El cine es de los pocos artes que puedes ver una misma historia, desde distintos puntos de vista.  “September 5” cumple los requisitos suficientes para ello.

Por ejemplo, con la música, puedes tener una canción a la cual se le hacen distintos covers.  Al final el cover es una segunda o tercera versión de una canción original pero es simplemente “otra forma de hacerlo”.  El cine tiene la particularidad de que puedes ver una historia como “The Last Duel”, donde tienes distintos puntos de vista.  El filme que nos ocupa, narra la historia de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, la cual se ha visto con la película de Steven Spielberg llamada “Munich”, desde el punto de vista de unos agentes de la Mossad, sin embargo ahora estamos viendo desde el punto de vista de unos reporteros, precisamente la única cadena que transmitió el conflicto en vivo: la ABC.

September 5

La historia está desarrollada solo por siete horas antes de que suceda el conflicto, y las horas que duraron el conflicto, teniendo un total de 24 horas o un poco más, en donde el único escenario es una cabina de televisión (y pueda que tres o cuatros escenarios más, en cuestiones de segundos).

El trabajo del director Tim Fehlbaum es impresionante y debe ser tomado en cuenta, por como mantiene al espectador con una constante tensión sólo con los diálogos y aunque uno sepa cómo vaya a terminar todo.  Magistral el uso de las pausas, de la música y hasta de ciertos tecnicismos para que estemos tan adentro del filme como los mismos personajes.  A todo esto también el director participa como guionista en conjunto con Mortiz Binder y Alex David, logrando crear personajes que nos importan y que se desarrollan en el transcurso de la trama.  Interesante como, por ejemplo, como conocemos a Marianne, con solo 3 preguntas esenciales que les hace otro personaje, o cómo podemos entender la necesidad de mantener la historia de Roone con algunos momentos claves.

Pero el trabajo no queda aquí, porque “September 5” tiene una de las mejores actuaciones del año.  John Magaro toma el rol protagónico junto a veteranos como Peter Sarsgaard y Ben Chaplin, destacando por mucho en un personaje lleno de capas.  Su evolución es interesante desde el inicio en que se presenta como al final cuando sale de la cabina.  Hablar de Peter y Ben es decir lo obvio: solvencia actoral.  Es incluso interesante como Peter Sarsgaard, manteniendo un peinado y ropas similares en “Presumed Innocent”, sea tan distinto.  A todo ello se le suma Leonie Benesch, en actuación con uno de los mejores personajes del filme.  Luego los demás son tan secundarios, aunque funcionan, como es el caso de Zinedine Soualem o Corey Johnson.

En lo técnico la fotografía de Markus Forderer es como si estuviésemos viendo un documental de los 70, con el granizado y todo.  Una maravilla.  Y ni hablar del diseño de producción de Julian Wagner, que logra sentirse totalmente en los 70, y gracias a la fotografía, en ningún momento nos desentona algo.

Para concluir, la música de Lorenz Dangel, puede pasar un poco desapercibida e incluso hubiese hecho falta un poco más de canciones tensas para ciertos momentos, pero tampoco dañará la experiencia.

“September 5” es una de las mejores películas del año sin lugar a dudas.  Una obra que debe ser vista por todos, porque no decepciona.

Veredicto

Un filme con tintes docudrama absolutamente fascinante.

8 / 10

The Apprentice” es un drama biográfico que narra cómo fue el ascenso de Donald Trump y cómo conoció a Roy Cohn, un poderoso e influyente abogado, del cual se dice que fue quien Trump se forjó para ser lo que es hoy.

El filme dirigido por Ali Abbasi, quien dirigió con mucha maestría “Holy Spider” y uno que otro capítulo de “The Last of Us”, trata de ser un poco imparcial en cuestion de ideologias, algo de agradecer porque buscamos ver un biopic y no masterclass política.  Este retrato de un Trump ambicioso y dispuesto a todo para alcanzar el éxito nos ofrece una mirada a los orígenes de su ideología y comportamiento, con actuaciones poderosas que impulsan la historia.

La película logra recrear de manera vívida la atmósfera de una Nueva York en plena transformación, donde el auge inmobiliario y las tensiones sociales se entrelazan en un paisaje complejo. La dirección de Ali Abbasi destaca por su capacidad para transportar al espectador a este período, mostrándonos un Trump joven, lleno de ambición y buscando desesperadamente dejar su marca en el mundo de los negocios. Las luces de la ciudad, los rascacielos en construcción y las intrigas empresariales forman el telón de fondo perfecto para la trama, subrayando el contraste entre el lujo y el caos que caracterizan la vida de los protagonistas.

The Apprentice

Uno de los mayores logros de «The Apprentice» es la interpretación de Sebastian Stan como un joven Donald Trump y Jeremy Strong en el papel de Roy Cohn, el abogado sin moral que sirve de mentor a Trump. Stan ofrece una actuación sorprendentemente contenida, evitando caer en la caricatura fácil de un Trump estridente, para mostrar en cambio una versión más juvenil, impulsada por la inseguridad y la ambición desmedida. Vemos cómo su personaje se va moldeando bajo la influencia de Cohn, y Stan es capaz de transmitir la evolución de Trump de un joven empresario ansioso a un hombre cada vez más calculador y despiadado.  Este actor ha demostrado ser algo más que un personaje de Marvel al cual acudir de vez en cuando.  

Jeremy Strong brilla como Roy Cohn, quien juega un papel fundamental en la formación del Trump que eventualmente dominará el mundo de los negocios y la política. Su Cohn es manipulador, astuto y peligroso, y Strong lo interpreta con una intensidad que mantiene al espectador en tensión. La química entre Stan y Strong es palpable, y sus escenas conjuntas son el núcleo emocional de la película. A través de su relación mentor-discípulo, la película explora temas como el poder, la ética (o la falta de ella) y la ambición sin límites.  Aunque si bien es cierto, que por momentos, el papel de Strong me recordaba a su Kendall Roy de “Succession” (algo que también le sucede a Kiera Culkin con “A Real Pain”).  Con menos luces pero igual en excelente actuación, está Maria Bakalova, quien se roba todas las luces a pesar del muy ligero desarrollo que le dieron.

El ritmo pausado del director ayuda bastante al guión de Gabriel Sherman, quien había mostrado interés en otros proyectos políticos como la miniserie “The Loudest Voice”.  Aquí el guionista, a pesar de que, al igual que el director, no caer en una línea ideológica, se hace eco de ciertos rumores para alimentar el guión, que ayudan mucho al personaje pero se sienten incluso como fuera de sí, ya que son momentos que ocurren de forma aleatoria.

Para concluir, la excelente fotografía de Kasper Tuxen, que parece sacado de un viejo vhs y con unos bonitos planos de la ciudad de Nueva York y sus atardeceres.

Sin embargo, a pesar de estos puntos, “The Apprentice” no es tampoco una excelente película ya que es bastante irregular en cuestión de mantener al espectador con toda la atención, porque cuando debe orientarse en el personaje de Trump, se enfoca en Cohn, y cuando debe hacerlo con Cohn lo hace con Trump.

La ambientación, la textura, diseño de época y diseño de personajes, más actuación de Stan y Strong, son impecables y le dan un buen toque al filme, pero “The Apprentice” carece de ciertas cosas que la hacen entretenida y no más.

Veredicto

Interesante biopic que destaca por las actuaciones pero que carece de la fuerza suficiente para mantener al espectador pegado a la pantalla.

6 / 10

  • Carry-On

    Every holiday season, millions travel safely by air. This Christmas will be different.

Efectivo thriller que cumple su función de entretener.  “Carry-On” se convierte en una propuesta divertida para ver en estas fechas navideñas, en donde la tensión está servida.

No esperaba nada.  De hecho, para lo entretenida que es, hasta poca publicidad le han dado.  El filme dirigido por Jaume-Collet Serra, quien se encargó de dirigir “Black Adam” en su momento, vuelve a sus orígenes: un thriller contrarreloj, en el que sus protagonistas están en situaciones límites y deben actuar lo más pronto e inteligente posible para evitar catástrofes.

En la actuación principal está Taron Egerton (Black Bird), demostrando una vez más que no importa el papel que tome, lo hará con solvencia.  Lo mismo con Jason Bateman (Ozark), que es otro actor que cumple con creces y debería tener más fama y papeles como estos.  Los demás son tan secundarios que pueden pasar desapercibidos.  Theo Rossi (The Penguin) tiene varias escenas pero el director no pretende darle protagonismo, mientras que Logan Marshall-Green, totalmente irreconocible y Dean Norris, apenas se pasean por pantalla.  La que menos sale mejor parada es Sofia Carson, quien parece que el director pensó que solo bastaba con que su rostro aparezca en pantalla y tenga unos diálogos totalmente aburridos.

Sobra decir que Collet-Serra ofrece un trabajo de nuevo efectivo, cogiendo un guión bastante sencillo, pero sacando petróleo del mismo, ya que los momentos tensos funcionan, y los de acción dan la talla, en un cóctel de géneros con ecos a la saga Die Hard (navidad, terroristas y alguien haciendo cumplir la ley), pero saliendo airoso de las comparaciones al tener su propia identidad.  Con un director menos experimentado esto hubiese sido un desastre.

Carry-On

Sí, esta historia ya la hemos visto tropecientas veces, y hay tantas películas anteriores que se asemejan, que no acabaríamos nunca, pero aun así te interesa la historia, y la claves son bien sencilla: los personajes te importan, y no te llaman estúpido a la cara. Sí, te exigen en un par de ocasiones la ya mítica suspensión de tu incredulidad, porque son las reglas del juego, pero jamás al nivel de bobadas como “The Trap” de M.Night Shyamalan, quien después de los primeros 30 minutos se rien en tu cara.

El guión tiene los suficientes elementos para valerse por sí misma y de paso, para aportar más al desarrollo de los personajes.

“Carry-On” no es que necesite mucho, pero en lo técnico también cumple.  La banda sonora está compuesta por Lorne Balfe, compositor de varias bandas sonoras de acción, principalmente algunas de la saga de “Misión Imposible”, y de la cual toma algunas influencias para trabajar con Gabe Hilfer, en la creación de estas canciones.  La fotografía de Lyle Vincent (Bad Education) también cumple.

Al final “Carry-On” es una película que cumple todos los checks para pasar un excelente rato y la cual se agradece el entretenimiento.  ¿Que te vas a olvidar de ella en algunos meses? Probablemente, pero eso no quita el buen entretenimiento que tendrás en este mes de navidad gracias a ella.

Veredicto

Proporciona disfrute. La simplicidad no perjudica la salud. No todo van a ser comidas de tarro. Es navidad, seamos felices. El cine también está para esto. Sin complejos.

5 / 10

Estrenada el pasado 7 de noviembre, nos llega esta explosiva serie de acción, drama, suspenso, crimen y todo lo que usted le quiera agregar. Al segundo esta serie que se vuelve adictiva casi de inmediato, ¿trama de asesinos? ¿Amor por los francotiradores? No lo sé, lo que sabemos es que supo engancharnos desde el inicio de la misma hasta su final.

Es la tercera adaptación cinematográfica de la novela de Frederick Forsyth de 1971, concebida por el renombrado escritor y guionista Ronan Bennett como showrunner, Brian Kirk a cargo de algunos episodios, todo en manos de irlandeses que saben llevar a cabo una serie de eventos en The Day Of The Jackal. El mismo, tuvo su participación en la exitosa serie Game Of Thrones. una banda sonora que nos sumergió al igual que su especial intro y ya debemos ir reconociendo como Sky se sigue superando al intentar atraer más y más espectadores.

Regularmente las tramas de asesinos a sueldos, la caza del gato y el ratón, volviendo el escenario más mítico y misterioso posible, esto encanta al espectador. Aunque algunas partes se prolongan para llegar a 10 episodios, hay mucha acción y drama para mantenerte entretenido a lo largo de la serie. El personaje principal The Jackal (Eddie Redmayne) haciendo uso de sus magistrales dones actorales, la narrativa principal se centra en este despiadado y apasionado hombre, es como un villano frívolo y a le vez un ser humano que puede sentir y vivir llevando a cabo esta clase de vida entre psicopatia y normalidad, lo que le da este toque magistral a esta serie, The Day Of The Jackal, por su parte los actores secundarios de la mano Lashana Lynch como Bianca, es la encargada de armar la cacería por todo el mundo de este asesino despiadado. Lashana, hizo lo que fue hacer, su actuación destaca más no es recordada, ya que su papel en ocasiones llega a ser irritante con notoriedad.

Hablemos de algunas cosas que no podemos dejar pasar, la intensa e innecesaria (sin ofensas) parte de la vida sentimental, incluida Ursula Corbero de estuvo un poco fuera de lugar, le dan ese bajón a toda la gama cinematográfica extendida por toda la serie. Unos personajes insufribles.

Es visto como la muerte, un sicario sin escrúpulos capaz de encender todas las alarmas del miedo. Un verdugo que solo tacha su lista, los cuales son inscritos por manos un tanto conocidas. The Day Of the Jackal ofreció mucha opulencia, diferentes tomas, registrando lo mejor de las zonas de Europa, entre ellos Croacia, España, Hungría y demás,  dando en cada toma, casi un estilo cargado de James Bond.

Aún así, esto es cine y aunque Redmayne ofrece una actuación segura como el asesino, todavía Lynch no termina de convencerme del todo. Por ejemplo, también tenemos escenas con Bianca con su familia, pero aunque entiendo que tienen que establecer esa situación, porque su trabajo a menudo la aleja de ellos, realmente no me importa su historia de fondo, como lo expliqué anteriormente con la vida personal de un asesino a sueldo.

De los finales más fríos y más aterrizados posibles dejan abierta la posibilidad de una segunda temporada a la vuelta de la esquina.

Veredicto

Es cine, estupenda, buenas actuaciones con una trama que hemos miles de veces, pero en más de buenos actores y bien dirigida The Day Of The Jackal no se olvidará con facilidad.

7 / 10

Sing Sing comienza a jugar con nosotros desde su título. No es un musical, nadie se para en el escenario a cantar una sola nota: es el nombre de la prisión donde se encuentran nuestros personajes. En ella, hombres de todas las edades y razas se unen para distraer sus mentes y cuerpos de su encierro a través del teatro.

Somos introducidos a la historia a través de Divine G, encarnado por un Colman Domingo que ofrece una de las mejores actuaciones del año. Se trata de un hombre que cumple su tiempo en prisión por un crimen que no cometió, y mientras tanto, pasa el tiempo ayudando con sus casos a sus compañeros de prisión y ayuda en el programa de teatro, del cual es un miembro fundador y colaborador activo junto a su amigo Miguel «Mike Mike». Buscando nuevas personas para su grupo de teatro, convencen a Clarence «Divine Eye» de unirse. La personalidad de Divine Eye y la de Divine G no tardan en chocar, el primero un hombre agresivo y con mucha «calle» tras él, el segundo un hombre pacífico y educado. Una escena en especial muestra este contraste de forma cómica: en medio de una discusión, Divine Eye usa la palabra «Nigga«, a lo que Divine G responde «aquí no usamos esa palabra, aquí usamos amado«. Sus diferencias también se muestran en las tablas: mientras Divine G se inclina por hacer dramas, Divine Eye insiste en hacer algo distinto, convenciendo al resto de sus compañeros y al director de hacer una comedia con «un poco de todo». Esa obra es el motor de nuestra historia.

Sing Sing

En términos técnicos, cada una de las actuaciones ofrecidas son muy especiales, pues la mayor parte del elenco está compuesta por ex presos que fueron parte del programa real (y, como dato curioso, también son propietarios de la película colectivamente). La dirección de fotografía, a cargo de Patrick Scola (A Quiet Place, Day One) nos ayuda a contemplar la historia más que como simples espectadores, como participantes, por medio de escenarios que se convierten en símbolos y ayuda para garantizar un proceso de storytelling fluido. El guion, aunque sigue una estructura imaginable y que no da muchas sorpresas, no deja de contar por eso una historia poderosa que trasciende más allá de sus limitaciones y que, como repetía el director una y otra vez durante los ensayos para la obra, hay que confiar en el proceso.

Sing Sing no es una película que busca resolver el racismo ni los problemas del sistema carcelario. No pretende reinventar la rueda ni desarrollar una trama ambiciosa que trascienda el escenario que presenta en la cárcel. Tampoco busca hacer un pesado drama de vida con sus presos. No es su intención. Al igual que cambiamos la obra dramática de Divine G por algo en lo que todos puedan divertirse a pesar de su realidad, Sing Sing muestra la belleza de hacer arte, juntos, simplemente por amor a ella y su poder transformador.

Veredicto

Me atrevo a decir que estamos no solo ante una de las mejores películas del año, sino que también estamos ante la más hermosa.

8 / 10

Yo no estaba en ánimos de escribir de “Kraven the Hunter”.  De hecho, si puedes dar una revisión a mis reseñas, trato de las películas que son claramente malas pasarlas por alto.

El último filme (confirmado) de Sony es la excepción (como lo fue Venom 1 y 2).  No es que se vea que estaba ante la peor película del año, pero si tenía momentos que se veían bastante entretenidos y admito que tenía la esperanza de ver algo mínimamente pasable.  Que tiene a Aaron Taylor-Johnson que actúa bien y tiene de director a J.C. Chandor (que hace poco sacó “Triple Frontier” que entretiene).  ¿Fui acaso iluso o de verdad había esperanza? Claro que lo había.

Pero han salido los créditos, está sonando la música final y estoy mirando la pantalla pensando “¿de qué trata esta película?”.  Así, sin más.  No te miento.  Vi que Kraven tenía conflictos con su padre, el cual entiendo que es el Kraven de los comics, y luego de que por alguna razon lo querian matar juro vengarse pero vuelven y lo atacan y vuelve a jurar vengarse, y luego aparecen muchos malos y el va venciendolos (incluyendo un tipo con forma de rinoceronte porque estoy negado en creer que esa cosa es “Rhino”) y luego se acaba la película.  La trama es tan insulsa, tan loca, que de verdad esto si no se ha hecho a propósito es motivo de una seria reunión en Sony.  Y es que ver a los villanos de Spider-Man, sin Spider-Man, tiene una gracia tremenda y al mismo tiempo estupido.  Tiene escenas serias que son graciosas sin pretender ser graciosas, escenas de acción que no se entienden y luego terminan, osea, esto no tiene forma por donde tomarlo.

Ni hablar del personaje de Kraven the Hunter que es UN VILLANO.  Un supuesto cazador furtivo, no de animalitos, sino de especímenes raros sean humanos o no.  Un megalómano dispuesto a llevarse a quien sea por delante con tarde tener la cabeza de cualquiera que este villano considere importante.  ¿Pero qué hizo Sony? Pues decidió hacerlo un cazador de personas que cazan y torturan animales. ¿Me jodes? Cuanto mal ha hecho “Joker” y “Avengers: Infinity War” donde han querido vendernos a los villanos más buenos de la cuenta.  Ya nadie quiere ser villano.  Y todo por la estúpida razón de que el protagonista siempre tiene que ser bueno a su manera, nunca un villano total.  Si así quiere Sony que las personas vayan y paguen dinero para esto.

Ya daba mala espina el hecho de las grabaciones que sufrió esta película y que tuvo años dando vueltas con fechas de salidas que luego cancelaron.  Si esto fue lo mejor que salió con todo y las grabaciones, apaga y vámonos.

Como dije, la actuación de Aaron Taylor-Johnson es bastante agradable.  El chico lo hace bastante bien con lo poco que se le dio y cumple, porque no queda claro si es villano, antiheroe o un activista de Greenpeace.  Russell Crowe está también bien y es creíble su actitud siendo Kraven pero no su físico.  Por más retirado que esté el personaje, es inaudito, ya que lamentablemente Russell parece que sufre un intento de infarto cada cinco minutos.  Temía por él.  Luego salen más actores que a nadie les importa porque la película y Sony no le han dado protagonismo en nada y tampoco porque aportan algo con sus personajes.

Para los fans de los filmes de cómics, lo peor de “Kraven the Hunter” es que esto acaba y no ves donde estuvo la conexión de todo esto con las anteriores.  Osea, “Morbius” y “Venom” o “Madame Web” para que salgan.  Es que hasta pensé que buscaban hacer “Los Seis Siniestros” pero por lo visto eran películas desconectadas solo por hacerlas.  Y sin Spider-Man, ojo con esto.

Concluyó diciendo que es un dolor en mi alma que “Spider-Man Across the Spider-Verse” durará tanto en salir y su siguiente entrega, si acaso la veremos, no será por ahora, supuestamente por cuestiones económicas, y estén gastando todo el dinero en esto que no lo recomiendo ver ni en cines, sino cuando salga en streaming y no tengan nada que ver o hacer.

Veredicto

Aaron Taylor-Johnson y Russel Crowe fueron engañados como fuimos nosotros.

2 / 10

El problema que se dijo de “Encanto” era de “apropiación cultural”. ¿Cómo era posible que una empresa como Disney se lucrara con un tema meramente colombiano? Pregunta que podemos hacernos con “Emilia Perez”.

El filme, que narra como Rita, una abogada que acababa de ganar un mediático caso en donde sus supervisores tomaron todo el crédito, un día recibe una oferta que le cambiará la vida: ayudar al narco más peligroso de México en hacer una transición de cuerpo y de vida.  Después de lograr su objetivo, Rita desaparece para vivir su nueva vida, pero el pasado es paciente y les llega a todos.

Entre sus graves errores está el concepto, terriblemente plasmado en un filme que toca temas delicados de una forma tan banal y absurda, que pareciera que lo hace adrede y para llamar la atención y es casi inaudito ver en las entrevistas y los detras de camara como el equipo tomó esto con toda la seriedad posible.  Temas como el narcotráfico, la identidad sexual, el abandono y hasta el mal trato laboral son tocados con una frialdad terrible que parece no tener cabida en una persona que haya hecho una ligera investigación.  Y no es tanto por su forma, un tanto infantil de hacer musicales, sino en cómo toca el tema.  Escuchar el relato de Manitas sobre como no se siente identificado con su cuerpo, entre lágrimas, para luego hacer una especie de coreografía y en consecuencia hacer una escena superficial en un restaurante junto con Rita, es casi de un humor rancio.

La puesta en escena de “Emilia Perez” tampoco se salva, porque entre saltos temporales que resultan incongruentes y con un guión bastante conveniente, el sentido desaparece.  Lleva hacia delante esto sin mucha importancia y luego le exige al espectador que lo tome con la seriedad que amerita, pero el espectador se ve forzado constantemente a hacerse preguntas en el camino acerca de cómo sucedió o cómo se llegó a ese recorte y brevedad de situaciones que le dan una incorrecta orden de seguir su camino saltándose partes fundamentales para ser consecuente con ella misma.

En cuanto a los personajes, quitando las excelentes actuaciones de Zoe Saldaña (Guardians of the Galaxy) y Karla Sofia Gascón quienes abordan sus personajes con la seriedad posible y la fuerza necesaria, están cubiertos de un desconocimiento y sin sentido que hace poner las manos en la cabeza a cualquier con dos dedos de frentes.  ¿Como puedo tomar en serio a un personaje que cuatro años atrás acabó con varias personas de la forma más fría posible y ahora está indignada de que nadie hace nada por esas personas? ¿Como puedo tomar en serio que un personaje enterró vivo a muchos inocentes y ahora hace activismo por esos inocentes? Encima el director quiere, con una escena final en modo musical, que sintamos algo de pena por un personaje en particular cuando en realidad lo que hace es que estemos confundidos de como llegamos aqui.

Como género musical su suerte es dispar, ya que por momentos funciona como debería para impulsar la trama y brindarle una razón de ser, mientras que por otras ocasiones se suscitan esas necesidades de musicalizar que la vuelven inverosímil e innecesaria para con su construcción como historia, etapas en las que ni siquiera las canciones tienen relación con lo que van sintiendo los personajes y tampoco le aporta como colchón al relato para nutrirlo y darle una extensión sobre los hechos que se van trazando en esas fases, además de ser enormemente desacertadas las decisiones de mechar su idioma original (español) con pequeños trayectos en inglés, aspecto que no hace más que exponer las enormes dificultades de su elenco para poder hablar en español naturalmente como se hubiese querido conseguir, y muchísimo más evidente sería sumando el inconveniente de lograr un acento mexicano que pueda convencer.  Ver a Selena Gomez interpretar a una mexicana que no sabe ni decir algunas palabras básicas del léxico mexicano, es casi un insulto, y es más insultante toparnos con escenas donde esta leyendo claramente lo que debe decir (la escena de la llamada) o notar que se le puso la voz en postproducción (la escena del sofá).

Pero volvemos a mala dirección de un director, que claramente no conoce el material que tiene entre manos por su falta de investigación y su falta de interés, cuando en el momento final el tiroteo y la guerra de narcos se detiene por completo, sin explicación alguna llevándonos a una escena que es difícil de entender.

Visualmente, se le debe aplaudir la fotografia a Paul Guihaume, quien no utilizo el horrendo filtro amarillo para representar a Mexico que Hollywood esta acostumbrado a usar, al igual en su trabajo con cada uno de los cambios cinematograficos a nivel musical, destacando los negros y los colores de neon en momentos claves.  Un trabajo impresionante.

“Emilia Perez” es un producto de Jacques Audiard, un director que claramente no investigó nada y que encima busca plasmar su visión errónea ante varios temas serios.  Que haya tomado relevancia y aplausos, deja en evidencia dos cosas importantes: Hollywood y los festivales solo quieren personajes mártires con los cuales poder hacer activismo falso y llenar una cuota social que han implementado ellos y de la cual no saben como salir, y que la fanaticada de Selena Gomez es tan grande que aseguran que ha sido la mejor actuación del año.

Veredicto

Es cierto que no buscamos una verosimilitud absoluta en una película, pero un poco más de sutileza y coherencia no estaría de más.

3 / 10

Es tan raro ver una película totalmente serie, pausada y con todos los elementos de antes, como lo hace “Juror #2”.

Clint Eastwood ha demostrado AMAR el cine y no es cualquier cine, sino un cine reposado, como se hacía de antaño en donde se dejaba a la trama avanzar a fuego lento, la dirección no busca planos increíbles para llamar la atención, sino guiar al espectador.  Lo mismo con las actuaciones donde no se buscan momentos clímax en el final, sino que se le da espacio a cada quien pero dándole todo el peso al protagonista.  De hecho, hasta carece de momentos “de gracia” como todo filme actual tiene.

Estas virtudes nada tiene que ver con el academicismo propio de los Oscar, y también es ciertamente independiente de su condición de clásico —que sigue manteniendo—, pues la poseen otros realizadores como Lynch, sin ir más lejos, cuyo cine siempre ha rebosado inteligencia y madurez por muy vanguardista que se presente. En cualquier caso, esa reconfortante sensación de que Eastwood se dirige al espectador de adulto a adulto —presente desde siempre en su filmografía—, la habitual honestidad que acompaña al clasicismo de su estilo, el complejo sistema de valores que despliega, el respeto por sus personajes y por el espectador, o la emoción y humanidad que transmite progresivamente su narración son algunos de los aspectos que convierten a “Juror #2” entre el excesivo blockbuster disfrazado de serio y los filmes falsos de festivales.

El director se siente menos idealista que en filmes anteriores como “Unforgiven” pero mantiene la ambigüedad moral de sus personajes, y esta vez, tal vez por la edad, su personaje es más oscuro, casi dispuesto en abrazar esa oscuridad.  Pero lo mejor es que sus personajes, excelentemente desarrollados, están propensos a evolucionar mientras avanza la trama.  Todo esto con una dirección a los actores que juega con sus puntos de vista.

La historia narra como Justin Kemp, un escritor de revistas quien ha pasado por problemas con el alcohol, es llamada a ser jurado de un juicio de asesinato.  Mientras esta escuchando los inicios del juicio, Justin se dara cuenta que en realidad al que acusan de asesinato es inocente porque la persona la victima en realidad murio por culpa de Justin en un accidente.  Nicholas Hoult (Nosferatu) con una interpretación soberbia, junto a una Toni Collette extraordinaria como la fiscal.  Pero es Chris Mesina quien está estupendamente e incluso circunstancial con un personaje con algunas capas de sentimentalismo.  Hasta un J.K. Simmons en sus escasos minutos logra atrapar al público rápidamente.

Si bien este es el habitual discurso libertario de Eastwood, que no duda en poner a un policía utilizando atajos para lograr lo que la burocracia no permite, hay en la elección de su protagonista un principio de duda sobre los héroes impecables y de clase media u obrera que nos ha estado mostrando la última década. Pareciera como si en los últimos momentos de su vida, hubiera recapacitado sobre el papel de las herramientas del estado para garantizar la justicia, pese a que en principio solo valga el «quién lleva la razón».

La conversación final, frente a una estatua de la justicia con sus dos balanzas, tiene una carga de poder implícito que aumenta, y así está llena la película de momentos implícitos donde el director nos dice su pensar abiertamente.

“Juror #2” es una excelente película que duele cuando sabemos que puede ser una de las últimas escenas rodadas por el director de ‘Sin perdón’, que se atreve a ofrecer un duelo a todos sus héroes reales de su filmografía reciente cuando nos plantea que la justicia que falla también puede ser la única solución.

Veredicto

El nonagenario Eastwood continúa dirigiendo de manera justa e impecable.

8 / 10

«Too many people in this room and each one wants me to be something different»

En los últimos años se ha hecho costumbre entre los estudios el producir un biopic sobre alguna figura musical para ganar premios.

Tales han sido los casos de Bohemian Rhapsody con Freddy Mercury (2018), Rocketman con Elton John (2019), Elvis (2022) y Maestro con Leonard Bernstein (2023), convirtiéndose en un género que prácticamente garantiza un espacio entre las nominaciones. Todos han apuntado a llevar a su protagonista a alcanzar el premio en la categoría de actor principal, aunque la única en lograrlo ha sido la controversial actuación de Rami Malek en Bohemian Rhapsody. Este año, le ha tocado a Timotheé Chalamet protagonizar A Complete Unknown, la historia sobre el ascenso a la fama del ícono del Folk, el Rock n’ Roll, y Nobel de Literatura, Bob Dylan.

Desde su llegada a la ciudad de Nueva York hasta su vindicación como la voz de su generación, las canciones de Dylan se convierten en himnos al cambio y la paz en una década caracterizada por el exceso, convulsión política e incertidumbre ante los conflictos bélicos de la época.

Y es precisamente la falta de excesos que hace en parte poco creíble la historia. Los sesenta fueron de justicia social y cambio, pero también de consumo de todo tipo de drogas indiscriminadamente, antes y durante cada presentación. Y Dylan está muy lejos de haber sido la excepción. La película se cuida de mostrarlo, mostrando una narrativa sanitizada.

A Complete Unknown

Somos introducidos por medio de Woody Guthrie (Scott McNairy) y Pete Seeger (Edward Norton) al joven Bobby, 19 años y recién llegado a Nueva York, quien con su guitarra y canciones que impresionan a los músicos por su frescura y originalidad. En cuestión de pocos años, las mismas le catapultarán a la fama en la escena musical del Greenwich Village en Nueva York (capital del folk), además de distintos festivales. Así mismo, conocemos a dos de las mujeres más importantes en la vida de Dylan: Sylvie Russo (Elle Fanning), basada en su novia y musa de la época, Suze Rotolo, y la también cantautora Joan Báez (Monica Barbaro), con quien mantuvo una tumultosa relación. Ambas ofrecen interpretaciones creíbles qué complementan la presencia en pantalla de Chalamet sin robarle protagonismo en ningún momento.

Más que un biopic, A Complete Unknown (el título, además de referenciar los comienzos de Dylan, viene de un verso de su canción Like a Rolling Stone) se centra en lo que se conoce como «la controversia de Bob Dylan» cuando éste decidió utilizar instrumentos eléctricos en el festival de Newport de 1965, evento que hasta ese entonces se había caracterizado por mantener la «pureza» del género: un cantante con una guitarra, o en su defecto una banda acústica. Dylan, siendo el artista despreocupado por las normas que siempre ha sido, decidió romper las reglas, pagándolo caro: su actuación fue recibida por un público enfurecido que prácticamente lo expulsó del género. Había nacido el Bob Dylan rockero.

Aunque el filme hace un recorrido por la vibrante escena musical de principios de los 60 con apariciones de figuras como Johnny Cash y Lead Belly, Timothée Chalamet se convierte en el ancla en una historia predecible y que juega a lo seguro en muchas ocasiones, siendo salvada por los momentos musicales en los que se nota la dedicación del actor en hacerle justicia a los temas de Dylan con una voz y gesticulación fieles al artista.

Podemos decir que A Complete Unknown sí puede tener una oportunidad en darle alguna estatuilla a Chalamet, quien, al igual que su personaje, ha logrado moverse en distintos géneros y salir victorioso en cada ocasión.

Veredicto

Pese a la brillante actuación de Timothée Chalamet y sus fantásticos momentos musicales, A Complete Unknown no logra salvar por completo una historia previsible y suavizada, pero será sin duda del agrado de los fanáticos del Folk y del Rock n’ Roll. 

7 / 10

100 Años de Soledad” es un clásico libro del autor Gabriel Garcia Marquez y del cual NO VOY A ESCRIBIR.  Mi entera reseña será exclusivamente hacia la obra realizada por Netflix.

Para quien no sepa (o no recuerde) la historia narra como Jose Arcadio Buendia y Ursula Iguaran, dos primos que se enamoran, se casan a pesar de que sus padres se rehusaban.  En búsqueda de una felicidad y una nueva vida, emprenden un viaje que los llevará a un remoto lugar en donde nacerá el pueblo llamado Macondo, y todo lo que veremos es desde el inicio hasta el final de la estirpe de los Buendía.

La serie se abraza a la mitología y la forma de narrar, que tiene el libro y de hecho, hasta tuvo la osadía de invitar a la interpretación por parte del espectador, algo que, en cines es muy difícil de lograr, ya que al ser un medio visual tienen más dificultades a la hora de dejar al espectador con su propia interpretación ya que en cines lo que vemos es la interpretación del director (por esa razón es que van a ver distintos Batman, por ejemplo).  Esto es gracias a los productores ejecutivos que son nada más y nada menos que Gonzalo Garcia y Rodrigo Garcia, hijos del autor de la novela y que han tratado de mantener intacta la historia y sus componentes.

Para esto también el dúo de hermanos hacen de directores, que tampoco es que se hagan falta de experiencias, ya que en el caso de Rodrigo Garcia, ha dirigido capítulos de la grandiosa serie “Los Sopranos” o “Six Feet Under” (que algun dia escribire de esta joya televisiva).  Mientras su hermano Alex Garcia ha dirigido capítulos de series británicas como “MisFits”, “Utopia” (de la cual también quisiera escribir) y de parte de Netflix con “Witcher” (que asumo que a partir de aquí ha surgido su relación).  También se les une la directora Laura Mora Ortega, está más experimentada en dirigir contenido colombiano como “Pablo Escobar”.  Dicho esto, la dirección de la serie es sublime, llena de magia y con el más mínimo cuidado posible tanto a la mitología y la historia, como a la dirección de personajes y su desarrollo.  Comprendemos a cada uno de los personajes de una manera extraordinaria y no solo los comprendemos, sino que también empatizamos con ellos, algo que también es muy difícil en el cine.

Para los guiones de “100 Años de Soledad”, también hubo un equipo estrella que no dejó nada al azar.  Desde el puertoriqueño Jose Rivera, pasando por Camila Bruges o Maria Camila Arias, todos expertos en series y películas, y que fueron supervisados por los directores/productores, para que no se escape nada.

100 Años de Soledad

A nivel actoral la mayoría son nuevos actores, en donde solo se puede reconocer a Claudio Cataño, Viña Machado o Ruggero Pasquarelli.  Una grata sorpresa, por ejemplo con Marco Gonzalez como Jose Arcadio Buendia quien lo hace excelente o Susana Morales como Úrsula.

Ya para concluir en lo técnico a nivel musical Camilo Sanabria, compositor de filmes como “Amazona”, vuelve con sus melodías llenas de violines y cellos pero dándole toques más mágicos con percusión y tornamesa para la creación de nuevos sonidos.  Una producción espectacular.  Y la fotografía a nivel de filmes de gran presupuesto, con hermosos paisajes y un sin número de momentos bien desarrollados como la pesadilla apocalíptica del pueblo, y esto es gracias a Paulo Perez y Maria Sarasvati Herrera.

Lo más impresionante de todo esto, es que es mano latinoamericana completa, haciendo que este producto cinematográfico sea made in latam en donde hay mexicanos, puertorriqueños, colombianos, peruanos y todo un equipo de la región.

Un punto muy particular es la voz en off que nos acompaña desde el minuto uno de toda la serie, y que soy muy crítico en ello, ya que en mi opinión, deben ser justificadas y no deben ser obvias.  Por ejemplo, en la serie “Disclaimer” la voz en off está para decirme lo obvio (con el total descaro nos dice en una escena que la protagonista está molesta ante lo que sucede y al mismo tiempo lo vamos viendo).  Con “100 Años de Soledad” no sucede esto, ya que la voz en off nos sirve para explicarnos algo más allá de lo que estamos viendo y que nos ayuda a darle contexto y desarrollo a la situación.

“100 Años de Soledad” es sin duda una de las mejores series del 2024 y que si no fuese porque “Shogun” se estrenó este año, que le pasa por un poquito, se hubiese convertido en la mejor.

Veredicto

Lo que se pensaba imposible de filmar, se ha conseguido y de que forma.  Espectacular y magico, una serie que merece todo el exito posible.

9 / 10