personajes porque (algunos) estuvieron involucrados en otro proyecto de la Casa de las Ideas.

Captain America: Brave New World

Malcolm Spellman había creado “The Falcon and the Winter Soldier”, y básicamente la historia que nos ocupa es parte de su creación, en la cual ayudó Julius Onah, quien es el director de este filme. En esta ocasión, el nuevo Capitán América, Sam Wilson, intervendrá en un complot conspiracional político cuyo objetivo es el presidente de los Estados Unidos. Esta es la trama sin desvelar nada, y tampoco es que los más de dos tráilers, clips y otras cosas que saca Marvel no lo digan, ya que hay mas en la trama que no se «puede» desvelar. De hecho, Marvel apuesta más por no mostrar personajes nuevos en su promocion que por desvelar la trama. Para ellos es mejor así, asumiendo que les da igual que se desvele trama.

Tampoco les vengo a mentir, no es que hayan giros radicales, o una trama profunda y compleja, o personajes muy bien desarrollados, o algo mas alla de lo que siempre hemos visto. Osea, tenemos una película entretenida que cumple su función.

También admito que quisiera salir de la sala de cine pensando haber visto algo que me haga sentarme a analizar y evaluar todo lo que vi, así como lo hace The Batman (que por mas que sus detractores intenten, el filme tiene sustancia) o como (casi) consigue WandaVisiondonde hace falta una segunda revision para captar algunos elementos. Osea, que sea algo más que “la aventura del día del personaje tal”. “Captain America: Brave New World” tiene todas las cartas a nivel argumental, tanto fuera como dentro de pantalla, para ser una revisión de varios temas que toca por encima, como el racismo, la política actual, el terrorismo e incluso la migración. Es interesante cómo aborda ciertos temas, pero no los desarrolla y deja muchas otras capas por explorar, careciendo de la grandeza de la que tanto alardea con su «profundidad».

Lo hace con un Sam Wilson (interpretado por un muy correcto Anthony Mackie) completamente humano, donde te dejan claro que “no le hace falta el súper suero para ser un héroe”. Todos los demás cumplen con sus personajes de la manera más correcta posible, desde Harrison Ford hasta Liv Tyler, pasando por (un tardío) Tim Blake Nelson y hasta Shira Haas. Tal vez a destacar está Giancarlo Esposito, y se agradece bastante que no haga otro Gus Fring. Es increíble cómo Marvel logra reunir en una misma película tantos talentos y aun así no consigue explotarlos al máximo.

Ya dicho todo esto, que son los pilares de Marvel, ¿qué puede haber? Escenas de acción que podrían ser más curtidas en esta época donde “John Wick” cambió las reglas del juego en el cine de acción, una fotografía que cumple aunque a mí no me gustó, y música a cargo de Laura Karpman, quien ya ha trabajado con Marvel en Ms. Marvel y que hace un muy buen trabajo. Tal vez lo que más disfruté del filme, además del cartel, que la verdad sea dicha, para lo mal que suelen diseñarlos, este es bastante refrescante.

Hay escenas interesantes, algun que otro encuadre, planos que sugieren pero mas nada.  Algún dia llegaremos, o al menos espero.

“Captain America: Brave New World” pasará a la historia como otra película de Marvel, que cumple su propósito de entretenimiento pero más nada. No es que estarás viendo lo peor de Marvel, porque no lo es, pero tampoco es que estés viendo el “antes y después”. ¿Que puede explotarse mejor? Claro que sí, y al menos eso esperaba, pero agradezco haberme desconectado dos horas de mi vida en donde tal vez estaría jugando Bloodborne y molestandome con perder cada partida.

Veredicto

Captain America: Brave New World es…entretenida. ¿La puntuacion entiendes que debe ser mas alta? Yo tambien lo esperaba.

5 / 10

¿Adónde van los desaparecidos?

Busca en el agua y en los matorrales

¿Y por qué es que se desaparecen?

Porque no todos somos iguales

–          Desapariciones, Rubén Blades

Se estima que más de 300 personas desaparecieron de manera forzosa durante la dictadura militar de Brasil, entre 1964 y 1985. Puede sonar como un número no muy grande, especialmente comparándolo con sus contemporáneos Chile y Argentina, pero se trata de 300 historias de familias destruidas, incertidumbre, desconfianza, y heridas permanentes. Ainda Estou Aqui (I’m Still Here) es una de ellas.

En 1970, Rubens Paiva (Selton Mello) es un ex diputado del Partido Laborista, que regresa de su exilio tras su destitución en el Golpe de Estado de 1964, cuando el gobierno militar tomó el control del país. Vive una vida feliz y tranquila al lado de sus cuatro hijas, su hijo y su adorada esposa Eunice, a quien la veterana actriz Fernanda Torres le da vida en este filme. Las dinámicas familiares son típicas de una familia numerosa y de clase acomodada, pero con todas las interrupciones a la normalidad que supone un gobierno autoritario. Se nos plantea un escenario cuya estabilidad puede irse por la borda en cualquier momento. Es, como muchos otros elementos del filme, sutil pero contundente.

Cuando las consecuencias de las actividades clandestinas de Rubens tocan a la puerta, nos enfrentamos junto a Eunice a la incertidumbre de las desapariciones, censura, detenciones ilegales, interrogaciones, así como también la angustia y limitaciones legales de ser mujer durante esa época. Torres se salva de dar una actuación lacrimógena y melodramática, y ofrece en cambio un personaje lleno de temple y estoicismo, que procura con esperanza, ante las duras cartas que el destino y la vida le han otorgado, la justicia que puede conseguir.

La dirección de Walter Salles, conocido por su trabajo en la aclamada cinta Diario de Motocicletas y Central Station, trae una mirada que se mantiene estética y humana ante una historia real. La musicalización incluye una banda sonora surtida de canciones brasileñas muy populares durante los 60-70 y otras que fueron censuradas por la dictadura. La dirección de arte de Carlos Conti (Diario de Motocicletas, Cometas en el Cielo) nos adentra de forma adecuada en la época y ambiente, ya sea en un acomodado hogar en Río de Janeiro o en una fría y oscura celda clandestina. La misma es complementada con una dirección de fotografía que si bien no ofrece ninguna particularidad, sí retrata con fluidez la historia. Así también, estamos ante un guion emotivo, que presenta, sin exagerar ni abusar de su audiencia, una historia objetivamente triste y trágica que sigue emocionándonos hasta el último momento. Está adaptado sobre las memorias de Marcelo Rubens Paiva, hijo de Eunice y Rubens.

 “Aún estoy aquí”, el título, nos habla de permanencia y fortaleza. Eunice sigue aquí, su familia está con ella, se mantiene firme y adaptándose ante los cambios de la vida, aún cuando se le ha arrebatado lo que más ama. Sigue, ante las injusticias, sin desmoronarse. Sigue aquí, aún ante las tragedias personales que ocurren después. Y ahí yace la belleza de la cinta, y la razón por la que me parece que la misma logrará perpetuarse: no se enfoca únicamente en narrar un evento trágico, sino en reconstruir belleza sin olvidar el pasado; más bien, viviendo en consecuencia de este.

Es imposible no notar las diferencias que existen entre la forma en que se aborda el tema de las desapariciones en I’m Still Here ante su contrincante Emilia Pérez, que le arrebató el pasado mes el Globo de Oro a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Mientras que la brasileña ofrece una perspectiva solemne, estilizada y respetuosa con la historia y dignidad de las víctimas, la película francesa hace parodia a un tema que ha afectado a miles de mexicanos, dándole redención al perpetrador sin expiar su culpa, sin ofrecer ningún tipo de aporte, y sin dejar espacio para las supuestas preguntas que, según su director, plantea.

Pese a que Brasil, el segundo país más grande de América, cuenta con una de las industrias de cine más grandes del continente, nunca ha ganado un Oscar. Ni siquiera con la mítica Ciudad de Dios, que no obtuvo nominación a Mejor Película Extranjera, pero sí a Mejor Director, Guion Adaptado, Edición y Fotografía, sin ganar ninguno. La madre de Fernanda Torres, Fernanda Montenegro, quien hace una aparición, es junto a su hija la única brasileña en lograr una nominación a Mejor Actriz, también por una película de Walter Salles. Considerando la calidad que posee I’m Still Here, nominada tanto como mejor Película Extranjera, Mejor Película, y Mejor Actriz, posiblemente esta podrá, finalmente, otorgarle al país carioca la alegría de este anticipado premio.

Veredicto

I’m Still here brinda una visión profunda y respetuosa ante un tema delicado, magistralmente dirigido en una producción en la que Fernanda Torres se lleva todos los aplausos. Manteniendo la dignidad y el respeto por las víctimas, es una bocanada de aire fresco en esta temporada de premios.

9 / 10

«Apple Cider Vinegar« está basada en un caso real: el de una influencer de salud y bienestar llamada Belle Gibson y cómo se lucró a costa de muchas mentiras que ponían en riesgo la salud de otros.

La historia, aunque real, tomará algunas licencias y dejará uno que otro agujero argumental para mantener al espectador entretenido. Aun así, está bien elaborada y estructurada. Y aunque, como mencioné, tiene sus debilidades, la showrunner Samantha Strauss, junto a un equipo de directores y guionistas hábiles, logra que no nos perdamos en ningún momento. La miniserie tiene algunos saltos temporales bastante marcados que, en manos de alguien menos experimentado, habrían sido un desastre, ya que no sigue una línea de hechos convencional, sino que va construyendo y tejiendo la historia de manera paralela.

Apple Cider Vinegar

Sin embargo, la serie no tiene el más mínimo interés en que empaticemos con su protagonista (ni con ningún otro influencer). Constantemente la golpea narrativamente y, en sus momentos más débiles, nos recuerda de una u otra forma que no es una víctima.

Este punto me pareció sumamente interesante porque, siempre—y cuando digo siempre, es SIEMPRE—las películas que tratan el tema de los influencers y cómo pueden ser personajes viles intentan, en algún momento, mostrarnos su lado más vulnerable para que empaticemos con ellos. Es algo totalmente humano el perdonar. Pero Apple Cider Vinegar no cae en eso y nos recuerda, ya sea a través de un personaje, una escena o un comentario, que Belle no es de fiar. Increíble el momento en el cumpleaños de su hijo, cuando cae al suelo con un supuesto ataque y el sonido se reduce para que escuchemos con total claridad a su exesposo decir: «No la lleven a emergencias, porque siempre ha odiado a los médicos», en clara referencia a una escena anterior donde ella afirmaba lo contrario.

En cuanto a las actuaciones, todas son interesantes y algunas muy buenas, pero ninguna extraordinaria. Tal vez, al ser en su mayoría personajes reales, el margen para destacar sea más reducido. Aunque eso no es excusa, ahí están Timothée Chalamet en A Complete Unknown o Sofía Vergara en Griselda. Dicho esto, las mejores interpretaciones vienen de los veteranos, como Susie Porter, quien da vida a Tamara, la madre de Milla Blake (interpretada por Alycia Debnam-Carey), y Matthew Nable, como el padre de la misma. Ambos transmiten mucho incluso con la mirada, logrando que el espectador los entienda e, incluso, les tenga algo de pena. En cuanto a Kaitlyn Dever, Aisha Dee, Ashley Zukerman y otros, cumplen bien, pero sin llegar a sobresalir.

En el apartado técnico, la música de Cornel Wilczek resulta extraña por momentos, ya que da la sensación de estar viendo una película de terror, pero acierta en los momentos más dramáticos. El soundtrack está lleno de canciones pop que buscan reforzar la idea del mundo ideal que los influencers proyectan. La fotografía de Toby Oliver juega con brillos e iluminación cuando representa ese mundo perfecto que Belle crea, pero cuando la muestra en la soledad de su casa y su verdadera realidad, se torna oscura e incluso sobria.

Al final, Apple Cider Vinegar es una miniserie muy entretenida que pone la lupa sobre los influencers de la salud. A diferencia de otras películas o series, aquí no se busca que sintamos compasión por ellos, sino que constantemente se les retrata de la peor manera posible. ¿Son realmente así? No lo sé, pero a nivel cinematográfico, es sin duda la visión más ácida que existe (incluso por encima de Not Okay, que ya tenía un final bastante mordaz).

Veredicto

No estamos ante la mejor miniserie, pero si se le agradece que tengas el pulso tan fuerte para llevar a sus personajes al limite principalemente a su protagonista.

6 / 10

American Primeval es una miniserie que se adentra en las raíces del Oeste americano, presentando un relato visceral y cautivador que fusiona el salvajismo con el folklore y la cultura de la época. Con una cinematografía impresionante, cada toma es un testimonio visual de la brutalidad y belleza del paisaje americano, creando un contraste que resuena con la historia que se despliega. La serie captura la esencia de un tiempo en el que los hombres y mujeres luchaban no solo por sobrevivir, sino por definir su lugar en un mundo en constante cambio.

La narrativa sigue las violentas colisiones entre diferentes cultos y creencias religiosas, lo que agrega una capa de complejidad a la trama. Los personajes son retratados con una profundidad que permite al espectador comprender sus motivaciones y temores. A través de sus luchas, se exploran temas universales como el poder, la fe y la ambición, reflejando las tensiones inherentes a la colonización y el deseo humano de dominio.

Hablemos un poco a profundidad del desarrollo de sus personajes, que para mi fue ese toque especial en cada capítulo, Isaac (Taylor Kitsch) un papel taciturno, emblemáticamente misterioso hace que la trama gire y de forma hacia el, no al revés. ¡Estupendo!  Sara, interpretada por Betty Gilpin (The Hunt), la que podemos decir la gran protagonista su actuación tuvo un desarrollo magnífico, matizando en cada parte de la miniserie su presencia sin abrumar. No podemos dejar fuera de la gloria a Jacob (Dane Dehaan) quien también lo hizo muy bien.

Uno de los aspectos más destacados de American Primeval es su capacidad para entrelazar leyendas y mitos americanos en su narrativa. Estos elementos folclóricos no solo enriquecen la trama, sino que también sirven como recordatorios del impacto cultural que tuvo este período en la identidad estadounidense. La serie hace un trabajo excepcional al presentar estos relatos de manera auténtica, sin perderse en la idealización.

La dirección es igualmente notable; cada escena está meticulosamente construida para evocar emociones intensas, ya sea a través de combates brutales o momentos de reflexión íntima. La banda sonora complementa perfectamente las imágenes, intensificando la atmósfera y sumergiendo al espectador en esta era tumultuosa.

En resumen, «American Primeval» es una obra primitiva y espectacular que invita a los espectadores a explorar las raíces complejas del Oeste americano. Con su combinación de acción, drama y folklore, logra capturar la esencia de un tiempo lleno de conflictos y esperanzas. Una experiencia visual y emocionalmente impactante que deja una impresión duradera.

Veredicto

Se han producido miles de películas y series sobre el lejano oeste y sus atrocidades, pero esta miniserie destacará por su autenticidad en la representación de los hechos históricos.

8 / 10

One of Them Days trae un nuevo acercamiento a lo que han venido siendo las Buddy Comedies, a través de la celebración de la cultura afroamericana, hecha por ellos mismos y para disfrute masivo. Se trata de una película fresca, protagonizada por la magnífica Keke Palmer (Nope) y la cantante SZA, quienes dan vida a una pareja dispareja, graciosa, y sobre todo, con mucha química. 

Toma lugar en el transcurso de un día en el que la organizada Dreux (Keke Palmer) tiene una importante entrevista de trabajo para una posición corporativa en la cadena de restaurantes para la que trabaja, mientras que su compañera de piso, Alyssa (SZA), una pintora sin trabajo fijo, pierde el dinero de la renta de ambas a mano de su novio Keshawn. Ambas necesitan recuperar 1,500 dólares antes del final del día para evitar ser desalojadas de su apartamento, envolviéndose en una serie de situaciones cómicas y propias de lo que son los estereotipos de la cultura afroamericana, como el amor al pollo frito (Church’s Chicken) y a los tenis. Es una película corta (1 hora y 36 minutos) pero cargada de emoción, “shenanigans”, situaciones de comedia física y una muy memorable participación de Janelle James (Abbott Elementary).

SZA despliega sus capacidades actorales y cómicas, y luego de One Of Them Days esperemos verla en más proyectos. Keke Palmer ya ha demostrado ser una actriz carismática y talentosa, y muestra su rango a través de un personaje que genera risas y empatía. El resto del elenco es también espectacular, destacando los personajes de Bernice, la fuerte y voluptuosa persecutora de las chicas, Keshawn el irresponsable novio de Alyssa, Lucky, el vagabundo que sirve de alivio cómico en situaciones de tensión, y Maniac, el interés amoroso de Dreux. Para la mayoría de estos actores, este es su primer proyecto grande.

Y es que las Buddy Movies, aquellas películas centradas en la relación entre dos amigos, generalmente han sido dominadas por amistades entre hombres, como vemos en clásicos Dumb and Dumber, The Shawshank Redemption y Men In Black. Más raros son los casos de amistades entre mujeres, salvo honrosas excepciones como Thelma and Louise, de Ridley Scott (Gladiador II) y, aun así, en ese caso se trata de mujeres blancas. Por eso, en un homenaje a la comedia afroamericana Friday (1995), One of Them Days trae una propuesta más moderna y progresista. 

Destacables también el diseño de producción, vestuario y arte en el que es obvio que personas que entienden su cultura estuvieron involucradas, especialmente los estilistas. La mano de Issa Rae como productora (Barbie, American Fiction) es palpable durante todo el proyecto. Siguiendo una estructura bastante básica, rinde homenaje al estilo de las películas de los 2000. Es predecible, sí, pero de manera satisfactoria. Se puede decir que es un thriller cómico y Buddy Movie de los 2000, y entretiene como tal.

No hay mucho más que decir que simplemente, One Of Them Days arrancará carcajadas y servirá química de un par muy divertido.

Veredicto

One of Them Days ofrece un rato muy entretenido, que pese a no ser la película mas impredecible del mundo, ofrece un humor genuino y autenticidad.

8 / 10

Ganadora del Grand Prix del Festival de Cannes e incluida en la lista de las mejores películas del 2024 de Barack Obama, All We Imagine as Light, al igual que sus protagonistas, se ha abierto paso a su lugar en el mundo pese a las adversidades. Tomar, por ejemplo, que no ha figurado en el segmento internacional de los premios Oscar ni de los Golden Globes, donde en su lugar, sus países productores – Francia e India – enviaron a la controversial Emilia Pérez y Laapataa Ladies, respectivamente. Pero eso no ha impedido que el filme de Payal Kapadia haya ganado un terreno importante en el gusto del público.

Esta obra, de corte independiente, nos permite adentrarnos y conocer el Mumbai moderno, donde la tradición se mezcla con la contemporaneidad. Con una puesta en escena fuerte y distinguible, sin glamurizar la realidad de su ambiente, sirve de marco para las historias de Prabha, Anu y Parvaty. A estas tres mujeres les une su trabajo en el hospital y las complejas cartas que les ha tocado jugar. Podemos decir que representan a la mujer india en tres momentos distintos de su vida.

Prabha es una reservada enfermera en el hospital donde también trabajan Anu, aún estudiante, y Parvaty, quien es cocinera. El esposo de Prabha, a quien apenas conoce, vive en Alemania y no tiene contacto con ella desde hace más de un año. Anu, de personalidad alegre y despreocupada, vive con Prabha y tiene un novio musulmán en secreto mientras sus padres le buscan esposo. Y Parvaty, quien recientemente enviudó, está siendo desalojada del que ha sido su hogar por 22 años.

La película se mueve entre situaciones sutiles y cotidianas que nos permiten conocer a los personajes y sus intenciones, mientras nos adentramos en su realidad: una de precariedades y limitaciones, pero también de amistad, alegría y color en los pequeños detalles. Muchas escenas de transición nos mueven de un lugar a otro junto a los personajes, que se trasladan a sus respectivos destinos en transporte público. La dirección de arte, que muestra un ambiente colorido pero empobrecido, es enmarcada por un uso irregular de la luz, dando lugar a un cuadro modesto, como las vidas de tantos habitantes de la ciudad de Mumbai, la otra protagonista de All We Imagine as Light. 

Destacable también el uso de la música, con arpegios y temas vibrantes, producto de un ensamble internacional de compositores y arreglistas que enriquecen la banda sonora a través del uso de instrumentos locales con sonidos mezclados de la ciudad. Esto ayuda a proveer el tono adecuado a cada escena y situación.

El motor de la historia es definitivamente su personaje principal, Prabha, cuyo corazón noble podemos apreciar a través de sus acciones y vocación. Tiene un sistema de valores fuerte que se hace evidente en sus intenciones de ayudar a las personas a su alrededor y los avances que impide. Toda la película se siente como ella: cálida, calmada, y sin muchas más pretensiones que ser ella misma.

No obstante, la calma de su ritmo puede jugarle en contra en ocasiones, no porque falle a su estilo independiente, sino que simplemente no resulte del agrado de muchos. Después de todo, estamos ante una historia relativamente sencilla, que aunque cercano para muchas personas que viven en las realidades que plantea, no necesariamente sea lo que buscan a la hora de entretenerse.

Podemos concluir que All We Imagine as Light se mantiene fiel a su género y estilo, y seguirá encontrando la aceptación del público que busca consumir historias auténticas y que digan mucho más con sus silencios que con sus diálogos. Pese a ser una película de contrastes, su belleza, no tanto visual, sino en el alma de lo que se cuenta, es innegable.

Veredicto

All We imagine as Light es una historia que, pese a no necesariamente encontrar una apreciación masiva en el público, provee al espectador que las ande buscando, sutilezas, simplicidad y esperanza que crean un hermoso impacto emocional.

7 / 10

Para nadie es secreto que Disney ha dedicado los últimos años a explotar la nostalgia de sus éxitos. Por esa razón hemos visto remakes en live action de Dumbo, La Sirenita, Pinocho y Mulán, así como la próxima en salir, Lilo y Stitch. En esta ocasión, Disney apuesta a El Rey León, uno de sus mayores éxitos de todos los tiempos, tanto a nivel de taquilla como por su legado cultural. Así, decide hacer una precuela “live action” (realmente animada) narrando la historia de Mufasa, el noble e inspirador padre de Simba, su protagonista.

Mufasa, dirigida por Barry Jenkins (Moonlight), como es de esperar, toma mucho de la original para traer de nuevo una estructura narrativa que, aunque predecible, funciona en última instancia, pese a un fotorrealismo tan intenso que desconecta a la audiencia. Y es que parecemos estar ante un documental de Animal Planet o NatGeo, implementando simulaciones físicas en las que los elementos interactúan con la cámara virtual, pero todo esto, con animales que hablan. Y cantan. Dicho realismo también les juega en contra: llegan momentos en los que se dificulta saber quién es quién, ya que perseguir la exactitud hace que todos los leones se parezcan bastante, con excepción de los villanos.

Las canciones, compuestas por Lin Manual Miranda, quien ya ha colaborado con Disney en Moana, The Little Mermaid y Encanto, no son malas, pero tampoco podemos destacan ni llegan a ser sombras de los clásicos Hakuna Matata o I Just Can’t Wait To Be King. No son mediocres; simplemente son fáciles de olvidar, incluso el viral en TikTok I Always Wanted a Brother (“That’s not a stray, that’s my brotha”).

Mufasa

En la música también viene lo que yo personalmente considero su mayor fallo, no tanto artístico, sino técnico: en muchas canciones, apenas podemos entender lo que dicen los personajes ya que el volumen de la orquestación está muy por encima de las voces; no sé si esto haya sido exclusivo del cine donde la vi, pero en ese sentido, la experiencia fue muy distrayente.

No pueden faltar los icónicos Timón y Pumba en su rol de alivio cómico, aunque con un humor obviamente más pensado para los adultos nostálgicos que para las jóvenes nuevas audiencias, lo cual nos hace preguntarnos: ¿para quién es esto? ¿realmente es para nuevas generaciones o para los niños que crecieron con ellos? ¿para ambos? Rafiki, en cambio, se mantiene como un personaje más ecuánime, con momentos divertidos, y se presenta como el narrador una historia obviamente pensada muchos años después de El Rey León. Esto es especialmente notable en algunas decisiones narrativas que contradicen el desarrollo que personajes como nuestro protagonista, debería tener al momento de la película original.

En general, Mufasa es una precuela que nadie pidió, una más de varios intentos de Disney revivir su gloria pasada a través de sus clásicos, con pocos elementos destacables, pero que funciona como entretenimiento familiar y confort para quienes aman la franquicia.

Veredicto

Mufasa intenta desesperadamente aferrarse al legado de El Rey León, y trata de compensar con su fotorrealismo la falta de impacto emocional, sus canciones olvidables y momentos en los que no podemos ni distinguir a los personajes.

6 / 10

Estrenada el pasado 7 de enero en la plataforma de Netflix  The Breakthrough” es una miniserie sueca de 4 capítulos que se adentra en el oscuro mundo del crimen, explorando las complejidades de un brutal doble asesinato y el avance tecnológico que, en teoría, debería haber facilitado la resolución del caso. Sin embargo, a pesar de sus intenciones ambiciosas, la serie presenta una serie de desafíos que hacen que su narrativa no logre captar completamente la atención del espectador. La dirección estuvo a cargo de Lisa Siwe, conocida directora y guionista sueca.

Aún siendo basada una historia real, desde el inicio, la premisa de “The Breakthrough” promete con demasiado apuro un crimen impactante. La serie comienza con la presentación del doble asesinato, un evento que conmociona a la comunidad y sienta las bases para lo que podría haber sido un thriller apasionante. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se hace evidente que el desarrollo de los personajes, unas actuaciones congeladas y la construcción del argumento no están a la altura de lo esperado.

Una de las críticas más relevantes hacia la serie es su ritmo. A pesar de contar con solo cuatro episodios, muchos espectadores podrían encontrar que estos se sienten eternos. La narrativa se estira en momentos donde podría haber sido más concisa, lo que lleva a una sensación de pesadez y falta de dinamismo. Esta lentitud no solo afecta el interés general por la historia, sino que también diluye la tensión inherente a un drama criminal.

Los diálogos son otro aspecto que deja mucho que desear. En ocasiones, los intercambios entre personajes parecen forzados y poco naturales. En lugar de fluir orgánicamente, las conversaciones a menudo se sienten como un intento forzado de transmitir información o desarrollar la trama. Esto no solo afecta la credibilidad de los personajes, sino que también disminuye el impacto emocional de las interacciones clave. A medida que los espectadores intentan conectarse con los protagonistas y sus dilemas, los diálogos artificiales dificultan esa conexión.

En términos de actuaciones, aunque algunos actores muestran destellos de talento, en general las interpretaciones pueden parecer inverosímiles o exageradas. Esto es especialmente notable en momentos críticos donde debería haber una carga emocional palpable; en cambio, los personajes parecen caer en estereotipos o clichés del género. Esta falta de autenticidad puede desconcertar al espectador y restar fuerza a los momentos dramáticos.

A pesar de sus fallas narrativas y artísticas, intenta abordar temas relevantes sobre la justicia y el papel de la tecnología en la resolución de crímenes. La serie plantea preguntas interesantes sobre hasta qué punto los avances tecnológicos pueden ser confiables y cómo estos pueden influir en las investigaciones policiales. Sin embargo, estas cuestiones no se desarrollan con suficiente profundidad para hacer justicia al potencial del argumento.

El uso de tecnología como herramienta para resolver el crimen es un tema fascinante y actual; sin embargo, en la miniserie, parece ser más un recurso narrativo que un elemento verdaderamente explorado. La serie podría haberse beneficiado enormemente al profundizar más en cómo estas innovaciones impactan no solo las investigaciones criminales, sino también las vidas personales de quienes están involucrados.

En comparación con otros dramas criminales europeos, este no logra alcanzar el nivel de inmersión o sofisticación que caracteriza a producciones similares. Las series nórdicas han ganado reconocimiento por su capacidad para tejer tramas complejas con personajes tridimensionales; sin embargo, esta miniserie parece carecer de carácter, de esa misma esencia cautivadora. Aunque hay elementos visuales atractivos y una atmósfera oscura característica del género, estos no son suficientes para compensar las debilidades en el guion y la dirección.

En conclusión, “The Breakthrough” es una miniserie que plantea una premisa interesante pero no logra aprovechar su potencial. Con diálogos forzados, actuaciones inverosímiles y un ritmo lento que hace que sus cuatro episodios se sientan excesivamente prolongados, puede dejar a los espectadores con una sensación de insatisfacción. Aunque aborda temas relevantes sobre el crimen y la tecnología, su ejecución deja mucho que desear. En definitiva, si bien puede ser un intento válido dentro del panorama del drama criminal sueco, queda claro que aún hay un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel de excelencia demostrado por otros dramas europeos en este género.

Veredicto

La miniserie podría haber tenido un mejor impacto, si hubiera sido un filme de 90 minutos en lugar de alargar una trama que no necesitaba tanta decoración.

5 / 10

Siempre he elogiado la audacia y la innovación de las narrativas, y en “Severance” se cumple con creces. Porque cuando pensábamos que el argumento no podía extenderse más, le dan la vuelta y continúan expandiendo. Tal vez el único fallo que tiene la producción, es que Apple TV no la publicita como es debido. Es casi inaudito que tengan en sus manos esto y no sean capaces de hacer una campaña tan grande como hace, por ejemplo, Netflix, HBO Max o Disney. ¡De por Dios, pero si no hace mucho HBO presumía con The Idol y Netflix no hace poco consideraba a Uglies para premiaciones!

Claro, no hay perfección como un reloj suizo, con “Severance” y al igual que otras grandes producciones con audacia e innovación como “Dark” o “Mr. Robot”, tienen uno que otro tropiezo, pero son tan ligeros, tan mínimos, que apenas se notan. Y es que, la narrativa de los cuatro empleados de Lumon Industries, que separan sus recuerdos donde la vida privada y la vida laboral no congenian (creando incluso dos personalidades) da giros inesperados e incluso toma riesgos tan difíciles, que muy pocas producciones lo hacen porque pueden hasta perder espectadores, pero como mencioné, al igual que “Dark”, es lo que hace que podamos mantenernos enganchados en ella.

Severance

El entorno laboral, más o menos amigable, más o menos hostil, nos obliga de forma irremediable a contener nuestro auténtico yo. En un ambiente con sus jerarquías, con sus desequilibrios, resulta imposible ser uno mismo. Es probable que nuestro entorno más cercano se sorprendiera con nuestra versión laboral, como nuestros compañeros de trabajo se sorprenderían viendo nuestro “yo” real. Y este planteamiento lo llevan al extremo en un escrito magistral y estrictamente bien estructurado.

Mi mayor asombro ha sido que, a pesar de que el planteamiento que nos presenta es tan complejo que puede hacer aguas por todas partes, se ha construido un escrito sin fisuras, tan compacto como el hermético entorno laboral en el que se desarrolla la historia. Otro gran mérito es que, trabajando con elementos de escrito casi infantiles (las recompensas por el empleo bien hecho) y con tecnologías tan contradictorias con el avance estratosférico en el que se basa la narrativa (música en vinilo, grabaciones en cintas de casete) que podrían dar hasta risa, se haya evitado un resultado final casi catastrófico.

Y resulta que, todo lo contrario: la fuerza del escrito y la calidad de las actuaciones es tal que incluso estos elementos potencian el buen resultado. Porque en esta temporada se suman nuevos rostros como es Gwendoline Christie en una figura soberbia, Bob Balaban, o Alia Shawkat que también logran conectarnos completamente a este mundo.

Ambientación minimalista, tan blanca como asfixiante y figuras muy, muy simples, acorde con el empleo que desarrollan, dan forma a una historia, como menciono, muy; muy compleja. Y Ben Stiller sabe salir, no solo airoso, sino triunfante gracias a todos estos componentes y a un buen trabajo de dirección. Claro, detrás de esta genialidad está Dan Erickson, creador de la producción y quien en el 2016 le entregó el borrador de escrito a Ben Stiller quien quedó tan atrapado por la historia que sin titubeos decidió producirla (y nos alegra que haya sucedido porque no me quisiera imaginar que el escrito de “Severance” esté guardado en un cajón).

La producción tiene enigmas, tiene misterio, sí, pero por suerte no llega a niveles absurdos, y dentro de su lógica, planteada magistralmente al inicio de la primera temporada, funciona y se mueve. Aquí tenemos una puesta en escena por momentos surrealistas, por momentos claustrofóbica o incluso turbia, pero también hay momentos reconfortantes. Y las figuras son muy buenas, todos ellos con una personalidad bien definida y absolutamente todos tienen un desarrollo a lo largo de la producción, que no se olvida de nadie incluyendo a los nuevos y cerrando arcos de los antiguos.

Así como mencioné en la reseña de “Shogun” hace un año, donde vaticinaba que sería la producción 2024 a nivel de premios y críticas, lo mismo sucederá con “Severance”, porque esto es, por lo que empezamos a ver producciones: originalidad, desarrollo y sobre todo, entretenimiento.

Veredicto

¿Debo dar mas razones para que vayan a verla?

9 / 10